Quinto Capitulo❣

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–Es increíble que Obito sólo necesitara un visitante en casa para llegar temprano a las prácticas– comentó Minato mientras Rin sonreía nerviosa –. Les tengo noticias a todos– anunció una vez los chicos se les unieron. Sacó dos pergaminos de su bolsillo –. Una es una carta de Kakashi dirigida a mí. Dice que está bien, y también te manda saludos, Rin.

La chica hizo su mejor esfuerzo para ocultar su entusiasmo, y Deidara miró a Obito preocupado.

El chico de las gafas no demostró ninguna reacción, llenando al pequeño artista de dudas.

–Y la otra, es una carta especial de Iwagakure para ti, Deidara. Creo que tu madre me la envió por error, pero descuida, no la he abierto– se la extendió.

Deidara la tomó y por un momento se olvidó de Obito, leyendo el pergamino de su preocupada madre.

Hacia el final del papel aparecían las caligrafías dispares de Akatsuchi y Kurotsuchi, preguntándole cuáles eran los terribles secretos del clan Uchiha para obtener ventaja táctica sobre Konoha.

–Ups.

Se le había olvidado ese propósito, así como todos los otros pedidos de Iwagakure mientras se divertía en Konoha. Pobres de ellos, porque nunca había pensado en otra cosa que no fuera conocer el mundo y mejorar sus técnicas en el extranjero. Si tanto querían espiar, que compitieran para el próximo intercambio genin.

–Y ahora, niños, tengo trabajo extra para el Hokage. Les dejo la tarde libre, pero primero deben cumplir con esta sesión de entrenamientos– sacó una larga hoja que depositó en las confiables manos de Rin –. Y no quiero saber que estuvieron peleando– aunque eso iba dirigido a los varones, su mirada se clavó especialmente en Obito, antes de desaparecer de manera imposible a la vista de cualquiera.

Sus compañeros lo contemplaron conteniéndose a duras penas.

–¡Por qué siempre me regaña a mí!

Rin intentó consolarlo mientras Deidara comenzaba a partirse a carcajadas, y de algún modo la situación desorientó aún más a Obito. Se alejó unos pasos de Rin, reacomodándose las anteojeras.

–Entonces será el momento de despertar mi sharingan– de ahora en más, estaba decidido a ocuparse de su camino para ser Hokage. No más distracciones intentando superar a Deidara o impresionar a Rin. Iba a ponerse en serio.

–¡Qué bien, Obito! Yo seguiré practicando ninjutsu médico. ¿Sabían que hay manuales que sólo se dan a partir del nivel chunin? Pero en la biblioteca encontré unos tomos, y hace tiempo los estoy estudiando– comentó Rin, sacando un pergamino que tenía escrito en grandes caracteres la palabra "Estudio".

Obito recordó las palabras de Deidara acerca del compromiso de Rin con su carrera como kunoichi médica.

No le agradó darse cuenta de que Deidara había sido más observador que él en tan poco tiempo, pero quizás de eso le valían esos sueños de artista que tenía.

–¿Vas a perfeccionar ese jutsu de arte del que nos hablaste, Deidara-kun?– se acercó Rin con interés, sonriéndole.

Deidara se guardó el pergamino bajo la ramera de red que vestía debajo de la parte superior de su samue, devolviéndole el gesto de manera enigmática.

Los pies de Obito lo llevaron como un imán a situarse entre ellos, mientras le posaba con bastante peso un brazo sobre los hombros, examinando al rubio con ojos azul claro.

Deidara mostró unos cuantos ryō en la palma de su mano.

–Mi mamá me los ha enviado, hm. Me voy a buscar algún lugar donde vendan arcilla para esculpir. Nos vemos– se desprendió del agarre de Obito y los saludó con la mano.

Fue sin querer queriendo... (Obidei/Tobidei)❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora