8: Emociones

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—¿Donde quieres ir? —preguntó Winter

—Voy a parecer una loca pero...

—No digas eso, no parecerás ninguna loca. Digas lo que digas será valido —Karina sonrió—. Continua.

—Me apetece ir al bosque, nunca me había planteado ir pero desde que estoy aquí contigo... Me apetece.

—¿Al bosque? —preguntó sorprendida.

—Sí, ¿no quieres?

—No es eso... —Winter rió para sus adentros y continuó andando.

—Hey, ¿qué pasa? —Karina estaba confusa.

Winter alzó la mirada y se encontró con sus ojos directamente.

—Yo también lo estaba pensando.

Un pequeño rubor empezó a subir por las mejillas de Winter y Karina se limitó a sonreír.

—¿Crees que formemos parte de la naturaleza? —preguntó Winter mientras caminaban por la acera.

—Lo pensé en casa después de haberte conocido.

—¿Supiste que era agua nada más verme?

—No es que lo supiera, pero cuando te ví me vi reflejada en ti —Winter se ruborizó—, y no sabía cual era tu poder pero por el charco de agua en los zapatos...

—Qué vergüenza —se tapó el rostro con las manos.

—No quieras verme a mí en llamas —sonrió.

—Eso ha sonado muy....

—Qué mente más sucia —Karina empujó a Winter por el hombro—. Pero sí, puede ser que allí fuera haya una versión Tierra y otra aire.

—Me pregunto qué hará aire... —cuestionó Winter.

—¿Volar tal vez? ¿crear un tornado?

Winter la miró incrédula.

—¿Tu estas segura de que esto no son maldiciones?

Karina rodó los ojos y rió ante el comentario.

—No sé... Si es el don de la naturaleza... ¿Por qué debería ser malo?

—Buen punto. Pero es que yo nunca le he llegado a encontrar algo positivo a esto... ¿Lanzar agua? Es que no sé —suspiró.

—No hables... ¿y yo qué? Porque lo mio si que es intenso —golpeó una piedra con el pie.

—Por eso mismo, que es raro... A veces me pregunto... ¿Por qué existimos? —Karina la miró—. Quiero decir, ¿por qué estamos aquí? ¿Hay alguna misión que debamos hacer? ¿somos superheroes o algo? Me siento perdida.

—Supongo que si fuera así, existiría otro lugar.

—¿Otro lugar?

—Sí, allí —Karina señaló al cielo—. Otro planeta, otro mundo donde podamos existir, ser normales, hacer vida normal. Ir a colegios especiales, que te ayuden a controlar el agua, el fuego...

—¿Tu crees?

—Quién sabe, en las películas sería así.

—Sí, en las películas... —Winter suspiró—. Ya estamos casi. Es allí.

—Me siento como una bomba de relojería pisando un bosque.

—Cierto, no lo había pensado.

—Más te vale no provocarme emociones —le señaló con el dedo riendo.

La Ley de la Naturaleza - winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora