CINCO

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Cuando despertó en la mañana se puso una mano sobre la cara, la luz de afuera le estaba dando directo y comenzaba a molestarle. Se levantó ayudado por sus codos y miró por toda la habitación con ojos adormilados.

—Hola.

Jungkook se sobresaltó y abrió sus ojos como pelotas. —Mierda, me asustaste.

Jimin estaba sentado en el borde de la cama, traía solo sus pantalones puestos dejando al descubierto su bonito y marcado torso. Jungkook se miró así mismo y frunció sus labios al recordar lo que habían hecho anoche. Él solo traía su bóxer encima, y unas cuantas marcas en su cuello.

—¿Despertaste hace mucho rato? —preguntó, se removió sobre la cama y salió de ella.

Jimin siguió con detalle cada movimiento de su cuerpo, desde que se estiró soltando la pereza, hasta que tomó un pantalón y se lo ponía. No podía dejar de inquietarse por cómo el cuerpo de un hombre, el del Jungkook en este caso, le provocaba tantas cosas. —No mucho, me despertó un ruido. Creo que llegó alguien a tu casa y ni loco iba a salir a ver.

Jungkook parpadeó unas cuantas veces y rápidamente se asomó a la ventana de su cuarto. Efectivamente, el auto de su cuñado, Hoseok, estaba estacionado justo afuera. Lo que le faltaba, eso significaba que Nayeon estaba en casa y ella era la reina de las preguntonas y fisgonas.

—¿Pasa algo malo? —Jimin se levantó y se acercó a él— Tienes una cara extraña, como de circunstancia.

—Mira —giró rápidamente asustando a Jimin, y lo miró con cautela—, pregunten lo que pregunten, solo ríete ¿Esta bien?

Jimin hizo una mueca de incomprensión. —¿Qué? ¿Por qué?

—Solo sonríe y muéstrate agradable.

—Pero si yo agradable —le recordó.

Jungkook sonrió y acortó la distancia, le dio un beso presionado y se alejó. Jimin no dijo ni hizo nada, solo lo miró. En ese instante notó la idiotez que había hecho, eso había sido algo muy cotidiano y natural, cosas que hacen las parejas. Y ellos definitivamente no lo eran. —Lo sé, sé que lo eres.

Cuando bajaron a los minutos después, Hoseok estaba ayudando a Nayeon a preparar el desayuno. Cuando este los vio sonrió ampliamente y se acercó a Jungkook para saludarlo.

—Han pasado días desde que no te veía —expresó Hoseok en un abrazo apretado.

—Oye, nos vimos hace un par de días atrás —le recordó Jungkook mientras parecía ser que ese abrazo le estaba sacado el aire.

Hoseok lo soltó, y sin quitar esa flamante sonrisa que encandilaba, miró a Jimin y lo apuntó con su dedo. —¿Y él? Supongo que debe ser un amigo tuyo, aunque nunca lo había visto por aquí.

—Ah, él... —Jungkook sonrió con algo de pena y empujó a Jimin con una mano por la espalda. Jimin avanzó rígido como un poste— es Jimin. Un amigo de la universidad.

—Hola Jimin, soy Jung Hoseok, el cuñado de Jungkook.

—Uh, hola. Un gusto, Park Jimin.

Nayeon se asomó por la sala. —Es bueno que traigas amigos a casa, últimamente solo traías a-

—Si, si, bueno —cortó rápidamente Jungkook antes de que su hermana abriera más la boca. Jimin enarcó una ceja— ¿Alguien tiene hambre? Porque nosotros si ¿No es verdad, Jimin?

—Uh, oh, claro. Si, hambre ja-ja.

Jungkook se aguantó la risa.

El desayuno no fue desagradable, había muchas cosas deliciosas para comer, quedaron satisfechos. Tampoco hubo preguntas extrañas, y como si fuera un milagro Nayeon mantuvo la boca cerrada y solo bromeó y habló sobre su embarazo. Jungkook agradeció aquello.

The King (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora