Capitulo | 2.

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Desperté y ya era de noche, mire a mi alrededor y estaba acostada en mi habitación en la cabaña de Akaza, supongo que el me había recostado ahí. Bosteze y me dispuse a levantarme sin siquiera arreglarme o algo, tenía hambre además de que con Akaza tengo la confianza y no tengo normas como con Daki.

Salí de la habitación y estaba Akaza sentado en el pequeño comedor que estaba en la cocina leyendo el periódico, dejo de ver el periódico para verme a mi y se empezó a reír.

-Gyokko tiene razón, pareces una bruja-dijo riendose.

-Callate, me peinare después de desayunar, además ¿De cuándo acá te interesa leer el periodico?-pregunté confundida.

-Es interesante cuando aparecen tus víctimas desaparecidas en primera portada-sonrió arrogante-¿tienes hambre? Te hice unos huevos, estan tapados en la barra-dijo apuntandomelos.

-Aun no comprendo como sabes cocinar siendo demonio.

-Tuve que aprender, no te podía dar carne humana... Auque no es mala idea.

-¡Ni lo pienses!-grite, me acerque hacia el plato tapado que tenía los huevos y le quite la tapa de encima, agarre un tenedor para poder comerlos de mejor manera y me senté en la mesa quedando frente a frente con Akaza empezando a comer.

-Auque admito que tengo que agradecerte, gracias a ti aprendí cosas que ni en 100 años pude aprender, tuve que ser papá luchón fuerte y guerrero para ti.

Empeze a reir ante lo que dijo, auque era cierto cuando me quedaba con el siempre procuraba que no me faltara lo necesario y trataba de no hacerme daño... Sin contar los entrenamientos.

-Después de desayunar quiero que te pongas ropa de entrenamiento, reposes la comida y luego haras lagartijas, sentadillas, abdominales, tijeras, entre otras cosas, quiero que hagas mil de cada una, hasta que no las hagas no podrás comer, después te bañaras, te arreglaras e iras con "el" ¿entendiste?

Estaba acostumbrada a los entrenamientos excesivos de mi Aniki, pero aun así eran muy cansados y extremos, trate de no hacer una mueca y solo moví la cabeza en señal de si. Termine de desayunar mi huevo y hice lo que dijo Akaza, tome mi traje de entrenamiento y espere un poco a reposar la comida, una vez paso media hora trate de iniciar con calentamiento básico, esto era necesario para no romper mis huesos con entrenamiento tan extremo.

Empeze con las lagartijas, apenas llevaba 5 cuando Akaza salio de la cabaña y se me quedó mirando fijamente... No se por que tengo mal presentimiento pero la forma en que me miraba no era nada bueno, se volvió a meter a la casa y después de 5 minutos cuando yo llevaba 30 lagartijas salió con unas pesas, mala señal, las mire y tenían un 5 eso quiere decir que pesaban 5 kilos cada una.

"por favor que no me las ponga, por favor que no me las ponga".

Era lo único que pensaba, se empezo a acercar a mi y cuando pensé que las iba a poner en mi espalda no lo hizo, cosa que me alivio pero en cambio el se sentó en mi espalda, y por si fuera poco pesaba mucho.

-Qu-quitate gordinflon-dije con dificuldad, al sentarse en mi espalda se me dificultaba hacer las lagartijas, mis brazos me temblaban y me costaba respirar.

-Esto es parte de tu entrenamiento mocosa-Respondió, después de eso subió una de las pesar a sus piernas cosa que hizo que tuviera más peso en mi espalda.

-¿Ah? ¿Esto es todo lo que puedes hacer? Que decepción.-Dijo al ver que mis piernas empezaron a temblar.

-Callate, a diferencia de ti yo tengo límites, soy humana, en cambio para ti es muy difícil cansarte. Agradece que pude llegar a ser la quinta luna superior.

𝑇ú 𝐸𝑟𝑒𝑠 𝑀𝑖 𝑃𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑐𝑖ó𝑛. | 𝑀𝑢𝑧𝑎𝑛 𝐾𝑖𝑏𝑢𝑡𝑠𝑢𝑗𝑖 𝑌 𝑇ú.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora