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Capitulo 1

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Capitulo 1




Ella siempre fue ella, por eso me enamore. Porque jamás se ocultó del mundo, solo oculto lo que el mundo le hizo. Hay diferencia. Las personas ocultan su dolor para mostrarse fuerte ante lo que queda del buen mundo. Fuimos fuertes a nuestra manera.

Pero volviendo al principio de esto, tendría que regresar al inicio del verano. Maya, una chica castaña en sus inicios de los veinte, que trabajaba en el restaurante y bar a orillas de la playa con un par de amigos que había hecho hace cinco años. Cuando la chica comenzó a trabajar en dicho sitio, tan solo había cumplido los diez y seis años, era una niña. Y aun así, una sonrisa fue suficiente para esperar aquel verano para verla atendiendo con amabilidad a quien sea que entraba en el lugar. Nuestra ciudad es pequeña, todos solemos conocer a todos. No había nada nuevo en el ambiente.

Maya Corn, una joven adulta que me cautivo. Fue un verano cruel cuando por fin coincidimos. Pero lo hicimos, coincidimos otra vez.





Maya


Me encontraba fuera de mi trabajo con el celular en la mano anonadada por lo que Leonard, el idiota rubio, acababa de decirme.

— ¿Qué? -inquirí confundida

— Maya, no lo hagas más complicado. -respondió a través del teléfono.

Bufe. No podria creer lo que sucedía.

— Solo hay que olvidarlo y seguir con nosotros.

— Sí, por supuesto. — ironice. —Por que despues de que me enterara que mi novio me intentara poner el cuerno ebrio, algo que el mismo no pudo decirme, regresare a él como si nada.

— Maya... yo te amo.

— Esto es lo peor y más ridículo que he escuchado.

Hubo una pequeña pausa antes de que el chico hablara.

— Por favor. No lo estás intentando.

Suspire enojada.

—No pienso hacer esto otra vez. —trague con dureza. —No es justo para mí.

— Te vas a arrepentir, Maya. Soy todo lo que tienes. — ¿lo era? —Nadie más te quiere como yo y jamás nadie lo hará.

¿A sí?

— Jodete.

— Sabes que no lo dices enserio, Maya. No a mí.

Dicho aquello colgué la llamada. De alguna manera, sabía que había hecho lo correcto. Es decir, a mi padre, el chico jamás le cayo bien, y a mi abuela, nunca le terminaron de convencer sus cuartadas al no llegar por mi a cenar o dejarme plantada en una cita. Ellos siempre dijeron que merecía algo mejor. Según sus palabras, merecía a alguien que, preferiblemente no me cancelara a último momento, pero sí así era, lo hiciera de una manera honesta y decente, no una idiota para que luego, me dejará varada con el rímel corrido preguntándome si hice algo mal, solo para que el siguiente día me digiera: Lo siento, hermosa. El decía necesitarme pero luego se largaba... estúpido.

Por una ola [PROCESS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora