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Mientras la llevaba a su casa, Richie le estaba platicando a Kenzie, como era el club de los perdedores.

-Y mi Eddie a veces puede ser un poco irritante, pero es lindo.- Hizo una pausa para mirar a Kenzie, y después de observarla por unos segundos dijo. -Supongo que ahora eres una perdedora.-

Kenzie miró extrañada a Richie y preguntó.
-¿Por qué?

-Al estar dentro de el club de los perdedores, te conviertes automáticamente en uno. Y para mi, ya eres una de nosotros.

Kenzie sonrió ante las palabras de Richie, sentía que por lo menos ya tenía dos amigos. A Stan y a Eddie no los sentía tan cercanos como a Bill y Richie.

-Y Stan... ¿Ha dicho algo sobre mi?- preguntó la chica.

-No- Richie hizo una pausa para después decir rápidamente. -Aunque creo que le caes mal.

Mackenzie iba a decir algo, cuando a lo lejos noto que el auto de su madre ya estaba estacionado afuera de su casa.

-Oh mierda.- Dijo Mackenzie.

-¿Qué, qué pasa?

-Es mi madre.- Mackenzie se bajó rápidamente de la bicicleta de Richie y volvió a hablar.-Aquí me quedo. Muchas gracias Rich, nos vemos mañana.

Y así se fue corriendo hasta llegar a la puerta de su casa.

-¿Por qué apenas vas llegando?-Habló Contance, la madre de Mackenzie -¿Te parece bien dejar a tu hermana sola?

-Se me hizo tarde- Contestó Mackenzie. -Salí con Bill, el hijo de los Denbrough.

-¿Qué, ahora es tú novio?-

-¿Qué? No, solo somos amigos.

Contance se levantó de la silla en la que estaba sentada, para empezar a caminar hacia Mackenzie. -Te conozco, a ti y a las chicas como tú.- Se detuvo hasta que estuvo frente a frente con ella, para después decir. -Eres igual a esa chica, Beverly Marsh.

Mackenzie sabía que para su madre eso era un insulto, pero para ella no, ya quisiera ser una chica valiente, fuerte, linda e inteligente como Beverly.

-Véte a tu cuarto y haz algo de provecho.

Sin pensarlo mucho Mackenzie subió las escaleras, y se encerró en su cuarto para después recostarse en su cama.

Sin darse cuenta, Mackezie se había quedado dormida.

No sabía cuánto tiempo se había dormido, pero cuando despertó, ya era de noche. Lo que la despertó fue un pequeño golpe, que cuando recién se levantaba, no sabía de donde provenía, incluso llegó a pensar que lo había imaginado.

Ya lista para volver a dormir, el ruido se repitió, esta vez pudo escuchar de donde provenía aquel golpe. Venía de un armario que estaba frente a ella, decidió ignorar el ruido, ya que simplemente podía haberse caído una cosa, o algo por el estilo, pero segundos después el ruido se repitió.

A estas alturas Mackenzie se estaba asustando, y una parte de ella no pensaba ir a revisar que es lo que ocasionaba aquel golpe, pero la otra parte, si quería saber que era lo que producía el ruido. Cuidadosamente se levantó de su cama, e iba en dirección al armario.

Y fue cuando el ruido se repitió.

No solo se había repetido, si no que se escuchó aún más fuerte, pero esto no hizo que Mackenzie se detuviera, continuo caminando hasta quedar a lado de la ventana, que estaba a solo unos metros de aquel armario.

Se escuchó otro ruido.

Pero esta vez provenía de afuera.
Se acercó a la ventana para poder ver que había causado el sonido, y fue cuando se dio cuenta que un pequeño niño de impermeable amarillo estaba afuera.
Se acercó aún más para verificar si lo que veía era real. Y efectivamente, era Georgie, corriendo tras un barquito de papel.

It (Eso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora