SIETE

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—¿Qué piensas hacer? —preguntó Yeri mientras daba pequeños sorbos a su margarita.

—¿Hacer con qué?

—Con ese tipo que te ha estado mirando desde hace más de quince minutos.

Jungkook lo vio de soslayo, el tipo estaba en unas mesas más allá, sorbía su cerveza y le entregaba miraditas furtivas junto a una sonrisa. Él se las devolvió con simpatía, el tipo era guapo y todo eso. Pero no tenía el ánimo para tener un buen polvo esta noche, probablemente tampoco durante lo que restaba de semana.

Después de pedirle a Jimin que se fuera, ni si quiera se habían visto las caras en la universidad, y si lo hicieron, ambos se ignoraron olímpicamente. Había estado bien después de eso, asumiendo las consecuencias de su estupidez, pero cuando se encontró con él en el supermercado su estado anímico se había ido al carajo.

El solo recordar la cara en blanco de Jimin al verlo allí lo hizo preguntarse solo dos cosas ¿Qué demonios habría pasado por su mente? Y ¿Por qué diablos tenían que seguir topándose en lugares?

—Lo que sea que estés pensando ya sácalo de tu cabeza, viniste a aquí a pasar el rato, disfruta.

—Estoy disfrutando —le aseguró con una sonrisa. Sí, lo estaba haciendo.

Cuando Yeri se paró para saludar a una amiga que estaba cerca de la barra, Jungkook soltó un suspiro y tomó un largo sorbo de su trago. Se había visto con un chico después de lo que pasó en su casa y lo había salido como esperaba. Jungkook solo buscó un poco de liberación, no llegar hasta el final, al chico no le gustó la idea y lo mando al diablo.

Genial. Obtuvo lo que quiso y eso fue todo ¿Qué demonios tenía que importarle los deseos de ese chico?

Su vida seguía tal cual, normal, como siempre. Lo único que había cambiado eran sus pensamientos y emociones sobre Jimin, estas habían aumentado el doble de lo habitual. ¿A quién quería engañar? No podía sacar a Jimin de su cabeza, no cuando recordaba sus labios y sus manos tocar su cuerpo. Iba a ser complicado sacarlo de su sistema.




***




Los pájaros cantaban, el sol estaba brillando desde lo alto y el día parecía remontar el típico cliché de que sería un día maravilloso, a excepción de todo lo que el maestro les estaba pidiendo y había transformado su mañana en un infierno ¿Por qué? Se preguntarán...

—¿Es necesario utilizar esos métodos? Existe internet maestro, podemos encontrar todo allí con solo un click, es mucho más práctico —intentó Jungkook que el hombre entrara en razón, sus compañeros asentían apoyando completamente sus pablaras.

—Ese es el asunto, estudiante Jeon. No quiero que esto sea un simple copiar y pegar, y luego lean rápidamente solo para tener una idea. Lo que quiero es que investiguen de verdad.

—Pero la biblioteca es enorme —Yeri se quejó desparramándose sobre el pupitre— vamos a terminar el día del juicio final.

—Alumna Kim, ¿Por qué siempre tiene que ser tan dramática?

—Usted es cruel —refunfuñó lastimeramente.

El maestro se cruzó de brazos y suspiró. —Lo lamento, pero no voy a cambiar de opinión. Tienen hasta mañana por la tarde para recopilar información de fuentes impresas.

The King (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora