𝗛𝗔𝗜𝗞𝗬𝗨𝗨 𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗦𝗧𝗢𝗥𝗜𝗘𝗦

LIKE THE SKIES OF VAN GOGH - AKAASHI KEIJI

Día cinco del mes de diciembre, 09:45, primera nota del día:

"Cuarto mes visitándola en el hospital. Aún no entiende a la perfección todo pero de momentos suele tener recuerdos muy diminutos de lo que éramos, así que estoy bastante orgulloso de su avance. Planeo contarle que hoy es mi cumpleaños, quizá así de alguna forma recuerde nuestra historia."

Camisa normal, la de siempre en realidad. Jeans básicos y los tenis que le obsequió Bokuto hace un par de meses. Vestirse y escoger ropa, oh no... ¿Era al revés? Si, primero ducharse, escoger ropa, vestirse, terminar de asearse e irse, ¿cierto? no era tan difícil, nunca se le hizo difícil. Pero ahora Hoshi por fin tenía una idea de su identidad, del lugar que ocupaba en su vida y la importancia de su compañía. Ya había dejado de verlo como un desconocido y por fin como un joven apuesto del que se enamoraría fácilmente... Si lo conociera.

Que Hoshi por fin pudiera verlo de otra manera que no fuera con indiferencia, lo hacía ponerse ansioso, cauteloso de estar bien y presentable —aunque en realidad siempre lo ha estado— Ahora no podía despreocuparse de su cabello por las mañanas, porque quería estar bien para Hoshi.

Las enfermeras lo recibieron de la misma manera de siempre, con una sonrisa amable y las señoras que esperaban a ser atendidas, enamoradas de aquel educado y apuesto joven pelinegro.

—Keiji, Kotaro vino en la mañana preguntando por ti, dijo que lo llamaras.

—¿Vino aquí? ¿Hoshi lo vió? —Preguntó y Teressa asintió con su cabeza.

—Estuvieron charlando sobre ti de hecho.

¿Sobre él? Frunció el ceño sin embargo no pudo evitar sentirse feliz por imaginar a Hoshi hablando con su mejor amigo, así como lo hacían antes.

El pelinegro dio dos leves golpes en la puerta pidiendo permiso para entrar, y a los segundos recibiendo un "pase" desde adentro.

—Buenos días, Hoshi. —La saludó con una reverencia y la joven imitó su acción con un leve sonrojo en sus mejillas. —He traído pie de manzana.

Se acercó hasta la chica y dejó el dulce en su mesita.

—Es el mejor de Tokio, un amigo me recomendó la pastelería donde lo compré, específicamente por el pie de manzana.

La castaña se veía emocionada, abrió el empaque y al sentir el olor del pie no pudo evitar sonreír en agradecimiento.

—Gracias por esto, Akaashi-san...

Ya no era Kaashi, o Keiji, ahora solo utilizaba su nombre formal y aunque fuera lo correcto, dolía.

El pelinegro y Hoshi se conocieron en secundaria, empezaron como muchos, siendo mejores amigos y luego cayendo en cuenta del amor que sentían por el otro. Al principio conversaron las cosas llegando a la conclusión de que lo intentarían, y en caso de no funcionar, seguirían teniendo aquel cariño y aprecio por el otro de manera incondicional. Sin embargo luego de dos años de relación, Hoshi tuvo un accidente automovilístico donde físicamente el daño no fue mayor, sin embargo si lo fue en su cabeza. Dos meses y medio en coma, y luego al despertar, su memoria había salido afectada.

Actualmente Hoshi se encontraba bien, mejorando y avanzando cada vez más en todos los aspectos, sin embargo Akaashi estuvo una semana entera llorando cuando los redondos labios que amaba besar, susurraron: "¿Quien es usted?"

Todo fue tan repentino, tan de golpe que ni él mismo se pudo sostener. Semanas pensando en qué hacer, qué era lo más sano para ambos y si en verdad estaba dispuesto a la posibilidad de que jamás recuperara sus recuerdos juntos, a la posibilidad de olvidar todo para empezar desde cero, conociéndola como a una persona nueva.