"Uno regresa a dónde siempre fue feliz"
Mae.
¿Qué es lo acaba de suceder?
Minutos atrás estaba hablando con ella, después las cosquillas y luego ese...beso.
Dios.
Mi cabeza es un jodido desastre. No tengo explicación a lo que pasó. Sabía que los besos entre amigas eran normales, pero eso no fue un simple beso y ya, eso sintió como algo más.
Tan solo el recuerdo de sus labios sobre los míos las mariposas revolotean sobre mi estómago. Como si estuviese enamorada.
Pero... ¿por qué?
Soy hetero, siempre me han gustado los chicos.
He visto a cientos chicas desnudas y me han besado en alguna fiesta, pero jamás he sentido ese revoloteo en mi estómago.
¿Pero por qué con Poppy sí?
Llego a mi casa con el corazón al cien, he corrido desde el teatro a mi casa y no es que este tan cerca, pero con la mente desordenada ni los sentí.
Subo a mi habitación rápidamente, sin meterme a saludar a mi madre, Jess o Patrick. Azoto la puerta, camino hasta mi armario abro la puerta de este y me adentro en el, saco mi pijama y voy a la ducha.
El agua de la ducha me relajará y me hará pensar con claridad y ordenar mi cabeza. Abro la llave de la tina para que se vaya llenado, me deshago de mi ropa la tiro al cesto de la ropa sucia y después me introduzco a tina. El agua calientita se siente deliciosa en mi piel, lo siguiente que sucede es que me relajo.
***
Domingo por la tarde, he rechazado todas las salidas al centro comercial que me han hecho Stella y Sarah.
No me siento de buen humor como para salir, prefiero quedarme en casa y comer las ricas galletas de Jess.
He estado todo el fin de semana pensando en ese beso, en Poppy y en mis emociones.
Estoy leyendo las últimas noticias sobre la farándula recostada en mi cama hasta que unos golpes en la puerta me hacen despegar la vista del IPad.
—¿Mae?—pregunta Jess.
—Pasa, Jess—le respondo—¿Qué pasa?
—Bryce está aquí.
—¿Qué hace el aquí?
—No me quiso decir, dice que no se va a ir hasta hablar contigo—Jess y Patrick son los únicos de la casa a los que les he contado sobre lo que sucedió con Bryce—Le puedo decir a Patrick que lo heche si tú lo deseas.
—No, veré que quiere, sino yo misma lo haré—le digo—Gracias por decirme.
—De nada. Lo haré pasar a la sala.
Bajo de la cama me pongo mis sandalias y bajo las escaleras, camino por el pasillo que llega hasta la sala.
Ahí tenemos a Bryce Waller vestido con unos jeans negros rectos y una camiseta blanca, su chaqueta color vino y los tenis del mismo color que la camiseta, su cabello rubio oscuro perfectamente peinado. No puedo negar que tiene un excelente estilo para vestir, creo que esa fue una de las cosas por las que me enamoré de él. Su gusto por las tendencias en la ropa como a mí.
—Bryce—hablo y me recuesto en la pared con los brazos cruzados.
—Mae, vine a hablar contigo.
—Pues habla—hablo muy cortante—Ven, me gustaría que tomaras asiento conmigo—Señala el sofá blanco que hace juego con la gran sala que mi madre diseñó. Camino hasta el sofá, sentándome a un lado de él.
—Nena...—toma mi mano.
—No me llames nena. Ya no soy tu nena—digo y quito mi mano de las de él.
—Mae, vengo a decirte que me perdones.
—Lo que me hiciste es imperdonable.
—Sé que traicione tu confianza, lamento haber gritado que tú me habías sido infiel cuando no fue así. Fui yo quien cometió el error— se levanta del sofá y se hinca, tomas mi manos entre las suyas—Por eso he venido a que me perdones...
—Bryce...
—Y pedirte que lo volvamos a intentar desde cero.
¡¿Qué fue lo que dijo este idiota?!
Cállate.
—Bryce, tú me lastimaste y mucho—las lágrimas ya comenzaron a rodar por mis mejillas—Y no sé si lo quiera volver a intentar.
—Nena, por favor. Sin ti mi vida no tiene sentido.
No digo nada. Solo dejo que sigan brotando las lágrimas.
En eso se me viene a la mente Poppy y ese beso.
Sal de mi jodida mente.
Sólo quiero olvidarme de ella y de ese estúpido beso.
—Qué dices, nena, ¿lo volvemos a intentar?
—Sí... está bien. Lo volvemos a intentar.
—Genial—me toma de mi mandíbula y besa. El beso no se siente como el de Poppy. ¿Qué hago comparando los besos? Luego se sienta a mi lado y saca su teléfono—Todos deben saber que hemos regresado. Sonríe— sonrío fingidamente abre la aplicación de cámara y captura una foto nuestra.
La sube a Instagram con el texto: "Uno siempre regresa dónde fue feliz. Te amo, Mae <33".
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Te quiero a tí y eso es lo que importa. (En Proceso)
Lãng mạnMae pensaba que no le gustaban las chicas hasta que conoció a "la fabulosa Poppy". Desde que Mae y Poppy chocaron aquel día, las dos piezas perdidas del rompecabezas aparecen y encajan a la perfección . Después de que Mae se enterarse que su novio l...