DYNAMITE - SAKUSA KIYOOMI

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¿En serio había que hacerlo? Sakusa ya tenía cuatro años con Sarah y aún así los padres de ella insistían en hablar seriamente con Sakusa. ¿Qué querían? Era lo que el pelinegro se preguntaba una y otra vez, porque lamentablemente, su relación con los padres de la peligris era jodidamente difícil. Por un lado tenían a Kiyoomi, lo más simple del mundo, con sus cosas raras dentro de la limpieza y como quisieras llamarlo. Sin embargo, solo era alguien que trabajaba en lo que amaba y llevaba una tranquila vida con su pareja. Oh, pero parece ser que los padres de Sarah no entendían todavía aquello.

Sarah aceptó dicha cena para hacerles entender y demostrarles que iban más que en serio, así quizás sus padres dejaban de alardear sobre la relación que ellos desconocían y carecían de información. Sakusa aceptó sin rechistar. Una cosa era odiar a sus suegros y otra muy distinta era no tener los huevos para ir y presentarse... O eso era lo que quería pensar.

Durante todo el camino Kiyoomi estuvo pensando, ¿Qué dirán esta vez? "Ya no pueden decir que soy muy mayor al menos".

Cuando se conocieron, Sakusa llevaba su primer año practicando como profesional mientras Sarah estaba terminando segundo año escolar. Fue un caso con sus padres, sin embargo la gente al rededor no parecía sorprenderse por los dos mínimos años de diferencia.

—Tendré tolerancia cero esta noche. —El pelinegro volteó a ver a su novia cuando ésta soltó aquellas palabras. La miró con el ceño fruncido sin comprender lo que dijo. —De verdad espero que sea solo una cena tranquila donde busquen saber que tenemos estabilidad como pareja. Si ponen sobre la mesa temas como tu dinero o trabajo, nos iremos, ¿está bien?.

Por un lado el pelinegro quería sonreír y besar a su novia para decirle "Por favor pateales el trasero, bebé" pero se contuvo para reemplazarlo por un "No te preocupes, seguro todo irá bien" aunque creyera todo lo contrario.

—Kiyoomi. —Saludó el hombre de corto cabello gris, padre de su novia.

Sarah era tierna, tenía carácter fuerte sin embargo la mayoría del tiempo no molestaba a nadie. Alguien tan linda, tan amable, tan jodidamente comestible. ¿Por qué algo así salió de un hombre completamente amargado? Pensó Kiyoomi con ganas de voltear e irse corriendo porque no habían pasado ni diez minutos y ya sentía a su suegra mirándolo con desprecio.

—Buenas noches. —Saludó con la sonrisa más falsa que hace tiempo no daba.

Kiyoomi era de los que permanecían serios la mayor parte del tiempo, simplemente le daba igual darle una mala impresión a la gente por su cara de amargado o no. Le interesaba que una sola persona, cada que lo viera se alegrara. Y esa, era Sarah.

—Y dime, ¿Qué te decidiste por estudiar al final?

Here we go again

—Al igual que la vez pasada, sigo centrado en mi carrera profesional como deportista. Hasta ahora me da de comer y no me veo preocupado por mi economía, al contrario. Mientras no tenga problemas ahora mismo con el volleyball, seguiré haciendo lo que me gusta.

—Mhm, ya veo, sigues en la etapa de inmadurez previa, supongo, ¿no?

El pelinegro suspiró ya un poco exhausto de las miradas reprobatorias. Por otro lado la peligris estaba apretando entre sus puños la tela de su falda.

—Omi irá a los Juegos Olímpicos el año que viene, el equipo entero ya se está preparando.

—¿Si? qué bien. —Respondió la mujer.

Joder, gruñó la peligris. Estaba harta también y quería al menos dar una buena imagen.

—Entonces... ¿Cuánto te pagan por perseguir un balón?

Oh no ~ Susurró el pelinegro sabiendo lo que se venía encima.

Su novia puso las manos sobre la mesa, dejando sus delicadas manos con lindas y sexys uñas rojas a la vista. Su ceño se frunció a más no poder.

—¡Suficiente! —Gritó la peligris.

"Explotó como dinamita" Susurró el pelinegro esta vez dejando escapar una risita.

—¿Hasta cuando piensan criticar a una persona solo por no ser millonario? ¡Mirense! tampoco son la gran cosa. Mínimo respeto deberían tenerle a Kiyoomi simplemente por ser una persona. De ahí a que les desagrade es un gran paso.

—Sarah... —Sakusa susurró su nombre intentando calmarla sin embargo lo único que quería era decirle "Si, ponlos en su lugar, bebé".

—Ya pasa a un grado de inmadurez denigrar tanto a una persona por su trabajo. Cuando ni siquiera saben cuánto gana Kiyoomi.

—No se trata de eso, Sarah. —Intentó interrumpirla su padre.

—¿De qué se trata entonces? ¿Sé trataría de algo distinto si supieran que Kiyoomi gana más que ustedes dos juntos mensualmente? —De inmediato ambos padres se quedaron callados luego de escucharla.

Sakusa por su parte soltó una risita irónica.

—Nos vamos, gracias por la cena. Y no se preocupen que pagaremos sus platos nosotros. Quizá así comprenden que el trabajo que tienen es igual que el de un deportista. Y que no necesito de un hombre porque también tengo un trabajo yo misma.

Sarah tomó la mano de su novio quien la siguió como perrito domesticado a la vez que reía entre narices.

Mientras estaban pagando, Kiyoomi la acercó a su cuerpo, dejándola de espaldas a él.

—Sabes... No debías de preocuparte. Estaba llevando bastante bien la situación.

—No soporté que se dirigieran mal a ti, lo siento mucho por ponerte en esta incómoda situación... Otra vez.

—No, está bien, además... Disfruté verte enojada, casi nunca lo estás así que fue una experiencia nueva y bastante buena.

La peligris rió y se acercó para dejarle un beso pero Kiyoomi retrocedió.

—Omi...

—Lavemos nuestros dientes primero y luego intercambiamos saliva. —Le respondió dejando un beso en su frente para compensar.

—No olvides limpiar tus zapatos antes de entrar también. —Le recordó la peligris.

—Ya lo había hecho de todas formas.

Cambié el nombre de la protagonista, espero no moleste :c

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Cambié el nombre de la protagonista, espero no moleste :c

𝗛𝗔𝗜𝗞𝗬𝗨𝗨 𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗦𝗧𝗢𝗥𝗜𝗘𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora