La Ley de la Naturaleza - winrina

1: Fuego

—¿Cómo estas?

Aeri entró a la habitación de Karina con las manos en los bolsillos.

—Bien, como siempre. Intentando no apagarme —rió negando con la cabeza.

—¿Quieres que vayamos a dar un paseo, cerilla?

Karina la miró con sonrisa burlona.

—¿Me acabas de llamar cerilla?

—Es gracioso.

—Eres idiota —le lanzó un peluche mientras reía.

—No pero en serio, ¿vamos?

—¿Y que me miren extraño si me pongo nerviosa? No, gracias.

Karina se recostó sobre la pared de su pequeño cuarto. Aeri la miraba desde la puerta, no soportaba ver a su amiga tan apagada, por muy paradójico que sonara.

—No me mires así tú también —alzó la mirada para ver a su amiga.

—¿Así cómo?

—Con cara de pena, como si me estuviera muriendo o algo.

Aeri no respondió, simplemente siguió mirándola con aquellos ojos entristecidos.

—¿Me estoy muriendo? —preguntó confusa, incluso asustada.

—De pena, Rina. Te estas consumiendo de pena desde que ocurrió aquello, y no voy a dejar que eso pase, ¿me oyes? No te voy a abandonar.

Karina esbozó una sonrisa y esta vez la mirada de Aeri se tornó a calmada. La morena suspiró y se frotó las manos con fuerza, y conforme hacia aquello, sus llamas iban desvaneciéndose hasta calmarse y ser ocultas.

—¿Mejor? —preguntó Aeri sonriendo.

—Por ahora sí, intentaré no sentir muchas emociones en este paseo —rió con su propio comentario.

—No te enamores de nadie, será suficiente —bromeó.

—No lo haré, eso seguro.