🦛

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Había pasado un día súper largo para Gloria. Estaba tan cansada, que buscó a sus alrededores un lugar para dormir ahí mismo. Encontró un par de árboles los cuales a la vista de ella eran una perfecta cama. Se apoyó entre ellos y se durmió de inmediato. Sin percatarse de que esos árboles eran la casa de unos lemures.

A la mañana siguiente, los primeros en despertas fueron los dueños de esos árboles, quienes vieron a Gloria dormir plasidamente a los pies de estos. Se miraron entre sí.

-¿Quién es ella y qué hace aquí? -pregunta uno de ellos, igual de confundidos que los demás.

-¿No es la amiga de Alex el león? -recordó otro.

-¡Ah! Sí, lo es. ¿Cómo era su nombre? -el que parecía ser el más joven bajo un poco por las ramas.

-Gloria, se llama Gloria -respondió el mayor de los siete lemures, aunque todos ahí tenían casi la misma edad y eran bastante jóvenes.

-Oigan, ahora que la miro bien... ¿Están pensando lo mismo que yo? -a uno de ellos se le prendió una bombilla de luz imaginaria sobre su cabeza.

-Oh, sí... Veo tus pensamientos jeje~

-¿En qué piensan ustedes dos? -se voltean confundidos hacia ellos, sin entender todavía.

-Está dormida, con sus manos detrás de su cabeza, y tiene una enorme pancita expuesta... ¿No creen que sería divertido jugar un poco con ella? Quizás descubrir qué tan sensible es a las cosquillas en esa inmensa pancita~ -explica el que se le ocurrió la idea.

-Y no te olvides de su ombligo jejeje~ que por cierto, se ve bastante profundo~

Ambos lemures terminan de explicarle a los demás y todos sonríen por esa maravillosa idea.

-Hay que amarrarle sus brazos y piernas, aprovechando que está dormida aún~

Así que lo hacen, tan rápido como pudieron, Gloria ya estaba con sus extremidades atadas y completamente indefensa y vulnerable.

-Esperemos a que despierte para ver su reacción~

-Si jeje su pancita parece un globo, no creen?

-Y uno muy enorme~

De a poco Gloria fue despertando, y notando que no podía moverse con libertad abrió rápido los ojos, viendo a siete lemures alrededor de ella.

-Ey! Qué hacen?? Sueltenme en este instante! -forcejea pero no logra nada.

-Buen intento, pero nos aseguramos que no puedas escapar fácil~

-Qué quieren??

-Nada en específico, solo divertirnos, no es nuestra culpa que vinieras voluntariente hasta aquí y te ofrecieras jejejeje

-Yo no me he ofrecido para nada, ya sueltenme!! -gritó desesperada.

-Lo haremos, pero después de hacerte cosquillas en tu enorme pancita jejeje

-Pero primero, me gustaría descubrir tu punto más sensible~

Uno de los lemures que estaba sobre una rama estiró su cola hasta Gloria, inmediatamente ella intentó soltarse, sin éxito. La cola del lemur comenzó a pasearse por diferentes zonas del cuerpo buscando sensibilidad, hasta que llegó a su costado, moviendo su cola lentamente de arriba a abajo.

-Ya basta...! -suplicó con dificultad, intentando contener su risa.

-No te resistas, mientras antes rías será mejor para ti~ -dijo otro lemur que imitó a su amigo en el costado contrario de la pancita.

Little ticklesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora