Un Problema Embarazoso cap 9

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Extra: Una Noticia Inesperada
Hola a todos y aunque se que esto sera raro, acepte una petición sobre un capitulo extra de mi Fic, asi este es epero lo disfruten y si se lo preguntan, oh si, tendrá una secuela... mucho mas extensa. Nos leemos luego.
Hora de Aventura
Un Problema Embarazoso
Capitulo Extra: Una noticia inesperada.
Y de manera vertiginosa paso un año desde que las tres chicas le dijeron a Finn que se habían embarazado de nuevo, para ellas pudo ser aterrador pasar por lo mismo solas, sin embargo como el héroe prometió, estuvo presente en todas las etapas de su gravidez haciendo que valiera la pena vivirlo de nueva cuenta. Finn fue atento y tierno con las tres, no importaba si sus repentinos cambios de humor aparecían de la nada, el chico siempre estuvo a su lado. Lo mejor y más disfrutable fue que cada una dio a luz en un día distinto lo que otorgo al chico la oportunidad de estar con ellas y sus hijas sin problema alguno.
Ahora las pequeñas cuentan con tres meses de edad y el héroe esta por pasar uno de sus más difíciles retos: Cuidar a las seis al mismo tiempo ¿Por qué? Bueno, eso es fácil, el día de la Princesa se celebrara en el Dulce Reino y como es lógico Dulce Reina será la anfitriona, aunado a que es el primer evento formal como princesas de las tres hijas mayores del héroe y no pueden faltar, pero para hacer las cosas mas sencillas Marceline y la ahora Reina Flama podrán acompañar a sus retoños y porque solo pueden ir princesas, el chico cuidara de las niñas pues son demasiado pequeñas para ir a un evento así.
-Muy bien Finn, ¿Entendiste lo que te dije?- pregunto con insistencia la Dulce Reina al tiempo que le sacaba el aire a una de las niñas
-Casi todo…-
-¿Qué no entendiste tarado?- cuestiono Marceline mientras terminaba de alimentar a sus gemelas-¡Hablo en serio, cuidado con esos colmillos!
-Sé que me dejaron biberones, pañales y juguetes, lo que no entendí fue ¿Por qué no puedo darles cualquier biberón?-
-¿Por qué? ¿Recuerdas que hace una semana hiciste eso y tuvieron cólicos todo el día?- respondió la Reina Flama molesta
-Ah, fue por eso… perdón-
-Listo, las dos están limpias espero que esta vez dure- dijo la ígnea chica dejando a sus hijas en su cuna
-Y lo mas importante, después de que las alimentes debes sacarles el aire como Bonnibel lo hacia o de lo contrario ellas lloraran el resto del día- dijo Marceline calmadamente para que el chico entendiera
-Esta bien eso si lo comprendí, créeme no quiero que lloren hasta que ustedes regresen-
-Finn ya en serio, ¿Podemos irnos y confiar que las cuidaras apropiadamente?- pregunto con angustia la dulce joven
-Tranquilas, si puedo controlar a ese trio de demonios, podre con estos angelitos y hablando de ellas ¿Dónde están?-
-Deben estar cambiándose todavía ¡Niñas, ya nos vamos!- grito Marceline
-¡En un segundo bajamos!- se escucho desde el segundo piso
Un par de minutos después, las tres descendieron, primero fue Bonnie que portaba un vestido rosa, era una versión mas elegante del que su madre usa habitualmente, en seguida bajo Rubí, ella llevaba un vestido blanco sencillo, pero muy bonito y obviamente Fionna seria la ultima o al menos eso pensaron.
-¡Olvídenlo! ¡Yo no voy a usar esta cosa!- se oyó desde la parte alta de la casa
-Vamos Fionna, ya estamos retrasadas y tu te pones así- dijo Rubí mientras subía por la niña
-No, no lo haré, me da mucha vergüenza-
-Anda ya o tú Mamá se enojara-
Con nerviosismo, Fionna bajó las escaleras y revelo que traía un vestido violeta sin tirantes, le daba pena mostrarse así frente a su Papá.
-Ya sé, no me va este estilo ¿Verdad?- dijo con algunas lágrimas
-¡Que linda te ves Fionna!- dijo Finn maravillado
-¿En serio Papi? ¿No lo dices solo para hacerme sentir bien?-
-Para nada, de hecho las tres se ven hermosas, esos vestidos les van muy bien-
Fionna sonrió por lo que su Padre dijo y ya no se sintió incomoda por usar vestido, Bonnie y Rubí se acercaron a ella y le ayudaron a peinarse.
-Vi lo que hiciste por tu hija, te compensare por ello mas tarde- dijo Marceline pasando su lengua por los labios del chico
Al ver esto, las demás chicas no se quisieron quedar atrás y también le dieron un beso apasionado, sin embargo las cosas parecían salirse de control… hasta que.
-Ya, ya, harán esas cosas en la noche- dijo Bonnie separando un poco a las chicas
-Es verdad, es bastante incomodo verlos u oírlos- dijo Rubí apartando a su Padre
-Lo único malo es que cuando seamos mayores buscaremos a un hombre así y no es tan fácil tener uno como Papá- remato Fionna para vergüenza de las jóvenes
Finn rio nervioso por los comentarios subidos de tono de sus hijas y antes de que dijeran algo mas fuerte sus madres se apresuraron a llevárselas.
-Regresaremos en la tarde, solo sigue las instrucciones que te dimos y estarás bien- dijo Bonnibel saliendo a toda velocidad
Cuando el chico se quedo a solas con sus otras hijas por un momento pensó que todo seria muy tranquilo hasta que ellas volvieran… un pensamiento bastante iluso. Porque apenas salieron las jóvenes, las niñas lloraron lo más fuerte que pudieron.
Bonnibel escucho a lo lejos el llanto de sus hijas y tuvo la fuerte necesidad de regresar, pero Marceline la detuvo, la dulce chica comprendió que Finn tenia que hacerse cargo como pudiera y con todo el dolor de su corazón continuo con su camino.
En tanto dentro del fuerte del árbol, Finn deseaba saber porque lloraban así, no era lógico ya que las chicas las dejaron perfectamente ¿Qué había pasado?
-A ver, ¿Por qué el escandalo?- pregunto el chico sin alzar la voz para no asustarlas
Las gemelas de Bonnibel se esforzaban para alcanzar un osito de peluche que estaba en el sillón y obviamente no podían hacerlo. Las niñas de Marceline querían jalar el mantel rojo de la mesa pues al parecer todavía tenían hambre. Y por ultimo las pequeñas de la Princesa Flama se tallaban los ojos, pero a su vez le daban los brazos a Finn para que las cargara… sin duda cuidarlas seria un reto para este joven padre y es que el chico quería hacerlo bien, sin embargo así como empezó el concierto lacrimógeno termino y aunque parecía que se habían calmado era todo lo contrario. Repentinamente, el héroe percibió un olor particular y no tardo en saber que era.
-No es posible, ¿Boom Boom? ¿Las seis? Bueno que se le hacer- y resignándose a lo que a continuación pasaría el chico busco en las pañaleras y se apresto a cumplir esta terrible misión
Nota del Autor: Para evitar un accidente y por seguridad de todos, omitiré como Finn cambio seis pañales y cualquier detalle adjunto, pero si en alguna ocasión han estado cuando se hace el cambio a un bebé, comprenderán que no es muy agradable y además hacerlo seis veces… bueno, creo que con esa imagen bastara, así que me saltare hasta cuando el piensa como deshacerse de la evidencia incriminatoria.
-Listo ese fue el ultimo y ahora todas están limpias, mejor desaparezco estas cosas- dijo el chico sacando el oloroso paquete
Las pequeñas aparentemente se encontraban tranquilas y para asegurarse de que así continuaran, el chico decidió darles los biberones, sin mezclarlos claro esta, las seis bebés tomaron con bastante rapidez el contenido y una a una, Finn les saco el aire para evitar ese concierto lacrimoso otra vez, de la misma manera acomodo a cada bebé en su cuna y la paz por fin se hizo en ese hogar.
-No puedo creerlo, ellas tenían razón con todo lo que me dijeron, bueno, no puedo hacer ruido o las despertaría, será mejor que busque una actividad silenciosa para entretenerme- pensó el chico
Y la actividad que encontró para pasar el rato fue… leer un libro, pero no cualquiera, se trataba de la segunda parte de Juegos Mentales de Jay T. Doggzone llamada Juego Maestro y al igual que el primero este era una basura, sin embargo a Finn le parecía muy interesante.
Mientras el héroe se sumergía en su lectura, no muy lejos de su casa dos figuras se acercaban sigilosamente hasta que solo una llego a la puerta y toco tímidamente. Finn escucho ese sonido y corrió silenciosamente para abrir y detener a la persona que lo hacia, no quería que sus hijas se despertaran.
-Ya voy, un segundo- dijo al tiempo que abría la puerta, para su sorpresa se trataba de una niña no mayor que sus otras hijas.
De inmediato, el héroe se dirigió amablemente a ella, esto para evitar asustarla innecesariamente- Hola pequeña, ¿Puedo ayudarte en algo?-
La niña se veía muy tímida y con dificultad contesto- H-hola, ¿Tu e-eres Finn el Humano?-
El chico asintió y reuniendo todo el valor posible la pequeña dijo- Tal v-vez esto te suene r-raro, pero… yo soy tu hija-
-¿Mi hija? No, no puede ser, yo no he tenido algo más con otra chica aparte de ellas, a menos que…- dijo el joven aun sorprendido por la noticia de esta niña
-Mi mamá es la Princesa Grumosa si es eso lo que ibas a preguntar- contesto la niña antes de que el chico dijese algo
¿Una hija de Grumosa y mía? Pensó el chico bastante desconcertado, en su mente intentaba dilucidar si esto era verdad, pues la niña no tenia la apariencia de ser una mentirosa o una timadora, viéndola bien si se asemejaba un poco a la Grumosa, su color de piel era de un tono mas claro que el de la Princesa y la textura sin lugar a dudas era la misma, cuando la pequeña se quito ese gorro revelo un hermoso cabello rubio y en su frente una estrella similar a la chica, esta niña tenia características de ambos.
-Pero, no puedes ser hija de Grumosa y mía ¿O si?-
-¡Lo es! Finn Jr. es tan hija tuya como las que tuviste con ellas- se oyó un grito proveniente de los arbustos cercanos
-Esa voz… ¿Sera posible que?-
De esos arbustos una figura emergió, a simple vista no parecía ser alguien conocido, pero nuevamente hablo y confirmo las sospechas del chico.
-¡Aquí me tienes Finn! ¡Ahora si quiero que te atrevas a negar que tuviste algo conmigo!- dijo ella con un tono bastante molesto
Oh si, era la Princesa Grumosa y estaba muy enojada por lo que acababa de decir el joven, Finn de inmediato quiso tranquilizar las cosas.
-Espera Grumosa, cálmate un poco, yo en ningún momento he negado eso-
-¿No? Bueno, muy bien, le bajare un poco al drama-
-No entiendo, ¿Por qué no me dijiste nada de esto?- pregunto el chico refiriéndose claro a la niña
-Tal vez porque es algo personal y privado, además no quiero que nadie se entere, ¿Me invitarías a pasar para contarte todo desde el principio?-
-Desde luego, pasen solo no hagan ruido, las niñas están dormidas-
Grumosa y su hija entraron en silencio como Finn dijo y cerca del sillón encontraron a las seis pequeñas durmiendo plácidamente.
-Y no era broma, vaya Finn, tu no pierdes el tiempo ¿Eh?- dijo la chica a tono de burla
-Ah claro… como digas-
-Que lindas son ¿Y ya tienen nombres?-
-Por supuesto, las chicas me dejaron ponérselos esta vez ya que con las otras niñas ellas los escogieron-
-Muy bien, oigamos esos nombres-
-A ver… Las gemelas de Bonnibel se llaman Diana quien tiene el cabello rosa y Helena que tiene el cabello rubio-
-Lindos, muy lindos ¿Las niñas de Marceline?-
-Bueno aquí es un poco mas complicado ya que ambas tienen el cabello rubio, la única manera de distinguirlas es por el color de ojos, Aurora los tiene rojos y Celeste azules.
-Nada mal, si que te luciste Finn y por ultimo ¿Las de la Princesa Flama?-
-Eh… ahora es Reina y eso es mas fácil ya que sus cabellos son diferentes, la rubia es Kenna y la pelirroja es Aideen.
-Esos nombres nunca los había oído, ¿Significan algo?-
-Ambos significan fuego y a ella le gustaron-
-Tienes buena mano con los nombres Finn y corriste con suerte de que a ellas les agradaran-
-Gracias, supongo y hablando de nombres ¿Por qué le pusiste a ella Finn Jr.? –pregunto el chico mientras la niña no perdía detalle de sus hermanas
-Ah vamos, si Jake le puso Jake Jr. a una de sus hijas ¿Por qué yo no podía ponerle Finn Jr. a la mía? Siempre me gusto ese nombre- respondió sonrojada la chica
- Eh si, toma asiento cuéntame como es que te embarazaste, por que yo creía que solo los grumosos podían procrear entre ellos y nadie mas-
-Yo también pensaba eso y fue por esa razón que te dejaba hacerlo sin protección, pero ya ves, termine quedando encinta gracias a ti-
-¿No tuviste síntomas cuando estabas embarazada?-
-No, si acaso un malestar pasajero y como siempre he estado así de rellena, no note nada fuera de lo común conmigo-
-Cielos, me hubiera gustado que a ellas también les hubiera pasado así, en fin…- dijo el chico con un tono de resignación como si hubiera sucedido algo muy malo en ese tiempo.
-Todo iba de lo mas normal, hasta que un día el dolor fue mas fuerte que antes y tuve que pedir ayuda a la Princesa Tortuga ya que tiene conocimientos médicos, yo creí que seria una indigestión severa, pero nunca pensé ni ella tampoco es que estaba a punto de dar a luz- dijo la rolliza chica recordando ese evento traumático
-¿Qué es lo que acabas de decir?- pregunto extrañada la Grumosa a su mejor amiga
-¡Que vas a tener un bebé!- grito la chica tortuga casi histérica
-No, no, no es posible, aun no me he fusionado con alguien para ser Madre-
-Chica recuéstate, las contracciones empezaran en cualquier instante- dijo la Princesa tortuga mientras continuaba su ir y venir tan frenético colocándose unos guantes y trayendo el botiquín de la biblioteca.
-¿Las que? ¡AAAHHH! ¡Que espantoso dolor!-
-Y aumentara conforme se acerque el momento de que el bebé deba nacer-
La grumosa estaba muy asustada y conociendo que su amiga no bromeaba muy a menudo, tomo con seriedad esto y se recostó en la mesa, al tiempo que la educada chica revisaba con cuidado a la regordeta joven.
-Listo, veo su cabeza, cuando te diga pujas ¿De acuerdo?-

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