egoísta: no más feliz ★ kookmin

005꩟ PJM

Mi corazón palpitaba de una manera tan brutal que no hacía más que abrumarme. Y aún así, con una mano en mi pecho y vista al frente, estaba más preocupado por llegar a tu casa y no lograr verte, que por mi ritmo cardíaco, que bien podía causarme un ataque.

Yoongi (quien me había seguido fuera, y se entero de tu situación), iba a mi lado, tratando de que encontrara la calma, cuando en su solo mirar denotaba desesperación.

—Por favor, Nam, ve más rápido —susurro desde atrás, llevando una de mis manos a mi rostro, para tratar de limpiarlo de la humedad que portaba.

—Sé como te encuentras, Jimin, pero Namjoon va al límite —me dijo mi mejor amigo, mirándome por el retrovisor.

Los minutos se me hicieron horas, pese a saber que de la iglesia a la casa de tus padres, el tiempo máximo era menos de una. En el transcurso no hice más que recordar todos nuestros momentos justos, y quise también odiarte en este entonces, por mantenerme al margen de tu situación, pero aún así no pude, porque logré comprender en los breves minutos que hablé con Seokjin, que todo lo hiciste por amor.

Cuando el auto se detuvo, alcé mis ojos, de mi regazo, para encontrarme que ya habíamos llegado, y sin esperar a mediar palabra con alguien, salí de él, y corrí a tocar la puerta de la familia en la que siempre creí ser parte.

—¿Por qué nadie abre, Dios? —grito, tocando la puerta, para después volver hacer sonar el timbre repetitivas veces.

—Ya, espera, Jimin, cálmate. —Min a tomado mi hombro para "hacerme entrar en razón".

—No me pidas que me calme, Yoongi. —Me suelto de él, para volver a golpear aquel pedazo de madera que impide mi entrada.

Segundos después, veo como esta se abre, y sin molestarme en saludar, me paro frente a la chica para consultarle sobre tu paradero:

—¿En donde está Jungkook?

—En su cuarto —fue su respuesta, y sabiendo de memoria cual era, corrí escaleras arriba así ti.

[ ꗃ egoísta: no más feliz ♡ ]

La puesta estaba abierta, por lo que en cuanto la crucé no me percaté bien de quienes estaban ahí y su cara de asombro, más sin embargo, de quien sí fui consciente, es de ti y las máquinas y oxígeno a tu lado.

—¿Jimin? —tu voz sonaba sin vida, al igual que tu apariencia, lejos de ser todo tu ser, del que una vez me enamoré, pero aún así, causando estragos en todo mi sentir.

—Kook... —musito, haciéndome a un lado de tu cama—. ¿Por qué estas así? ¿Por qué nos hiciste esto? —cuestiono, aún sabiendo las respuestas.

—¿Podrían dejarnos un momento? —te dirigiste a tus padres, al que parece ser tu doctor y una enfermera.

Una vez estos afuera, me acerqué más, y tomando una de tus manos, me permití romper una vez más en llanto.