Prólogo

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-Que cerda es la gente -susurro recogiendo trocitos de bizcocho

Oigo el sonido de la puerta abriéndose, no presto atención ya que hay más trabajadores y podrían atender al cliente. Me acerco a recoger una taza de café que hay en la barra. Pero me interrumpen sin más.

-No doy autógrafos lo siento -dice agobiado y recuperando el aire- Solo estoy aquí para alejarme de la gente
-Disculpa, ¿que? -digo sonriendo tímidamente
-¿No me conoces? -dice mirándome confuso
-Esto... ¿Debería hacerlo? -le respondo riendo suave

Respondía cada pregunta suya con una pregunta mía, siempre me gustó hacer eso con la gente. Lo consideraba parte de mi carácter. Aunque bien, había gente que no se lo tomaba muy bien que digamos. Por eso creo que lo escondo de ciertas personas, escondo mi personalidad de la gente por miedo a que me rechacen, a sentirme vulnerable, a que me hagan daño y no poder controlarme.


-No lo sé, la mayoría de la gente me conoce y se vuelven locos por mi -dice riéndose avergonzado
-Pues siento defraudarte pero yo no te conozco -suspiro- ¿cómo te llamas?
-Aron -dice extendiendo la mano- Encantado
-Hasy, igualmente- sonrío estrechándole la mano

Y en ese momento no sabía que aquella persona me cambiaría la vida, para bien y para mal.
Pero supongo que haberlo ido descubriendo con el tiempo ha hecho que me de cuentas de algunas cosas.

En los ojos de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora