5

2 0 0
                                    

Capítulo 5

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Capítulo 5



Extrañar a alguien que ha decidió irse, es otro tipo de dolor. Un poco menos fuerte que echar de menos a alguien que murió, pero más fuerte que desear jamás haber avanzado. Los chicos Corn se encontraba en su humilde hogar, su abuela, Lolerai, una mujer de edad avanzada de cabello gris con anteojos y una energía única; era una persona que era, sin duda alguna, admirada por las personas de aquella pequeña ciudad, tanto en el norte, como en el sur. Los dos castaños, se encontraban uno junto al otro, la chica sentada sobre la barra y el chico, apoyaba sus manos sobre esta, ambos leían una carta proveniente de su madre.

La abuela de los pecosos, solos se limitó a salir de la casa sin antes mencionarles que si la necesitaban, ella estaría encantada de escucharlos. La mujer, sabía que el tema de su madre era delicado, y ellos apreciaban que su abuela se esmeraba en darles su espacio. Mientras tanto, su padre, otro tema completamente diferente. A diferencia de su madre, quien los abandonó cuando la menor tenía seis dejándolos solos con su padre, quien tuvo que recurrir a su mamá para pedir ayuda; su padre se esforzaba en darles oportunidades que merecían. Los Corn, habían nacido en el lado norte de la isla, eso volviéndolos ricos y adinerados, no obstante, cuando su madre los abandonó, también el dinero lo hizo, llegando a esta situación, en donde los dos castaños leían con algo de desinterés la carta —las cuales llevaban un cada ocho meses, si tenían toda la suerte del mundo— mientras se pasaban entre ellos una que otra mirada.


...saluden a su padre por mi y díganle que le mando un abrazo. Se que el está afuera, por lo que entiendo, ustedes se quedan con Lolerai, eso es bueno, niños. —jamás los volvió a llamar sus niños— Jaiden, cuida a tu hermana como siempre lo has hecho y Maya, espero controles tu fascinación por el chocolate.

Se que no soy la madre del año, pero me gustaría comentarles que, al final del verano, si me dan la oportunidad, me gustaría de verdad, que vinieran una temporada conmigo, a Florida. Hay buenas escuelas. Piénselo. Lo hablaré con su padre en estos días, o cuando esté de regreso.

Y felices cumpleaños algo atrasados niños...


— Tu cumpleaños fue hace dos meses, y el mío es dentro de cinco. —murmuró Maya mirando el pedazo de papel. —Cuan informada esta.

Jaiden miró de reojo a su hermana.

— Lo intenta Maya. —intentó suavizar el momento el chico.

— Algo tarde ¿no? —mascullo la castaña bajándose de la barra dirigiéndose al refrigerador.— No puede buscarnos e intentar remendar las cosas que rompió.

— Jamás la defendí, Maya. —sintió que debía aclarar el mayor ante el leve enojo de ella.

Maya suspiró dándole la espalda. Cerró la nevera sin tomar nada. Jaiden miró con algo de dolor a la mencionada, pero ella, solo camino hacia a un lado de él sin mirarlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Por una ola [PROCESS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora