♡ octavo mes.

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—No estoy seguro de esto s-señorita Choi. —Se apegó al pecho de JungKook, mirando al perro de su novio en los brazos de su psicóloga.

Mientras tanto, les digo que JungKook empezó a acompañarlo en sus citas con la psicóloga, incluso ella habló con el mismo respecto algunas cosas con él a su lado y la verdad, que se sorprendió que JungKook dijera que si JiMin no duraba un día con el perro en la casa lo iba a dejar en la veterinaria sin dudarlo por su bien y aunque eso le doliera. Ahora están haciendo un ejercicio de prueba de la mujer, ella tenía ambos números de teléfonos y le mandó un mensaje a JungKook en medio de algo que le contaba JiMin, pero ella no le dejó de preguntar cosas estando atento a él, se sorprendió por eso y entendió porque la catalogaron como la mejor de las psicólogas. Nació para serlo.

En fin. Después de mandar mensajes con JungKook, él llegó con su perro en brazos y YoonGi no quiso ni mirarlo a la cara, encima no paraba de ladrar y eso alteraba más al menor y con un grito de él, se calló, sabe que no debe gritarle a los animales y está en contra de eso, pero le ponía de los nervios el que ladrara. Al decir eso, se calló y agradeció de que lo hiciera.

—Curiosesco, curiosesco. —Dice la mujer mirando el cachorro. Lo bajó en el suelo y JiMin abrazó con fuerza a JungKook, sin dejar de ver al perro. JungKook besó su cabeza con sus brazos alrededor del cuerpo— lo voy a soltar y–

—¡No, no lo suelte! ¡Se va acercar! —Interrumpió histérico. Ella asintió y acarició al perrito.

—Amor, déjala hablar.

—Gracias, Kook. —Suspira— decía que lo voy a soltar y quiero que le digas que se siente. —pidió— no Jungkook, si no tú, Jimin. —negó repetidas veces. No era su perro, era el de JungKook y no iba a darle una órden a quien no veía como mascota— no llega a funcionar, prometo que se irá y esto jamás sucedió, ¿De acuerdo? —lo miró agachada en el suelo con el perro en manos. Lo pensó, era buena idea, así que asintió— al soltarlo le dirás que se siente.

—B-Bien. —Tartamudeó nervioso, JungKook acaricia sus brazos y besó su mejilla. La psicóloga, como dijo, soltó al perro después de haber contado hasta 3 y JiMin jadeó sorpresivo, ocultando su cara en el rostro de JungKook sin querer ver al perro que estaba en sus pies tratando de llamar su atención.

—Jiminnie. —Llamó la mujer paciente, agarrando al perro— puedes hacerlo, así como gritaste que se callara, dile que se siente pero tranquilo, tienes a JungKook de tu lado y el perro no va atacarte si eso piensas que hará. —dice bastante tranquila, gira su rostro para ver a la señorita Choi y tragó grueso, viendo a la mujer— haz el intento de nuevo, okey, te pido que digas siéntate, ¿Si? Mira la cara de Bam y no de los otros dos.

"Imposible." ríe nervioso y negó, sin querer intentarlo una vez más. Pero oyendo la voz tan convencida de la psicóloga, tal vez podía hacerlo. Y mordiéndose el labio asintió; eso lo intentaron más veces de las que creía porque en ninguna pudo hablar puesto que no podía ni salirle una palabra al verle acercarse. JungKook veía con amor al perrito que iba con su novio, que le tenía un miedo y su hijo sólo quería jugar con él y tener la atención que pedía desde hace tiempo desde que está en la casa de Jeon - Park.

La psicóloga, agachada en el suelo, le extendió una mano a JungKook: —¿Me ayudas, JungKook? —preguntó algo cansada. Él asintió y se aleja de su novio que negó con la cabeza para que cuando ella se levante, Ban corra a JiMin.

"¡Rápido se está acercando!" Le dice su cabeza. "¡Sólo dile que se siente, ya está cerca!" volvió a decirle, JiMin retrocede con pánico. "¡Vamos cobarde, dile algo al pulgoso perro!" Le dice.

"¡Por favor deja de acercarte!

¡Me das miedo!

Siéntate.

NUEVE MESES 嬰兒 kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora