— ¿Hay alguien en casa? —pregunto pasando por la entrada sin puerta. En estos dos meses en los que he pasado la mitad del día intentando no dormirme en clases y la otra mitad haciendo trabajo de obrero con Ethan, han habido avances. Aún pasa la mayoría de las noches en casa con nosotros, pero a veces decide dormir en la hamaca que ha colgado de extremo a extremo en su propia construcción.
— ¡Estoy atrás! —escucho su voz lejana. Dejo mi mochila encima de un escritorio improvisado con varias cajas que son parte de su sofisticado sistema de organización (todas ellas tienen escrito con rotulador "cosas") y salgo de la choza, la rodeo, y me lo encuentro en lo que en teoría sería el patio trasero, donde ha planeado empezar en algún momento un huerto de tomates y otras cosas.
Está sentado en el suelo, con los pantalones y la camisa pringados de lodo, mojado —no sé si es sudor o agua— y, más sorprendente que su apariencia de recién salido del pantano, un cachorro en su regazo.
— ¡Rojo! —me saluda con expresión alegre.
— No te voy a abrazar, aún planeo a usar este uniforme mañana —digo acercándome. Me acunclillo, curioso—. Tenemos compañía, parece.
— Lo encontré en la mañana. Estaba herido, así que intenté desinfectar sus heridas y luego quise darle un baño.
— ¿Así que esta bestia es el responsable de este desastre? —pregunto risueño, extendiendo mi mano para acariciar su cabeza. Está jadeando, pero se ve feliz. Hablo dirigiéndome al can— ¿O Estropajo te estaba torturando, pequeño?
— ¡Oye!
— Te lo vas a quedar, ¿verdad? —inquiero sin dejar de hacerle cariño en la cabeza al perro.
— No puedo dejarlo por ahí arriesgándome a que lo lastimen de nuevo. Aparte, me vendría bien algo de compañía.
— Me reemplazas con un perro, vale, lo pillo.
— Tú ya te estás consiguiendo una nueva mejor amiga —rueda los ojos, siguiéndome el juego. Siento las mejillas arder ligeramente.
— Ann no es mi mejor amiga, es una compañera y ya. Aparte tú fuiste el primero en decirme que vaya a hacer amigos, no te arrepientas ahora que estás celoso.
— No estoy celoso —frunce el entrecejo y puedo notar un leve rubor en sus mejillas. Sonrío, satisfecho.
— Lo que digas. ¿Ya decidiste el nombre que le vas a poner? —cambio de tema, sonriente. El perro me ha empezado a lamer la palma de la mano.
— Mh... no. No tengo idea —lo mira por unos segundos, de pronto voltea hacia mí—. ¿Cómo es que lo llamaste hace un rato?
— ¿Ah? Um... ¿una bestia? —abro los ojos por completo, sonriendo— ¡Bestia! ¡Hay que llamarlo Bestia!
Ethan sonríe, y sé que esa sonrisa significa "sí".
— Ey, Bestia, ¿quién es un buen chico? —vuelvo a dirigirme al cachorro ahora con nombre, haciendo la típica voz cariñosa que usan las personas con sus perros y las tías con sus sobrinas más pequeñas— ¿A que me vas a ayudar a hacerle la vida imposible a Estropajo, eh?
— Oh, no. Piedad —suplica irónicamente. Entonces, Bestia, emocionado por mi afecto, salta de su regazo y se me abalanza encima, empezando a lamerme la cara. Spring estalla en una carcajada.
— ¡No, Bestia! ¡Bájate! ¡Me estás ensuciando el uniforme! —intento sacármelo de encima, pero persiste en sus juegos. A los segundos, Spring también se me tira encima abrazándome, con la intención de contribuir a mi uniforme hecho mierda— Agh. Ahora os odio a ambos.
— Parece que al que le van a hacer la vida imposible es a otro —sonríe Ethan, aún sin soltarme a pesar de que Bestia ya se calmó y me ha dejado en paz.
— Parece —suspiro, relajando mi cuerpo sobre el suelo, finalmente; cerrando los ojos y disfrutando el abrazo en el que estoy envuelto a pesar del lodazal de nuestro alrededor—. Por cierto, te he traído pudin.
— Gracias, Rojo. Esos martes de pudin de la escuela se han vuelto una bendición para ti, ¿no?
— De las cosas que te pierdes. Aunque era más divertido cuando tú mismo robabas el pudin del frigorífico de las profes en el orfanato para que comiéramos juntos a escondidas de ellas.
— Eres una mala influencia —se acurruca un poco más a mi lado, y honestamente lo estoy disfrutando. Prefiero ignorar, por una vez, que el corazón me está latiendo como nunca y solo centrarme en la calidez que me brinda estar junto a él.
Wow, realmente le quiero.
Cuando decía que Ann no era mi mejor amiga no estaba mintiendo. Pero sí lo hice cuando dije que era solo "una compañera y ya", porque no creo que se merezca un rango tan bajo.
A veces puede llegar a ser algo cansina debido a que es bastante energética y extrovertida, pero es algo a lo que tarde o temprano me acostumbraré, porque me cae bien.
Ha sido la única persona que me ha hablado desde que llegué a la escuela y nos sentamos juntos a la hora del almuerzo. Aparentemente, ella también es algo solitaria. No la he visto hablar con mucha gente aparte de mí. Creo que el tener eso en común nos ha ayudado a irnos haciendo amigos, aunque ella, al contrario de mí, realmente se ve emocionada ante la idea de conocer nuevas personas.
Es un salvavidas en las horas de escuela, no me imagino cómo habría sido sentarme solo. Aunque nunca haya estado rodeado de mucha gente, a fin de cuentas siempre tenía a Meg a mi lado. Éramos ella y yo contra el mundo, o algo así. Pero parece haber ya encontrado a alguien con quien pasar en la cafetería —una chica rubia, ojos azules.
Sea cual sea el caso, me pareció tonto que Spring haya llegado a insinuar que lo estaba reemplazando con Ann, aunque hubiera sido una broma. Nadie lograría hacerme sentir jamás lo que él ha logrado, ni en plan amistoso, ni en plan romántico. Spring es único y me hace sentir de una forma única, y por eso me gusta tanto.
(Condenado seas, Ethan, por hacerme decir este tipo de cosas que jamás me habría imaginado que diría. Espero que estés satisfecho por haberme puesto el mundo de cabeza)
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do you remember ? || foxtrap fnafhs.
Fanfiction"¿recuerdas cuando éramos niños? ¡me detestabas!" "me gustabas un montón" donde ethan le recuerda a aiden lo conflictiva que era su relación cuando recién se conocieron, o donde aiden rememora los inicios de su primer amor. arte de la portada por @f...