PRACTICE-USHIJIMA WAKATOSHI

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Aquel día en el que ambos se encontraban en la biblioteca de shiratorizawa, estudiando matemáticas. Uno concentrado en brindar una buena explicación mientras ella refunfuñaba con ganas de querer arrancarle la garganta a la persona que inventó los números.
—No creo que tenga caso, Ushijima-San. Creo que simplemente estoy destinada a morir en los basureros para cuando sea pobre. —Dijo la pelinegra mientras hacía muecas de dolor con un drama de película.

—Creo que si puedes aprobar, simplemente no te desesperes.

La chica soltó un suspiro de cansancio y se volvió a acomodar para poder observar aquel cuaderno sin embargo su vista se quedó pegada en el ceño fruncido del más alto. —Ushijima-san, ¿matemáticas es difícil en tercer año? —Preguntó imitando la acción del pelioliva, así dejando su ceño fruncido y arrugado.

—No.

¿No? ¿cómo no iba a serlo? el simple hecho de imaginarse con ejercicios aún más difíciles en dos años la hacia tiritar del miedo. ¿Fácil? fácil era hablar inglés, según la pelinegra. Pero al fin y al cabo el concepto de "fácil" y "difícil" no era más que una opinión subjetiva a los ojos de Kelsey. Para ella, matemáticas era difícil y para Ushijima no.

—Matemáticas es como el voleibol. —La pelinegra se giró sorprendida de que el pelioliva hubiese soltado más palabras, ya que parecía muy concentrado.

—¿Mhm? —Preguntó con completa confusión.

—Me volví bueno después de practicar mucho, supongo que si prácticas los ejercicios, podrás aprobar. —Le respondió.

Si, era cierto, tenía toda la razón. Pero la pequeña Kelsey era una cascarrabias andante que apenas veía algo que no comprendía, se frustraba y enojaba.

—No creo que se parezcan. Practicaste voleibol porque te gustaba hacerlo, y así fuiste mejorando. ¿Cómo practicaré algo que detesto? Es como si me obligarán a trabajar en lo que más odio. Creo que podría morir si algún día tengo que ejercer números. —Tan dramática...

—Tampoco me gustan las cosas que no entiendo. Pero si no las entiendo, no pararé hasta hacerlo... —Susurró el pelioliva y Kelsey aunque quisiera tirarse de un puente antes que estudiar matemáticas, se tuvo que esforzar.

(૮ ˶ᵔ ᵕ ᵔ˶ ა)

—¡Nos vemos luego, Ushijima-Senpai! —Fueron las palabras que salieron de Kelsey mientras lloraba cuando se despedía de Ushijima en su graduación. —¡No te olvides de mi! ¡Promételo!

—Tan dramática... —Susurró Tendo burlándose.

—Nos vemos pronto, Kelsey, seguiremos en contacto. —Se despidió el más alto dando palmaditas en la cabeza de la pelinegra.

Kelsey durante el año de tutorías junto a Ushijima no solo aprendió matemáticas, también aprendió a comunicarse y a entender a alguien de escasas palabras pero muy acogedor y cálido por dentro. Aprendió todas las reglas sobre el voleibol y cómo jugarlo. Sobre todo. aprendió que sin perseverancia no ibas a llegar a ningún lado.
Lamentablemente, la pelinegra le tuvo que decir adiós a su amor, ya que el chico empezaba con su carrera profesional en el deporte, y ella tenía que terminar la escuela aún. Ciudades, realidades y preocupaciones distintas eran las cosas que separaban a ambos amigos. Si bien Ushijima no tenía tanto apego romántico hacia Kelsey, en su interior extrañaba tener a aquel loro parlanchín que estaba siempre sacándole pelea por todo.

No fue hasta entonces que la pelinegra fue a visitarlo a un partido en Tokio. Cuando Ushijima pudo ver entre el público aquel tierno rostro entre las personas, sintió calidez y sensación de comodidad en su interior. Recordaba perfectamente todo, porque todo estaba igual.

—¡Ushijima! —Gritó la pelinegra cuando fue el turno de Wakatoshi para sacar. Increíblemente, y como nunca, su concentración no estaba en el balón, sino en hacerlo bien para impresionar a la chica y así fue, dando el punto directo para los Schweiden Adlers. Kelsey saltó emocionada en su puesto y fue ahí cuando Ushijima recordó que efectivamente, todo estaba igual.

Recordó un rostro redondo con pálida y aperlada piel llena de lunares, donde su cabello contrastaba junto a su palidez y rubor natural que aparecía de vez en vez. Manos finas con dedos largos que muchas veces rodeaban la de él. Ojos grandes y redondos, nariz un poco grande y puntiaguda, mejillas regordetas y adorables, labios carnosos y pálidos. No, no creció más, porque para su desgracia, Kelsey seguía en el metro sesenta sin poder alcanzarlo. Ushijima estaba describiendo lo que recordaba en aquel entonces, ¿o era lo que conocía en la actualidad? Al fin y al cabo, también recordaba a la perfección lo que dijo la pelinegra ese día cuando lo abrazó después de mucho tiempo, "Estoy aquí de nuevo, como lo prometí"

—Toshi, los hotcakes se van a quemar. —La dulce y suave voz de Kelsey lo sacó de su burbuja. —¿Estás bien?

El pelioliva asintió con su cabeza. —Estaba recordando algo, lo siento. —Se disculpó y volteó el hotcake. —Se me quemaron de nuevo...

Kelsey rio y acarició el cabello de su esposo mientras volvía a vertir la masa sobre el sartén. —Es práctica después de todo, a mi también se me quemaban al principio.

Si, porque después de todo aquellas finas manos con dedos largos, no solo rodeaban las de él. También preparaban hotcakes dignos de un altar que se habían convertido en el desayuno favorito de Wakatoshi.

—Cuando nos conocimos no fuiste capaz de entender que debías practicar aquello que desconocías.

—Sigo odiando las matemáticas, Toshi. Las odié cuando te conocí y cuando te volví a encontrar. —Si, cuando se reencontraron la pelinegra no iba a dejarlo ir de nuevo, y Ushijima agradecía aquello eternamente. —Debes aprender sí o sí. No voy a estar yo siempre para cocinarte, no soy tu sirvienta, Wakatoshi.

—Deberías tener más paciencia con quién te enseñó alguna vez, cascarrabias.

Con una sonrisa y espátula en la mano, Kelsey se carcajeó. —¿Estas buscando pelea de nuevo, grandulon? Mejor apresúrate en voltear ese.

Ya un poco harto, Ushijima apagó el fuego. —¿Qué haces, ton...? —Y antes de que la pequeña cascarrabias empezara a insultarlo como de costumbre, Wakatoshi juntó con ansias sus labios a los de ella.

—Te extrañaba...—Susurró al separarse así recibiendo una tímida sonrisa de parte de la chica.— Por cierto, el otro día vi una casa... Era grande y pensé que quizá...

—¿Mhm? no, antes de que sigas, me gusta pequeño. Me gusta chocar contigo en la cocina y en la habitación. Además, somos solo dos, ¿no crees que será mucho espacio para nosotros dos solos? Siempre quedo sola por lo menos una vez al mes por los viajes del equipo, así que no lo veo necesario. —Interrumpió Kelsey.

—¿Segura? —La pelinegra asintió con su cabeza.

—Ah, y las invitaciones de la boda han llegado. Entrégaselas a los chicos y recuerda darles las correctas a Bokuto y Shoyo.

—¿Shoyo? Pensé que eligirias a Atsumu.

—Shoyo me ayudó con el vestido así que él será el padrino junto a Bokuto ¿Algún problema, Ushijima Wakatoshi? —Preguntó con una ceja alzada que hizo reír al mayor mientras negaba con la cabeza. —Ahora que se van por una semana, recuerda escribirle a Tooru y también a Iwazumi.

—Lo sé. —Respondió besando la mejilla de su esposa. —Aunque no sé si Oikawa aceptará, me dijo que si me comprometía antes que él no iría a mi boda. —Dijo frunciendo el ceño y Kelsey se carcajeó.

𝗛𝗔𝗜𝗞𝗬𝗨𝗨 𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗦𝗧𝗢𝗥𝗜𝗘𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora