<<Es solo un sueño>>

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Hasy

Me desperté con dolor de cabeza. No sé ni en qué día vivo. Martes, hoy es martes... ¿Espera martes?
Menuda mierda pensaba que era finales de semana.
Me levanto perezosa y me preparo el desayuno, cuando me estaba calentado el café veo la hora.
Eran las siete menos diez.

-Siete menos diez -digo dormida- Si...¡siete!

Recogo las tostadas corriendo, me pongo el uniforme y me hago una coleta para que mi cabello pelirrojo no se vea tan desordenado y salgo corriendo de casa.
Cuando llego, el autobús estaba cerrando las puertas

-¡Espere! -grito desesperada

El autobús se para y abre las puertas.
-Un billete por favor -digo recuperando el aire
-Ya podría haber venido antes
-Lo siento

Y me siento con la sensación de que me he dejado algo en casa.

Bajo del autobús y entro en el café.

-Buenos días -digo mirando el local

Nadie me responde. Recuerdo que el superior ayer no me pagó por lo tanto voy hacia su despacho, aunque tampoco tuve el momento de decírselo.
Toco la puerta, pero al hacer eso me quejo por un terrible dolor en mis nudillos. Me estaban sangrando.

-¿Que cojones? -digo mirando mis manos
Los toco suevemente.
-Agh -me quejo

Me alejo del despacho del superior y voy al botiquín de primeros ausilios.
Me vendo la mano por la parte de los nudillos.
Una vez que me encuerto mejor voy hacia la puerta del superior de nuevo.
Y vuelvo a tocar solo que esta vez no duele tanto.
Pero como no me abren, entro directamente.
Cuando entro encuentro una sorpresa muy desagradable.

-Geni... -dice el superior entre jadeos
-Digame -dice mientras le besa

¿Pero que está pasando aquí?
¡¿Es que el mundo se ha vuelto loco?!
Ante eso no se cómo reaccionar, disimuladamente sacó el móvil y hago una foto, no iba a publicarla en ningún sitio pero me la guardaría para casos de emergencia. Vuelvo a cerrar la puerta y espero a que... ¿terminen?
Supongo que no debería estar tan alarmada ya que ya lo sabía, ¿pero en su despacho?
¡Qué asco! Sólo de pensar en besarme con alguien mucho más mayor que yo se me revuelve el estómago, y además el jefe del sitio donde trabajo...

-¿Que te pasa rarita? -dice Karla con cara de superioridad

No lo se Karla, acabo de ver a tu mejor amiga besándose con el superior, ¿como quieres que reaccione?, ¿me puedes dar algún consejo? ¿No, no?, pienso para mi.

-Que coño te importa -digo bufando
-Pues la verdad poco, pero igualmente me apetece saberlo.
-¿En serio?
-Si -dice enfadada
-Ah, pues bien, acabo de ver a Geni y el superior besándose -digo intentando no reírme

Karla se pone súper roja.

-¡No irás a decir nada!
-Por supuesto que no Karla, si somos súper mejores amigas del alma, ¿como iría a decir algo? -digo con ironía
-Como digas algo juro que diré lo que pasó aquella noche -dice fijándome en mis nudillos vendados- Mira tu, la rarita se ha hecho daño -ríe
-Lo que me pase no es cosa tuya Karla y si sigues así contaré por todo el café lo de Geni y el superior -digo mirándola fijamente
-Te despedirá y encima nadie se lo creerá, terminarás perdiendo rarita -dice segura
-Ja, ¿segura? -la digo enseñándola la foto que les hice antes de irme de su despacho

Karla se queda sin palabras, no sabe que hacer, mientras, yo sostengo el móvil sonriendo. Que conste que no quiero ser mala persona pero ellos me llevan jodiendo durante muchos años y porque me toque a mi por una vez tampoco es tan malo.
Karla intenta arrebatarme el móvil pero yo lo aparto rápidamente.

En los ojos de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora