Momentos

Momento 14

Viento de cambio

(Inspirado por el OST de Attack on Titan "You See Big Girl y por un día en el que corrió un viento helado)

Desde antes que comenzara la batalla, sabíamos que habíamos perdido. Sin embargo, haríamos todo lo posible por aguantar lo más que pudiéramos. El destino de nuestra nación dependía de nuestra resistencia, y los soldados y yo estábamos listos. Salimos a pelear sin misericordia, rogándole al dios Mat por su protección y por el renacer de nuestro pueblo.

- ¡Soldados! ¡Qué Mat proteja sus almas y que Rot reine en sus corazones! ¡El rey Mek cuenta con nosotros y no podemos decepcionarlo! ¡Por Kinglo! ¡Por el rey Mek! ¡Por nuestro pueblo! ¡Por nosotros! ¡Ataaaaaaaaquen!

Un rugido que rasgó el cielo y los pasos decididos que hicieron que la tierra temblara marcaron el inicio de la batalla. Nuestro enemigo estaba realmente tranquilo, pues sabía que tenía más hombres, armas y caballos que nosotros. Sin embargo, lo que no sabían era la cultura del pueblo Kinglo, donde los mejores guerreros no son hombres, sino cualquiera entrenado en arte de la pelea y con la fuerza y el deseo necesario para luchar. Por ello, nuestros soldados son feroces guerreros apasionados por la lucha; niños, adultos y ancianos, mujeres y hombres, todo aquel que amara luchar y probara su valor, tenía un lugar en nuestro ejército. Esto nos permitía que fuese más fácil para nosotros trabajar en equipo y más difícil para ellos vencernos. La agilidad de los niños hacia que fuesen buenas formas de distracción, para que luego las mujeres sigilosas atacaran por la espalda, o los hombres fortachones atacaran de frente, mientras que los ancianos eran parte de la resistencia. Era una sinfonía perfecta, donde en equipos equilibrados podían confundir, atacar y reducir a un sinnúmero de enemigos. Por ello, al detenerme un momento sobre mi caballo a observar la escena, me sentía orgulloso de dirigir este espeluznante y maravilloso ejército, y de servir al rey Mek y a su familia.

El rey Mek era el descendiente de una larga dinastía de reyes que poseía un gran y aterrador poder, lo que los hacia los líderes perfectos que lograban imponer respeto y evitar la insurrección. Todos los reyes tuvieron estupendos ejércitos que sirvieron bajo sus órdenes y les ayudaron a ganar incontable cantidad de batallas. No obstante, mi rey era diferente a sus predecesores, y fue un paso más allá al reestructurar el ejército, permitir que cualquiera que amara luchar pudiese ser parte del él, y poner a prueba a todos los soldados y así formar el ejército con los más fuertes, perseverantes y apasionados. Y sí, les llamaba soldados, pero lo que él quería eran guerreros leales y luego de solo dos años, fue lo que logró hacer.

Y a pesar de tener un ejército tan sólido, el rey Mek optó por la paz. Su pueblo siempre había participado en guerras, y sus reyes habían dado todo de sí por ganar cada batalla que tuvieran. Pero el rey Mek quería que este pueblo fuera igualmente respetado sin tener que luchar para probar que merecían ese respeto. Aunque fuese por una sola generación, el rey Mek quería que los habitantes de Kinglo conocieran lo que era la paz. No obstante, la naturaleza del hombre es violenta, y nuestros vecinos sedientos de sangre decidieron aunar fuerzas e invadirnos. Sí, éramos un pueblo pequeño, y ahora seríamos aún más pequeños, pero no éramos débiles por desear experimentar la paz. Era algo que el pueblo merecía y el rey Mek nos quería regalar.

El rey Mek intentó por todos los medios evitar la guerra, pero todo fue en vano. En una de las reuniones con sus consejeros casi pierde el control de su temple y decide atacar a los enemigos él solo. Afortunadamente, lo detuvimos. Y es que, aunque sabíamos que el rey Mek tenía la fuerza suficiente como para acabar con el enemigo sin problemas, no podíamos permitirle usar su poder.

- No veo qué hay de malo en que use mi poder para acabar con ellos. Ya lo hemos hecho todos los reyes de este pueblo, y si ese es mi destino, que así sea.