CAPÍTULO 13

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Llegamos a una gasolinera, lejos de aquel bosque. Estaba a las afueras de la ciudad donde se encontraba el pueblo ese, el cual estaba a unas millas de aquí. Casi podía verlo a simple vista por la ventanilla.

Jeff se bajó del coche de policía y me lanzó una mirada amenazante, como la mayoría de veces, ya estaba acostumbrada a eso...

-No hagas ningún tipo de ruido, aunque no puedas hablar no se te ocurra tocar nada ni hacer escándalo o acabaré matando a todos. Tú decides-. Dijo abandonando el coche.

Se puso la capucha cubriéndose su rostro y pelo y la inclinó para que esta le diera oscuridad y no se pudiera ver sus facciones cortadas. Se fue caminando con sus manos metidas en los bolsillos de su sudadera, ya sabía lo que llevaba bajo ellos.

Traté de asomarme un poco moviéndome, traté de acercarme pero caí torpemente fuera de los asientos. Me incorporé como pude, estar atada no era lo mejor la verdad. Logré asomarme aunque con una postura un tanto incómoda para mí. El cuerpo echado y el cuello hacia arriba, parecía que iba a partírmelo o se me iba a salir. Los pestillos estaban echados, los de las puertas y las ventanillas. Maldije el momento en el que se estrelló el coche en aquel momento y no se rompieron, así al menos alguien podría verme. Aunque me extrañó que el policía hubiera muerto por ese impacto tan pequeño. Supuse que fue por la apuñalada que recibió por parte de Jeff. Salió y echó gasolina de forma apurada y agresiva, todo lo hacía así, violentamente.

-Antes de nada, iremos a otro sitio...

Se subió al coche y salió en dirección fuera de allí.

-¿Has tratado de asomarte eh? No hagas eso o sufrirás de una contractura en cambio...

Paró en una pequeña tienda, por su apariencia parecía que vendían paquetes de cualquier golosina y comida rápida con bebidas y eso. Volvió a cerrar con seguro y se alejó. No sin antes volver a recordármelo.

-Ya sabes cómo debes comportarte.

Entró a la tienda y me quedé observando por unos instantes cuando algo captó mi atención. Había una chica de pie cerca de la carretera estaba distraída con su cigarrillo pasándolo por sus dedos. Su pelo era largo y negro bastante voluminoso. Pero, lo que más me alarmó fue su piel tan pálida. Vestía toda de negro quedé observándola con atención hasta que escuché una voz proveniente del interior de la tienda.

-¡No, no y no! ¡Aquí no aceptamos ninguna tarjeta! ¡Sí va a comprar esto deme el dinero en efectivo ahora mismo!

El vendedor estaba gritando a Jeff, quien sólo se quedó con la cabeza hacia abajo. El vendedor parecía realmente molesto, era un señor barbudo y gordo de unos cincuenta y tantos años. Entonces cometió un gran error...

-¡Quítese la maldita capucha y míreme maldito drogadicto!-. Dijo quitándole la capucha a Jeff, no se movía pero permanecía con su cabeza y mirada hacia abajo cubriéndo su cara con el pelo que le caía.

-Solo eres un maldito drogata,¿Piensas que me das lástima y te dejaré llevarte esto? Tsk, idiota.

El vendedor hizo un movimiento con el brazo acercándose las cosas que Jeff había cogido y este lo detuvo al instante de forma ágil. El vendedor lo miro con molestia y a la vez asombro.

-Mire, señor. No soy ningún drogata y tampoco alguien que pretenda dar pena...-. Mientras hablaba el señor lo miraba atento. En la tienda sólo estaban ellos junto a otro hombre que esperaba detrás.- Odio las personas como usted, pero sabe..quien da pena aquí eres tú..-. Murmuró con frialdad mientras levantaba su vista y mostraba su macabra sonrisa. El vendedor soltó un grito desgarrador, pero pronto fue silenciado. Jeff se abalanzó a él haciéndolo caer y le rajó el cuello dejándolo muerto al instante. El otro hombre de allí se tensó y dejó caer las cosas que sostenía largandose. Tarde, el asesino ya le había cogido por detrás de la camisa y lo había tendido en el suelo para después colocarse encima suya.

-Go to sleep..-. Fueron sus últimas palabras antes de que comenzara a apuñalar una y otra vez.

La escena era atroz. No podía verse el cuerpo por el lugar en el que yo me encontraba pero si veía como salpicaba los estantes de comida y lo dejaba todo lleno de sangre. Me dieron unas grandes náuseas por eso. Cuando terminó su trabajo se incorporó, se colocó su capucha la cual se había caído hacia atrás por toda la acción y cogió todo lo que iba a llevarse y alguna que otra cosa más.

Venía más lleno de sangre que antes, ya me había puesto en mi posición anterior antes de que pudiera ver que yo lo había presenciado todo.

Empezó a meter las cosas en el coche, comida, whisky, paquetes de comida, cigarros y demás. Volvió a la tienda, iba a por más cosas. Entonces volví a pensar en aquella mujer, estaba más lejos que antes. Alejándose del lugar, su paso era calmado transmitía seguridad. Me quedé observandola. Cuando llegó Jeff y metió lo demás casi no me percaté.
Me observó extrañado y miró a donde yo apuntaba con la mirada. Su expresión cambió.

-¡Maldición, lo que faltaba!-. Dijo murmurando pero de forma agobiada-. Hay que irse rápido.

-¿Qué ocurre?

No entendía nada, se había exaltado mucho por, ¿Nada? No sabía la razón.

(¿Es que acaso conoce a esa mujer? No creo... Él no mantiene contacto con nadie que yo sepa. Supongo que la policía habrá notado algo raro y están cerca..(?))

Se metió en el coche con prisa sin prestarme atención.

-Nada que deba de incumbirte niñata.

Fuimos en dirección contraria de ella, ví como se giraba lentamente y nos lanzaba una mirada mientras el conducía a toda prisa. Cruzamos miradas las dos, pero desafortunadamente Jeff giró bruscamente a la derecha como si estuviera huyendo y caí fuera de los asientos. Emití un pequeño quejido me había golpeado el brazo con el suelo del coche y la cabeza con el asiento delantero. Él no se inmutó no le importó o más bien no se dió cuenta, se le veía muy angustiado huyendo de lo que parecía ser de aquella mujer. ¿Quién era y por qué huía de ella?

(Si siendo un asesino tan sádico y demente huye de esa mujer que no podrá hacer ella...¿Será peor que él? Por como huye me deja claro que tal vez...)

Pasó unos veinte minutos y ya estaba más sereno y tranquilo. Manejaba y me observaba por el espejo delantero o giraba su cabeza mirando de reojo, prácticamente como antes de llegar a la gasolinera.

Llegamos a una casa adentrada en el bosque, como la otra en la que habitabamos. Era igual de tamaño, ni muy grande ni muy pequeña.

-Iba a pedirte que cogieras todo, pero después de lo que has echo no puedo fiarme de tí.

Me cogió y me llevó en su hombro entrando a la casa. Subió las escaleras y me dejó en la cama echada.
Después se marchó, escuchaba como cogía las cosas y las acomodaba en los armarios de lo que supongo que sería la cocina y en la nevera.

Aquí otro capítulo! ¿Quién será aquella misteriosa mujer...?

SIN PIEDAD [Incompleta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora