Capitulo 5

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Capítulo 5

Katie

Me levanto en la mañana por el molesto ruido de la alarma... espera ¿Alarma? ¿Quien diablos pone alarma en vacaciones? Cierto Katie Fernández. Me bajo de la cama y voy directa al cuarto de baño para lavarme los dientes y darme una ducha caliente, luego de hacerlo me visto y agarró el mapa de la ciudad para poder ubicarme y que creen... todo esta en japonés, ósea se supone porque estoy en Japón pero ajá ustedes entienden.

Salgo a explorar a pesar de todo, igual no es tan difícil perderse en Tokio. Al bajar a la recepción saludo a la recepcionista y salgo a la calle, empiezo a caminar calle abajo por la acera y veo al pasar distintas tiendas de ropa y comida donde entró en algunas y salgo repleta de bolsas colgando en mis manos. Se hace tarde y me entra el hambre así que me dispongo a conseguir un restaurante pero no consigo ninguno cerca y tengo muuuucha hambre, diviso en una esquina un puesto de comida rápida y me acerco para comprar algo de comer, terminó pidiendo algo parecido a una empanadita pero delicioso y cuando estoy a punto de dar el tercer mordisco levanto la cabeza como si sintiera que alguien me está observando y me encuentro con unos ojos color miel mirándome fijamente, pero no es eso lo que me sorprende sino el gran vendaje que tiene cubriendo su nariz.

Lo miró con los ojos desorbitados y roja de la vergüenza al reconocer al chico de la nariz rota (si lo bautice así) y veo que se acerca poco a poco a mi.

-Hola niña rica- me dice el haciendo énfasis en rica lo cual me irritó y le respondo:

-Hola chico de la nariz rota- le respondo igual haciendo énfasis en rota a lo que el me lanza una mirada de ojos entornados y desafiantes y yo hago lo mismo, luego enarca una ceja y yo también lo hago y yo enarco la otra y el trata de hacerlo sin conseguirlo y se ve más ridículo de lo normal tratando de hacerlo - ¿Qué haces por aquí? - le pregunto

-Lo mismo que tu, creo- me cruzo de brazos dando a entender que quiero una respuesta directa a lo que el añade -estoy explorando la ciudad, y veo que tu haces lo mismo- dice el señalando con la cabeza dónde tengo las bolsas llenas de ropa nueva.

-Si, eh aprovechado de comprar unas cosas- digo soltando una risita tonta muy extraña proveniente de mi ¿Porque hice eso?

-Si lo noto- dijo el haciendo exactamente lo mismo y luego nos quedamos en silencio, uno muy incómodo por cierto que se ve interrumpido después de un rato por mi.

-Oye, tienes un acento muy extraño ¿Eres español?- le pregunto

-Ehh...Si, si, de Barcelona.

-Eh estado ahí una vez en un viaje de modas de mi madre, es que ella es diseñadora.

-¿Quieres sentarte?- me pregunta señalando con su mano hacia una de las mesitas. Yo asiento con la cabeza una vez y tomamos asiento uno frente al otro y ahí retomamos la conversación: -Y tu ¿De donde eres? Es obvio que no eres de Japón- dice el y rompemos a carcajadas los dos. Me agrada este chico y pues, sigo insistiendo es muuuuy guapo.

-Los Ángeles, Estados Unidos.

-Wuaao, estadounidense ¿Eh?- yo asiento y hago el intento de hablar pero el me interrumpe -Oye pero tu hablas muy bien el español.

-Es que mi padre es latino, de Venezuela y mi madre es la gringa jeje.

-Ummm- dice el asistiendo y con gesto pensativo -Y dime ¿Qué haces en Tokio?- me pregunta.

-Pues... vine para celebrar mi cumpleaños.

-¿Y cuanto tiempo piensas quedarte?

-Una semana- el vuelve a asentir pensativo como si estudiará la respuesta que lanzará a continuación -¿Y tu?- le preguntó.

-Vine para celebrar que me aceptaron en una de las mejores universidades de España.

-Wuaoo, Felicidades!- nos quedamos mirando fijamente y me doy cuenta de que tiene unos ojos muy bonitos, al principio creí que eran de color miel pero en realidad tienen un toque café que les sienta bien. El silencio se ve interrumpido por el cuando dice:

-¡Vaya! Que maleducado soy ni siquiera me eh presentado- dice extendiendo una mano en mi dirección -Soy Thomas, un placer-.

-Fernández, Katie- le digo estrechando su mano y al tocarla siento un escalofrío que me recorre por la parte media de la espalda y algo extraño en el estómago.

-Así que, Katie Fernández, ¿A que se dedican tus padres?

-Bueno mi madre como ya te lo dije es una diseñadora de modas muy famosa tiene su propia marca y todo y mi padre es dueño de una de las agencias de viaje y turismo más grandes de Estados Unidos.

-Así que.... Si eres una niña rica.

-Qué no.

-Qué si

-Qué no

-Qué si

-Bueno si, si lo soy, ¿Contento?... ¿Y tus padres a que se dedican?

-Pues mi padre es un magnate del petróleo y mi madre es psicóloga.

-Así que ... eres un niño rico- le digo con una nota de diversión en mi voz

-Si, si se podría decir

-Y ¿Te hospedas en ese hotel de mala muerte teniendo dinero para pagar uno de verdad?

-Es que me gusta ahorrar dinero- lo miro con una mueca de confusión e incredulidad y el se apresura a explicarse -¿Para que gastar dinero en el hospedaje, si puedes gastarlo en otras cosas?

-¿Qué otras cosas?

-No lo se, como comida tal vez.

-No lo puedo creer, eres un tacaño.

-Y tu una niña rica


Una Semana de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora