It (Eso)

4

Al día siguiente Bill decidió que invitaría a salir a Kenzie. No le contaría cómo se sentía, solo quería aclarar sus sentimientos y saber de una vez por todas que era lo que sentía por Mackenzie Rogers.

-¡Hola!- Dijo Bill.

-¿Bill, sabes qué horas son?

-Sí, l-lo siento, solo que quería p-proponerte algo.

-¿Qué cosa?- Dijo Mackenzie acompañado de un bostezo.

-¿Q-quieres salir c-conmigo?

-¿Hablas de salir con los perdedores?

-No, habló de s-salir solo tú y yo.

No sabía que decir, esto la tomó por sorpresa, no esperaba que él le dijera eso ¿Debía aceptar? Ella aún no le contaba lo de Georgie, y se seguía sintiendo culpable.

-Sí, ¿dónde te veo?

Pero eso fue lo que salió por su boca, después de todo, mientras caminaban podía contarle toda la verdad.

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Kenzie ya iba tarde, su madre le había pedido que recogiera todo el piso de abajo si es que quería salir.

Mientras corría lo más rápido que podía, pensaba en miles de posibilidades, tal vez Bill se había enterado de lo que ella había visto, o tal vez solo quería charlar con ella.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando llegó al puente de los besos y vió al grupo de Bowers a tan solo unos metros de donde ella estaba. No quería problemas con ninguno de ellos, por lo que solo bajo la mirada y continuó caminando.

Pero cuando estaba justo en frente de ellos, la voz de Henry la hizo parar en seco.

-¿A dónde vas Kenzie?

Ella solo continuó caminando, ignorando por completo la pregunta de Bowers.

Sintió que alguien estaba detrás de ella por lo que aceleró el paso. Pero antes de que si quiera pudiera darse cuenta, los achichincles de Henry ya la había sujetado de los brazos.

La llevaron hasta el borde de el puente, y ahí la mantuvieron.

-Mi novia me dijo algunas cosas Rogers.- Habló Henry mientras caminaba lentamente hacia ella. -Eres una hija de perra ¿Lo sabías?- Bowers sujetó un mechón de el cabello de Mackenzie, y comenzó a jugar con el. -Aunque una muy linda.-

La expresión en la cara de Kenzie pasó de asustada, a aterrada. Sabía que Henry era capas de hacer muchas cosas, por lo que solo rogaba porque no le hiciera nada.

Intentaba zafarse de el agarre de los dos grandulones, pero no podía, la sujetaban con demasiada fuerza.

Bowers sujetó bruscamente la cara de Mackenzie con su mano, y después habló.
-Eres una perra- pero diciendo esto comenzó a pasar su mano por debajo de la camisa de Kenzie, para terminar tocando su abdomen. -Y debes ser tratado como tal.

Por más que Kenzie se movía para evitar que Henry la siguiera tocando, no lograba nada.

Comenzó a gritar desesperadamente por ayuda, lágrimas empezaban a caer por sus mejillas, sentía mucha impotencia, quería poder hacer algo más que gritar y patalear, pero no podía.

Henry comenzó a besar el cuello de Mackenzie, dejando asqueada a la pelirroja.

Hasta que por fin ocurrió.

El degenerado la besó en los labios.

Fue un beso tan brusco y asqueroso para Mackenzie. No podía creer que su primer beso había sido con el, y de esa forma.