PRÓLOGO:

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- Piernas juntas, espalda recta, mentón alzado....

18 de marzo, año 400
Belueve, Ancaria

La institutriz sigue intentando acomodar mi postura, yo sólo finjo tomar notas sobre "la pose de una dama" esperando que su cacareo termine en algun momento, pero no puedo ni protestar ni escaparme. La última vez que me escape y le dije cosas a la institutriz padre me castigó fuertemente. No veo el por qué estaba mal, sólo le dije la verdad: "es una bruja amargada y probablemente tiene el coño seco"; si, justo esas palabras grité mientras saltaba por la ventana al abedul junto a esta. No es que me gustara escalar los arboles, pero era mil veces mejor que estar presa en un salón aprendiendo cosas que no me interesaban. Y dónde aprendió una señorita de mi clase social tales insultos; bueno los señores suelen ser bastante soaces cuando sus señoras no están cerca y la verdad prefiero frecuentar donde se reúnen los hombres a discutir, se siente un ambiente más real y simple que el de las damas donde abunda más la superficialidad. Ese "insulto" lo escuché del varón Fraud, el regordete señor de mirada brillosa, a este siempre le gusta ser el centro de la diversión y decir las bromas más picantes. A veces parece que piensan que yo no entiendo lo que dicen, o simplemente ignoran mi insignificante presencia. Otra cosa que he notado en esos encuentros sociales es la insistente mirada de Nicolai, este no intenta disimularlo me sigue, en algunas ocaciones con la excusa de charlar, si claro, es un buen chico pero la verdad su rostro escuálido y su nariz aguileña no despiertan en mi el más mínimo interés. Madre me lo ha dicho en varias ocaciones, que ya soy casi una mujer, como si quisiera anunciar lo que está por venir, ¿es que todos me subestiman?. Yo sé que es lo que se acerca, y se que al ser la hija del príncipe Philip el 12avo debo brindar nobleza a mi familia casandome con un buen partido, pero por todos los cielos no Nicolai; todos menos ese. Mi único consuelo en estos últimos días,por suerte, son mis clases de esgrima. Desde que las recibo me alegran las tardes y son mi mejor forma de liberar toda la frustración del día, debo dar gracias a padre por permitirme practicar, aún si es por mero gusto estético....

- Irina!!!!- bufó la ofendida la Institutriz al descubrir que no prestaba atención a lo que decía

- Lo lamento Lysaga- dije fingiendo estar avergonzada

Esta parecía estar cansada. Pero no se rendirá en su mente cuadrada todo debía encajar hasta la rebelde princesa Arkadish.

20 de diciembre, año 405
Florentina, Ancaria

No me gusta que mis padres se pongan tan controladores, ya les dije a ambos, que no me interesa Nicolai, nunca lo hará. Aún así manipularon encuentros entre él y yo, en varias ocaciones fingen estar apenados con sonrisas vacías como escudándose y diciendo que se lo agradeceré en el futuro. ¡¡¡Patrañas!!! Irina Arkadieva nunca, pero nunca cambiará su postura. Ahora que estamos en el palacete de las festividades de invierno me siento más protegida y a varios kilómetros de distancia de Nicolai. Por otro lado, conocí a alguien interesante hace poco. Ya sé que no es correcto asumir de ante mano, pero ese caballero fue tan agradable y vuelve mis momentos junto a él en eventos espectaculares y únicos. Se llama Alexander y es tan hermoso que quita el aliento pero escribiré por partes como fue que lo conocí y de la forma más ordenada posible. Resulta que es lógico que a mis 18 años recién cumplidos haga finalmente aparición en mi primer baile de sociedad, el cuál se celebró el pasado otoño casi de forma precipitada y claro invitaron a Nicolai, pero cometieron el error de invitar a Alexander y bueno.

Lo primero que pasó fue que cuando entró al salón de baile los ojos se volvieron sobre el joven hombre y su atrayente aura. Con un marcado y elegante perfil que le daba un aire de aristocracia antigua y un sedoso cabello negro amarrado delicadamente en su nuca. Si hubiera una forma de describir su cara seria perfección, pómulos altos barbilla perfilada, ojos chispeantes la curva de su rostro masculino parecía estar tallada a la perfección en su cara. No era de extrañar que las chicas se abalanzaran sobre él. Pero era mi fiesta, así que reclame su atención usando mi derecho de propietaria de la celebración. El sólo sonrió ante mi actitud suelta y descarada y su rostro pareció alcanzar la divinidad mientras en sus mejillas se dibujaban unos dulces hoyuelos. Entonces se disculpó con las jóvenes y me acompañó la noche entera y vaya noche perfecta que fue. Su plática era animada y nada aburrida, activa y vivaz nunca había visto a un hombre que debatiera y prestara atención, de verdad, a mis puntos de vista fundamentado sin miedo si lo que yo le decía lo encontraba correcto o no; y al parecer tenía preferencia por los enfrentamientos verbales sobre mi visión en casi todo. Pero esto no hacía más que divertirme y mantenerme atenta en la conversación, era un hombre con carácter y personalidad.

Desde ese día lo he visto en contadas ocasiones y apenas compartimos unos minutos de plática antes de despedirnos pero siempre aparece con una rosa de Damasco para mi, desde que le dije que era mi flor preferida se dió a la tarea de regalarme una cada vez que me ve. La de hace dos noches ya está marchita pero la de esta noche planeo conservarla para esto le pediré ayuda al mago que trabaja para mi familia. No puedo esperar.

Para hacer sus regalos variados y especiales él suele hacer que la flor absorba una tintura de alguna forma que no ha querido revelar y cada vez me entrega una está tiene un color diferente, me pregunto cual será el color de esta noche. Hasta ahora va índigo, azul y púrpura, veremos está noche.

24 de mayo, año 407
Belueve, Ancaria

A pesar de lo difícil que ha sido mi relación con Alexander, ya que ha sido completamente secreta, este me sigue haciendo flotar de alegría aún después de un año y medio, sin duda le amo.

Cuando me declaré creía que iba a morir de vergüenza el sólo sonrió y peinó mis negros cabellos como cuando un padre acaricia dulcemente a su hija y afirmó que se sentía de la misma forma. Esa noche me besó por primera vez y me reveló sus deseos de matrimonio, cosa que me emocionó a la vez que me asustó, pero aún si acepte lo que me propuso. En nuestro encuentro de la noche anterior, me asustó aún más todavía. Como ya escribí y describí con lujo de detalles estamos prometidos, pero nunca lo habíamos formalizado, pues recién anoche finalmente lo hicimos, Alexander me trajo un anillo de compromiso, de obsidiana salpicado con rubíes que lo decoran a todo lo largo, una verdadera delicadeza las minúsculas piedras preciosas y las conte, son 20 la misma cantidad de años que tengo. Por supuesto el anillo no fue lo que me asustó, si no lo que venía acompañado con este, un matrimonio a escondidas y un escape a nuestro nuevo hogar. No supe que responderle, él se veía entusiasmado y algo preocupado pero no sé como conseguir el coraje para dejar mi hogar. Temo que estoy contra la espada y la pared y sé que al optar por una opción la otra parte no quedará satisfecha. Es difícil pero, aunque no lo diga, ya he tomado mi decisión, mi corazón se niega a vivir sin el amor de mi vida.

En unas noches nos reuniremos en el jardín nuevamente y escaparemos, quizás, así que planeo llevar algunas cosas, lo más indispensable conmigo y además quiero adornar mi vestuario con la rosa negra que me regalo hace 2 años, la conservé dentro de un cristal residual, la hice encoger con magia para luego ponerla en este objeto y mande a tallar un collar de ella, él me la regaló diciendo que combinaba muy bien con mi cabello, lo sorprenderé usandola en mi cuello.

Iʀɪɴᴀ Aʀᴋᴀᴅɪᴇᴠᴀ

Sangre ArgenteaWhere stories live. Discover now