Fue sin querer queriendo... (Obidei/Tobidei)❤

Capitulo Final.❣

EPÍLOGO

–En realidad, jamás hubiese sospechado que Kakashi iba a retirarse tan pronto para poner un criadero de perros con razas de Iwagakure.

–Es algo entendible, son perros más fuertes que los que tienen aquí.

Obito negó con la cabeza, mordiéndose los labios.

–Se lleva excelente con tu madre al día de hoy– siguió Obito –. Me hizo quedar mal un par de veces.

Deidara se detuvo en seco.

–No me lo recuerdes, yo nunca pedí un hermano, hm– gruñó un poco, queriendo devolvérsela a Obito por recordárselo –. Rin es la más "normal", si así lo quieres.

–¿Oye, por qué yo no?

–¿Estás bromeando? Ella es directora del hospital ya.

–Y yo soy una gran mánager además de entrenador. ¿Qué es lo que me hace anormal?

Deidara puso los ojos en blanco, mientras Obito comenzaba a cavar.

–¿Quién despierta su sharingan por esguinzarse un tobillo, hm?

Obito cavó más rápido, poniéndose nervioso.

–Sabes que fue por correr detrás tuyo cuando tu grupo ya se había ido.

Enseguida golpeó algo metálico, y cuando levantó la vista, vio cómo el artista shinobi de lo efímero se ocultaba tras su larguísimo cabello rubio.

–¿Dei?– se acercó preocupado, soltando la pala.

Deidara se volvió un paso hacia su costado libre.

–Me entró tierra al ojo, hm– se limpió con rapidez, con el nudo en la garganta reapareciendo.

Obito no pudo resistirse a abrazarlo, y lo fue convenciendo de arrodillarse, para al fin sentarse alrededor del suelo removido.

Deidara pretendió que nada había pasado mientras extendía sus manos para correr la tierra negra, siempre agradable a su tacto.

Obito lo ayudó, y juntos desenterraron la cápsula del tiempo.

Se miraron unos segundos antes de quitar el sello y abrirla.

Obito silbó.

–Se ha conservado excelente– alabó –. ¿Ves que no volví a hacer trampa?

–Hm, no había que confiarse– le discutió Deidara.

Obito fue directo a por el dibujo, sus ojos llenándose de lágrimas.

–Lo recuerdo como si fuera ayer…– murmuró.

Deidara lo tomó de la mejilla con una mano, y allí le depositó un beso.

–Yo tampoco la olvidé nunca– tomó la carta como si sus manos pudieran destruirla con su kinjutsu, no queriendo que ni una sola de sus lenguas la humedeciera.

Obito le acarició del pómulo a la barbilla con el índice, logrando que el grácil cuello girara con suavidad para dejar su boca frente a la suya.

Lo besó en los labios carnosos, sintiendo el mismo viejo fuego de siempre.

Algunas cosas nunca cambiaban.

–¿Volvemos a casa, hm?– sonrió después del beso mutuo. Con los treinta y tres a la vuelta de la esquina, ya no se quedaba tanto tiempo en los lugares a la intemperie excepto para alguna sesión alocada con Obito en el Bosque de la Muerte.

Tomó la lata con una sonrisa centelleante. Obito volvió a verlo volar alado en su mente, esta vez sobre los halcones gigantes que de verdad esculpían esas manos que lo amaban y hacían arte por igual.

–Comamos en el futón mientras vemos todo esto. Apuesto a que ya ni te acuerdas a la perfección lo que te puse– señaló la carta antes de quitarla de las manos de Deidara para tapar la caja de latón –. Yo sí, mi amor– le depositó un beso en la punta de la nariz y otro casto en los labios, robándole esa risa angelical.

–Claro que me acuerdo, Tobi tonto, hm– comenzó la vuelta de a poco, muy sujeto por la cintura cortesía del brazo del otro.

–Yo soy el romántico de la pareja, Dei– canturreó Obito con una no tan infrecuente voz chillona.

Deidara sonrió mientras recordaba las palabras grabadas en su alma al igual que el dulce aroma de aquella florecilla salvaje. Podía ver las letras escritas con caracteres grandes y desiguales, desordenados y apurados, como si las hubiese leído mil veces hacía apenas un minuto.

"Me gustas. ¿Te gusto?

PD: me gustan tus ojos también".

FIN.

Gracias a todo el mundo por haber seguido hasta aquí esta pequeña historia.💟
Espero que les haya gustado tanto como a mi.❤
Seguiré escribiendo historias de esta hermosa parejita así que estén al pendiente👀
Hasta la próxima.❣