Capitulo 4

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Su mano, ajustada a la cintura contraría, daba suaves caricias mientras sus labios devoraban el cuello del chico, dejando notorias marcas que probablemente tardarían unas horas en quitarse

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Su mano, ajustada a la cintura contraría, daba suaves caricias mientras sus labios devoraban el cuello del chico, dejando notorias marcas que probablemente tardarían unas horas en quitarse.

El azabache lo llevó a la última habitación, más alejada de todas, y abrió la puerta ingresando. No pasó mucho para que unos suaves labios se posaran en los suyos, moviéndose tan ágil que honestamente sorprendió a Seungmin. Era rápido pero no llegando a ser brusco, más bien era suave y delicado con un toque de perversión en cada una de las mordidas que el tal Minho regalaba a sus labios.

- ¿Cómo quieres que sea? - Preguntó Seungmin.

Y es que en la mayoría de casos, los hombres apostaban grandes cantidades de su dinero con la esperanza de poder llevar a cabo sus más alocadas fantasías sexuales con el cuerpo dispuesto del azabache, quien en la mayoría de veces, lo disfrutaba sorpresivamente, sin embargo, en las otras ocasiones, definitivamente podría negarse a tan estúpida idea de los clientes.

Pero a fin de cuentas, eso son, clientes. Y normalmente, el cliente tiene la razón. No obstante la respuesta que recibió, logró sorprenderlo.

- ¿Cómo lo quieres tú?

- ¿Qué?

- ¿La posición más común estaría bien para tí? A mí realmente no me importa, sabes, solamente quiero meterla y ya.

Esa respuesta ofendió ligeramente a Seungmin, pero había recibido insultos peores y más directos así que lo dejó pasar. Ignorando el hecho de que por un momento creyó que éste cliente sería diferente.

- Lo normal entonces.

El rubio asintió y atacó nuevamente los labios de Seungmin saboreándolos a su antojo y dejando que el chico pasará sus manos a través de todo su ejercitado cuerpo. El azabache bajó una de sus manos a la creciente erección que portaba el desconocido, dando un apretón y sintiendo su mano palpitar con ansias por sacarlo y masturbarlo él mismo.

Minho, por su parte, se había dejado caer sentado en la cama del centro, manoseando a su antojo el trasero del chico, impresionado por lo voluptuoso que era. El menor no tardó el arrodillarse frente a Lee, desatando ansioso el cinturón que rodeaba sus caderas y abriendo la bragueta junto con la cremallera. El imponente bulto resaltó ante sus ojos, e inconscientemente lamió sus labios deseoso por jugar un poco con él.

- Quítalo - Escuchó la grabe voz, escuchada así debido al deseo.

Seungmin bajó el bóxer negro que tenía el nombre de Calvin Klein en el elástico, obteniendo una gloriosa vista frente a sus ojos. Kim no acostumbraba a dar mamadas solamente en caso de que así lo pidiera el cliente, pero al sentir aquel gran bulto en su mano, no había dudado un segundo en querer tener todo eso saboreando en su boca.

Tomó con una mano el miembro erecto de Minho, masturbando tortuosamente lento mientras conectaba miradas lujuriosas con él. Lamió una vez más sus labio y comenzó a lamer la punta de su pene, succionando suavemente y llevando a Minho a lugares inimaginables. Con su lengua jugó con la punta, y de una sola estocada, metió todo el miembro a su boca.

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