Muchas arañas

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Después de ese día, la niña no había vuelto a hablar con Harry, se lo vivía con Luna y Leo para todas partes, este último iba cada que podía a ver a sus hermanos, aprovechaba el que su mejor amiga trabajaba en la enfermería para hacer eso
La peliroja se imaginaba que sin importar lo que les haya dicho a su hermano y amigo ellos irían a "seguir a las arañas" ¿Quien haría caso a eso? Si, Harry Potter y su mejor amigo

Estaba la peliroja en la enfermería con Mándame Pomfrey cuando le dijo
- No podemos correr más riesgos — dijo viendo a la peliroja- nadie más además de nosotras y los profesores podrán entrar, es demasiado peligroso
- Está bien Madame Pomfrey, lo entiendo

Esa fue la peor noticia para el Black mayor, pero al menos sabía que su amiga lo mantendría informado
El que andaba según la mayoría "feliz" con todo el asunto era Draco Malfoy, pavoneandose de que su padre fue el que hecho a Dumbledore, muchos Slytherin's quieren que sea Severus Snape el nuevo director, pero el ya dejó en claro que será solo por un tiempo.
Los profesores debían llevar a los estudiantes a cada cada clase, esto tomado como medida de seguridad, a Snape esto no le hacía mucha gracia.
La niña se encontraba con Leo y Luna saliendo de clase de encantamientos, cuando ve un grupo de arañas, sinceramente un grupo muy extraño las arañas iban todas en fila rumbo al bosque prohibido, la peliroja lo primero que pensó fue.
Si yo las ví, lo más seguro es que Harry y Ron también ya que tienen pociones

- Tienes que hacer algo?- le dijo Luna a la peliroja, ya que Leo había ido al baño y ellas lo esperaban fuera
- Como sabes Lu?- le contesta la peliroja
- Siempre que estás pensando hacer algo hablas menos de lo habitual
- Si tienes razón, se que Harry va a ir a hacer algo sumamente bobo hoy y tengo pensado ir y quedarle entre las sombras por si necesita algo
- No es problema, hay toque de queda, y tienes el mapa, podras ir tranquila y Leo a de estar cansado
- Si tienes razón, no le diré nada porque se que querrá ir conmigo y si algo sale mal no quisiera que tuviera problemas
- Si es lo que quieres, de todas maneras mañana le contarás

No vuelven a hablar más, porque Leo sale. Y así pasa el resto del día en clases, el pequeño grupo de amigos.

Ese día en la noche, pasadas ya la media noche, cuando no quedaba ni un alumno la niña se vistió con ropa Muggle y se coloco la capa de sliteryn encima, se llevó su varita y obviamente el mapa, cruzo por los diversos pasadisos hasta llegar a fuera del castillo, vio como dos sombras y una más pequeña se internaban en el bosque, ella iba siguiendolos desde lejos y ocultandose detrás de los árboles cuando ellos miraban a los lados, la niña observo lo mismo que los niños un tumulto de arañas que iban a paso rápido a internarse en el bosque, lo siguieron y la niña igual, empezaron a armar escándalo por un ladrido del perro, la niña pensó que era momento de usar su metamorfomagia y se convirtió en algo pequeño en una ardilla para ir por los arboles; luego se consiguieron un carro,  al rato la niña comenzó a ver cómo arañas bajaban con sus hilos de los árboles, como se acercaban a dónde se encontraban los otros dos, luego de que la araña soltó a Harry y Ron la peliroja escucho que estaba llamando a otra
—¡Aragog! —llamaba—, ¡Aragog!
Y del medio de la gran tela de araña salió, muy despacio, una araña del tamaño de
un elefante pequeño. El negro de su cuerpo y sus piernas estaba manchado de gris, y
los ocho ojos que tenía en su cabeza horrenda y llena de pinzas eran de un blanco
lechoso. Era ciega.
—¿Qué hay? —dijo, chascando muy deprisa sus pinzas.
—Hombres —dijo la araña que había llevado a Harry.
—¿Es Hagrid? —Aragog se acercó, moviendo vagamente sus múltiples ojos
lechosos.
—Desconocidos —respondió la araña que había llevado a Ron.
—Matenlos —ordenó Aragog con fastidio—. Estaba durmiendo…
—Somos amigos de Hagrid —gritó Harry. Sentía como si el corazón se le hubiera
escapado del pecho y estuviera retumbando en su garganta.
—Clic, clic, clic —hicieron las pinzas de todas las arañas en la hondonada.
Aragog se detuvo.
—Hagrid nunca ha enviado hombres a nuestra hondonada —dijo despacio.
—Hagrid está metido en un grave problema —dijo Harry, respirando muy deprisa
—. Por eso hemos venido nosotros.
—¿En un grave problema? —dijo la vieja araña, en un tono que a Harry se le
antojó de preocupación—. Pero ¿por qué os ha enviado?
La peliroja vio como Harry quería pararse, pero por lo visto sus fuerzas no dieron fruto.
—En el colegio piensan que Hagrid se ha metido en… en… algo con los
estudiantes. Se lo han llevado a Azkaban.
Aragog chascó sus pinzas enojado, y el resto de las arañas de la hondonada hizo
lo mismo: era como si aplaudiesen
Esto da terror, porque Harry se tiene que meter en tantos problemas- piensa la niña
—Pero aquello fue hace años —dijo Aragog con fastidio—. Hace un montón de
años. Lo recuerdo bien. Por eso lo echaron del colegio. Creyeron que yo era el
monstruo que vivía en lo que ellos llaman la Cámara de los Secretos. Creyeron que
Hagrid había abierto la cámara y me había liberado.
—Y tú… ¿tú no saliste de la Cámara de los Secretos? —dijo Harry
Este niño será idiota- piensa la peliroja
—¡Yo! —dijo Aragog, chascando de enfado—. Yo no nací en el castillo. Vine de
una tierra lejana. Un viajero me regaló a Hagrid cuando yo estaba en el huevo. Hagrid
sólo era un niño, pero me cuidó, me escondió en un armario del castillo, me alimentó
con sobras de la mesa. Hagrid es un gran amigo mío, y un gran hombre. Cuando me
descubrieron y me culparon de la muerte de una muchacha, él me protegió. Desde
entonces, he vivido siempre en el bosque, donde Hagrid aún viene a verme. Hasta me
encontró una esposa, Mosag, y ya veis cómo ha crecido mi familia, gracias a la
bondad de Hagrid…
Harry reunió todo el valor que le quedaba.
—¿Así que tú nunca… nunca atacaste a nadie?
—Nunca —dijo la vieja araña con voz ronca—. Mi instinto me habría empujado a
ello, pero, por consideración a Hagrid, nunca hice daño a un ser humano. El cuerpo
de la muchacha asesinada fue descubierto en los aseos.
Myrtle- es lo primero que piensa la niña
Yo nunca vi nada del castillo
salvo el armario en que crecí. A nuestra especie le gusta la oscuridad y el silencio.
—Pero entonces… ¿sabes qué es lo que mató a la chica? —preguntó Harry—.
Porque, sea lo que sea, ha vuelto a atacar a la gente…
Los chasquidos y el ruido de muchas patas que se movían de enojo ahogaron sus
palabras. Al mismo tiempo, grandes figuras negras parecían crecer a su alrededor.
—Lo que habita en el castillo —dijo Aragog— es una antigua criatura a la que las
arañas tememos más que a ninguna otra cosa. Recuerdo bien que le rogué a Hagrid
que me dejara marchar cuando me di cuenta de que la bestia rondaba por el castillo.
—¿Qué es? —dijo Harry enseguida.
Las pinzas chascaron más fuerte. Parecía que las arañas se acercaban.
—¡No hablamos de eso! —dijo con furia Aragog—. ¡No lo nombramos! Ni
siquiera a Hagrid le dije nunca el nombre de esa horrible criatura, aunque me
preguntó varias veces.

LA POTTER OCULTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora