LA REAPARICIÓN DE UN PASADO TORMENTOSO

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-¡Luna! ¡Sting! -grité- ¡El desayuno!

Mis gritos resonaban por todo el apartamento. Estaba feliz. Aun habiendo dormido menos de tres horas mis ojos brillaban como si los de un adolescente se tratasen.

Sting se despertó primero y tras frotarse los ojos se levantó y se sentó en la mesa con su pijama puesto, un simple pantalón largo.

Yo serví el desayuno mientras canturreaba. Tortitas, zumo, café... Hasta Loke se apareció para comer un poco. Luna en cambio tardo unos minutos en salir de su habitación. Llevaba un pijama que su abuelo le había regalado y le quedaba grande, uno color azul oscuro con estrellitas doradas de pantalón corto y sin mangas. Aun llevaba en brazos aquel peluche al que le había llamado Sky. Su largo pelo, semi recogido y despeinado por dios sabe por le tapaba la mitad de la cara.

Fuí a cogerla en brazos, pero algo me interrumpió. Alguien aporreaba la puerta del apartamento con fuerza. Miré el reloj. ¿Quien demonios golpeaba las puertas montando tanto escándalo a las ocho de la mañana? Suspiré. Fui a abrir la puerta, pero Luna se adelanto y corrió para abrirla ella primero.

-Mamiiiii~ La señorita Mira se ha cortado el pelooooo~ -Luna gritó y a mi se me tensó el cuerpo. Sabia quien era, sabia que quería, y no dejaría que esta vez se saliera con la suya.-

-¿Una niña? Me habré equivocado... -escuché de parte de la menor de las Strauss-

-No te has equivocado, Lisanna... -cogí el estuche de llaves que estaba sobre la mesilla del salón, y me acerque a la puerta. Una vez frente a la albina, sonreí como si el pasado jamas hubiese existido. Pusé una mano sobre la cabeza de mi pequeña devolviéndole su ahora rubio pelo y me agache a su altura- Ve con la tía virgo. Labate y vistete. -Ella asintió y yo me volví a levantar- ¿Que es lo que quieres, Lisanna? -comente con una voz temible para muchos-

-Había oído que estabas de vuelta. -me dijo con desprecio- Quería saber como te habían tratado los años... -me golpeó levemente en el hombro. Me cagüen la puta. En el hombro malo tenia que ser. Hice una pequeña mueca de dolor, que según su pequeña sonrisa de satisfacción, notó.-

-Bastante bien~ -alardee- mejor que a ti sin duda. Escuché que nadie te dirige la palabra~ -solté una pequeña risita burlona- ni si quiera tu propia hermana..~ -en sus ojos cada vez era mas notorio el odio hacia mi, y yo sonreía orgullosa de hacerla rabiar-

-Eso no es de tu incumbencia -escupió aquellas palabras a la par que intentó golpearme en el estomago.-

-¿Que intentas, Lisanna..? -paré aquel golpe, pero algo hizo que perdiese el hilo de todo aquello. Una pequeña fuente de magia se acercaba a toda velocidad hacia donde estábamos.-

-LUUUUUSHYYYYYYYYY -aquel felino azulado que hacia tanto tiempo que no veía colisiono contra mi, llorando como un bebé hambriento.-

-¿H-Happy..? -musité. Si la llegada de Lisanna me había dejado algo tocada, Happy llorando en mi pecho me dejó totalmente en shock, tanto que esas lágrimas traicioneras lograron escapar, recorriendo mis mejillas lentamente.-

-¿Que haces aqui? -la voz seca y borde de Sting frente a Lisanna hizo que volviese un poco a mi ser. Miré al ahora mi defensor y me fije en que sujetaba a Luna en sus brazos, protegiendola con sus brazos, y a su derecha, tanto Loke como Acuario, con cara de pocos amigos- Largate de aquí... -y en cuanto el rubio dijo aquello, Acuario cerró la puerta de golpe, dando a la menor de las Strauss en la boca, según el quejido que se escucho. Pero yo aun seguía mirando aquel trozo de madera de pino que servía como puerta, como protección y como resguardo. Abrazando a Happy con fuerza, y sin dejar de llorar en silencio-

☆EL SECRETO DE UN HADA SIN ALAS☆ [ 1/2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora