Capítulo 5: Reuniones

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Había pasado dos semanas desde aquel día y todo había transcurrido sin contratiempos.

La clase posterior a esa los maestros comenzaron a dejar tareas, las  cuales debían estar dentro del proyecto final, por lo que las reuniones con sus respectivos compañeros de equipo comenzaron.

Aquello a Gonzo le cayó de maravilla.

Era la oportunidad perfecta para pasar más tiempo con Estrella, lo cual planeaba aprovechar para que ella viera su otra faceta, y tal vez con eso pudiera llamar la atención de la chica.

Romina, por su parte, cuando trabajaba con Lucas todo era demasiado incómodo.

En ocasiones podía sentir como la mirada oscura del muchacho se posaba en ella mientras explicaba algún punto o decía alguna idea.

Sentía que era demasiado intenso de lo normal, y no podía comprender porque aquello hacía que su cuerpo temblara sin control.

Era cierto que en las dos reuniones que habían tenido habían sido incomodas, pero debía admitir que Lucas estaba aportando ideas, de una manera extraña, pero aquello era suficiente para que Romi pudiera entenderlo a la perfección.

Mientras Mar tenía que lidiar con las ideas tan absurdas de Bruno, además de alguno que otro comentario mordaz que le soltaba de vez en cuando.

Las ideas de Santiago eran demasiado interesantes, tanto que entre ellos  podían realizar diferentes estrategias.

Pero, como solía ocurrir cada vez que Bruno y ella estaban en la misma habitación, las peleas no tardaban en aparecer, lo que había hecho que los vetaran del cuarto de estudios y el cuarto de juegos, por lo que habían decidido verse en la biblioteca para poder seguir trabajando.

-Jamás creí que hablaría con Lucas en algún momento.- comentó Romi, con un jugo de manzana en la mano derecha.

Mar y Romi se encontraban en la cafetería del campus.

Era medio día y tenían periodo libre, por lo que decidieron ir por algún refrigerio. Gonzo les dijo que se adelantaran, puesto que tenía que hablar con Estrella acerca del proyecto.

-Lo sé, es un chico un tanto extraño.-secundó Mar, mientras comía pacientemente un sándwich.- Pero también es un rompe corazones.

-Veo que tú también haces caso a los rumores.

-Claro que sí. Lucas si se lo propone jugara con tu corazón.-soltó Mar, con seriedad.

-No creo que intente hacer eso. Es más, estoy totalmente segura que ni siquiera me considera una chica en ese aspecto.

Romina sonaba realmente segura de lo que decía, lo cual realmente le preocupaba a Mar, ya que esta tenía un mal historial en el amor.

Era de esas chicas que se enamoraba de los peores chicos porque podía ver bondad en ellos, aun cuando no fuera así.

-De acuerdo, pero si intenta aprovecharse de ti, de cualquier manera, házmelo saber de inmediato. Yo no le tengo miedo a ese tarado.

En ese momento el teléfono de Mar sonó. Era un mensaje de Santiago.

El chico había tomado el hábito de hablarle por cualquier cosa desde que había hecho aquel grupo de mensajes.

Aquello ya no era tan molesto para ella como al principio, puesto que además de tocar temas de la escuela también hablaban de libros, jamás había imaginado que el chico era un lector con tan buenos gustos.

Romina miro de forma traviesa a Mar, quien tenía una sonrisa formada en el rostro.

Por supuesto ella estaba enterada acerca de los mensajes, los cuales eran más frecuentes cada día que pasaba, y pensaba que no sería tan mala idea que aquellos dos se convirtieran en buenos amigos.

Un Lugar Lejos De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora