Salía el sol por el este,
yo buscaba a las tristezas que me habían retenido.Pero por la noche
se despidieron.
Dejándome la puerta
entreabierta.Caminamos seguros,
porque el día era santo.
Y el corazón roto
de hace unos años
bombeaba sangre nueva.Viví las luchas, las batallas,
el edificio que
desapareció,
la lápida que se partió.
Y aunque la furia quiso destruirlo todo,
miré mis partes destruidas,
y reí.Reí como nunca,
fui irrespetuosa con este dolor,
que me observaba,
cómo la enfermedad
a sus síntomas.Reí para ganar la gracia de los valientes sin premio.
Para llegar al color
de la nieve,
que dejan las nubes
de tranquilidad.El sol nació en mi,
y el mundo
no llevando
nada escrito o impreso,
era hoja en blanco,
seguidor de una fórmula piadosa,
que recorría el Ecuador.Este era nuestro
estado definitivo,
la impetuosa paz.GenEsys.