Gilderoy Lockhart

334 19 0
                                    


Al día siguiente, la peliroja y el Black mayor se encontraron, en la sala común  y juntos se dirigieron hacia el gran comedor, dónde cerca de la puerta se encontraban los Black's restantes más Luna Lovegood

- Hola!- saluda la pequeña de los Black's- entramos, es que tengo frío y el clima no ayuda- todos asienten- me puedo sentar con alguno de ustedes?, es que en mi casa no he hecho ni un amigo, ayer trate de hablar con una peliroja con la que comparto habitación, pero estaba actuando muy extraño, incluso parece como si no me hubiera escuchado-
- Tranquila, seguramente es que la niña seguia con miedo, por mi no hay problema que te sientes con nosotros, pero diría que es mejor que te sientes con Luna y Orión, si no quieres recibir miradas de Odio por parte de los slytherin's- dice la peliroja
- Y si preguntamos a los profesores si nos podemos sentar todos juntos en la mesa de Ravenclaw?- pregunta Luna.
Los niños simplemente asienten y empiezan a caminar dentro del gran comedor ( la peliroja alargó su capacidad de oclumancia para que también estuviese presente sobre la mente de sus amigos) por todo el medio,  ven el techo encantado,
que aquel día estaba de un triste color gris, las cuatro grandes mesas correspondientes
a las cuatro casas estaban repletas de soperas con gachas de avena, fuentes de
arenques ahumados, montones de tostadas y platos con huevos y beicon, cuando los niños estuvieron al frente de la mesa de profesores, Cassiopeia comenzó ha hablar
- Buenos días profesores, director; nos preguntábamos si nos podíamos sentar todos nosotros en la mesa de ravenclaw- dice ella con una voz demasiado tranquila
- Tienen algún problema con estar con los de su casa?- pregunta el director viéndolos
- Para nada señor, simplemente nos queremos sentar juntos, pero si no es posible lo comprendemos completamente- dice la peliroja, mirando fijamente al director
- Se van a poder sentar, en la mesa que ustedes quieran- empezó la profesora Mcgonagall- siempre y cuando los días de fiesta y banquete se sienten en sus mesas correspondientes- dice la profesora mirándolos con una media sonrisa
- Muchas gracias- dicen los cinco y se dirigen a su mesa
Mientras que los profesores hablaban en voz baja
- Curiosa amistad, no les parece?- pregunta Dumbledore
- Extraña a mi parecer- dice Snape
- Tenía tiempo que no veía a niños de diferentes casas compartir juntos- dice la profesora Sprout

Ahora ya con los niños sentados todos en la mesa de ravenclaw, con miradas sobre ellos empezaron a comer tranquilamente mientras hablaban
—El correo llegará en cualquier momento —comento Leo— quiero saber que dice mamá respecto a las casas en qué quedamos- dice con nervios
-  Y ya te dijimos que a mamá no le importará que casa quedaste, además acuérdate que tía Andrómeda fue Slytherin y es muy buena- dice Orión
Y efectivamente Leo acabo sus gachas de avena cuando un
centenar de lechuzas penetraron con gran estrépito en la sala, frente a los 5 niños cayeron 3 cartas, una dirigida a los Black's, otra a la Lovegood y otra a la peliroja, pero antes de que pudieran comenzar a leer sus cartas, en el salón se oyó un bramido tan potente que
desprendió polvo del techo.
—… ROBAR EL COCHE, NO ME HABRÍA EXTRAÑADO QUE TE EXPULSARAN; ESPERA A QUE
TE COJA, SUPONGO QUE NO TE HAS PARADO A PENSAR LO QUE SUFRIMOS TU PADRE Y YO
CUANDO VIMOS QUE EL COCHE NO ESTABA…
Los gritos de esa señora hacían
tintinear los platos y las cucharas en la mesa y reverberaban en los muros de piedra
de manera ensordecedora. En el salón, la gente se volvía hacia todos los lados para
ver quién era el que había recibido el howler, y Jilian vio como un chico pelirojo  se encogió tanto en el asiento
que sólo se le podía ver la frente colorada.
—… ESTA NOCHE LA CARTA DE DUMBLEDORE, CREÍ QUE TU PADRE SE MORÍA DE LA
VERGUENZA, NO TE HEMOS CRIADO PARA QUE TE COMPORTES ASÍ, HARRY Y TÚ PODRÍAIS
HABEROS MATADO…
Jilian pensó si ese sería Harry Potter su hermano
—… COMPLETAMENTE DISGUSTADO, EN EL TRABAJO DE TU PADRE ESTÁN HACIENDO INDAGACIONES, TODO POR CULPA TUYA, Y SI VUELVES A HACER OTRA, POR PEQUEÑA QUE SEA,
TE SACAREMOS DEL COLEGIO.
Se hizo un silencio en el que resonaban aún las palabras de la carta. El sobre rojo,
que había caído al suelo, ardió y se convirtió en cenizas. El chico pelirojo que había recibido el Howler quedó aturdido. Algunos se rieron y,
poco a poco, el habitual alboroto retornó al salón.

LA POTTER OCULTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora