Prólogo

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Mi casillero está atestado de cartas declarando su intenso amor por mi.

Hay chocolates, dulces y galletas de chicas que no comprenden en ningún idioma que no me gustan y no me gustarán.

¡No importa que intente, ellas no me escuchan!

¿Por qué les cuesta tanto comprender que soy absolutamente gay? ¡Vamos, me gustan los chicos y me encanta la idea de pensar en alguien, del sexo masculino, dominandome completamente!

¡No me gustan las mujeres!

¡No entienden!

—Y aquí podemos ver al chico más popular del instituto, preguntándose porqué nadie cree que es homosexual hasta los huesos.

Giro mi cabeza para ver a Ochako, acompañada de Himiko, la cual acaba de describir completamente mi situación. Se detienen a mi lado y ven el desastre que tengo aquí.

—Chicas —murmuro, quitando todas esa papelería inútil—, ¿de verdad parezco tan hetero?

—No —responde Ochako, riendo.

—Dios, no, claro que no. —Himiko toma una de las cartas—. Es solo que estas chicas están tan enamoradas que no pueden ver tu obvia homosexualidad y fingen que realmente algún día podrías llegar a quererlas. Son patéticas, siendo sincera.

—Y bueno, tampoco es como que alguna vez hayas salido con algún chico, Izu —dice la castaña—. Un día llegaste y dijiste que eras gay, de la nada, por esa razón casi nadie te cree. Tal vez si salieras con alguien...

—Oh, si, por supuesto, mira, a la vuelta de la esquina habrá un chico tan homosexual como yo, dispuesto a salir conmigo y dejar claro lo que ya debería ser obvio —dije sarcástico, rodando los ojos.

Ochako mira detrás de mí y sonríe.

—Tal vez no a la vuelta de la esquina, pero si a unos siete metros de ti.

Ella señala con sus ojos el lugar y yo miro disimuladamente, encontrándome con él.

Si a todo.

Definitivamente si.

Dios, ¿Quién no querría fantasear con estar al lado de Katsuki Bakugo? Ese chico es perfecto, endemoniadamente guapo y para suerte mía, nos conocemos.

Nos conocemos mucho, diría yo.

—¿Katsuki? Vamos, estamos hablando de Katsuki Bakugo, ese tipo es un repelente de personas. Nadie se acerca a él. No hay posibilidades —dijo la rubia, con sus manos imitando comillas—. Además, me cae mal. Bastardo imbécil.

Si, no es como si Himiko y Katsuki se llevaran de lo mejor.

Himiko es considerada una de las chicas más malas, rebeldes, y todo lo que tenga que ver con "oscuridad". Katsuki es considerado el más malo de la escuela.

Los rumores que hay de ellos se extienden por cualquier lugar. Una cantidad absurda, realmente. Hay cosas que no han hecho, pero aún así se cuentan.

El punto es que Himiko y Katsuki están unidos en un rumor que habla sobre una relación entre los dos. Ya saben: chico malo + chica mala = Pareja de increíble de malos.

Lo que es una ridiculez, porque esos dos son primos.

Y se odian a muerte por culpa de sus familias. La madre de Katsuki y la madre de Himiko son como el agua y el aceite, simplemente no congenian.

Han intentado matarse el uno al otro muchas veces.

No es broma.

—Pero sería perfecto, porque Izuku estaría con el chico malo y además demostraría que si es homosexual. No se le acercarían por miedo y dejarían de molestarlo. ¿No es un plan increíble? —preguntó Ochako, emocionada—. Incluso, puede ser bueno para él. Estar con Izuku ayudaría a su mala reputación.

—Yo digo que si —salté inmediatamente.

Himiko nos mira a ambos y niega, suspirando.

—Suerte con eso. Es un maldito que no ayuda a nadie. No tiene motivos para ayudarte, Izuku. Vas a tener que darle algo a cambio.

¿Y eso es algo malo?

Sonrío levemente. —Dejamelo a mi.

Chico malo (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora