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Hoseok me veía de pies a cabeza detenidamente y con su mirada me juzgaba en silencio. No pude evitar removerme en mi lugar incómodo, mordiendo mi labio inferior y esperando su último veredicto. Ya había pasado una hora desde que llegó a mi casa tan apresurado, pero conservando su buen look, que por cierto, yo siempre había admirado su buen estilo de vestir. Tenía puesta una playera de mangas largas color blanca, algo holgada y que por encima la cubría (a excepción de los brazos) una camiseta de manga corta con un estampado colorido. Por la parte superior, jeans de mezclilla claros, algo rasgados de las piernas, que pedazos de hilo destacaban en el mismo. Por último, encima de su cabeza, yacía un "sombrero cubo", de color blanco que quedaba muy bien con toda su vestimenta, complementándolo. Detalles más extras como: aretes plata adornando ambas orejas y su cabello bien peinado hacía delante.

Su descripción me hizo cortar el tiempo incómodo que me estaba haciendo pasar, pues yo no sabía que tanto pasaba por su cabeza y porque no avanzábamos en mi, e inclusive llegué a pensar que algo andaba mal. La opinión de un "experto" me sería de mucha ayuda, o al menos eso creía por el tiempo que me estaba haciendo esperar.

–Lo tengo –Por fin. El aire contenido por mis pulmones abandonó mi cuerpo y observé su silueta dentro de mi closet, buscando con dedicación.– Jamás te vi vestir algo como esto, por lo tanto estas obligado a ponértelo.

–¿Eso? –Tomé el gancho con la ropa confundido. El solo asintió– Suelo usar ropa holgada y cómoda para la escuela –expliqué al ver las prendas en mis manos–. Casi nunca uso-

–Es momento, tómalo y vístete –bufé y me fui al baño.

Minutos después, me encontraba saliendo de mi baño vistiendo una chaqueta de mezclilla color tipo gris azulado, a juego con mi pantalón del mismo material y una playera blanca algo suelta. A propósito, el pantalón tenía el mismo diseño de mi amigo, rasgado de las piernas pero que la diferencia era que por debajo de los hilos, aún así mi piel no era visible, tenía tela debajo de ese rasgado. Mi calzado eran tenis negros de plataforma, que eran de mis favoritos. Peiné mi cabello hacía atrás y lo fijé con algo de spray para que no se moviera de su lugar. Hoseok me hizo usar pendientes.

–Estas listo Jeon –Sonrió orgulloso. Y yo le devolví la sonrisa tímido.

–Debo admitir que la emoción y los nervios, se están apoderando descaradamente de mi cuerpo –Negué aún sonriente. ¿Yo estaba listo?, no, no mucho, pero no podía echarme para atrás y no era como que lo quisiese así.

–Entonces vamos maldita sea, ¡olvidemos todo y no recordemos nada al día siguiente! –Gritó saliendo de mi habitación. Comencé a carcajear por su actitud y seguí sus pasos.

Por la descripción de ser uno de los antros más populares de Seúl, supuse que estaría "caro" en cuanto al servicio, yo no tenía experiencia con este tipo de lugares y me sentía como un bicho raro. Rodeado de la multitud que bailaba y disfrutaba su noche. Me sentía tan pequeño, un poco tonto y fuera de lugar, pero el aura de Hoseok iluminaba el lugar y me sonreía para que fuera hasta donde el y tomáramos asiento. Veía caras familiares hasta que recordé que la fiesta era específicamente de tercer año, varios grupos y uno que otro colado, supongo que había algún anfitrión, no puse mucha atención a eso.

Me veía ridículo al estar buscando con mis ojos mi objetivo principal, que no alcanzaba a ver por ningún lado. Tenía tantas ansias de verlo y poder atreverme a dirigirle la palabra. Por un momento dude de mi mejor amigo y creí que todo había sido un cruel engaño para traerme hasta aquí, aprovechándose de toda ilusión que yo tenía.

Still With You | Jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora