6-[Al fin solos]

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Esto se subió al día siguiente, por si solo querían saber sobre la historia principal. Y porque, neta....kejfqnfidkd ya quiero subir todo lo que tengox'd. Nimodo, a ser pacientes.

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Ya era el cuarto día de su trabajo. Y no ha estado tan mal, pero vuelvo a repetir, solo llevaba tres días e iba empezando el cuarto.
El día anterior quería volverse acercar a Tord, pero la vergüenza y el orgullo le ganaba, pero esta vez se dispuso a hablar con Tord como es debido y esperaba no ser interrumpido.

En cambio Tord, ya no quería que Tom volviera. ¿Razón?: el comentario que hizo su jefe aquella vez. Lo de "noviecitos" hizo que su compañero de trabajo se burlara de el ese día entero, el siguiente y hasta cuando llegó otra vez hoy. Esto lo enfurecía bastante, ya que, atacaba directamente a su orgullo.
Tord era capaz de dislocarle el brazo, si quería, pero le prometió a su padre que no llamaría la atención por cosas inútiles(y le tenían amenazado su colección de mangas).

El día anterior, Tom no había ido a con Tord, y eso hizo pensar a Tord que ya no volvería, pero no tenía en mente que ese día se presentaría de nuevo.

Tord estaba en la barra recargado, esperando a algún cliente y al escuchar la campanita de la puerta, puso su atención hacia ella. Puso su mejor sonrisa para atender a alguien, pero rápidamente la quitó al verlo.

   —Oh, no, no, no, no...—dijo en susurros inaudibles. Rápidamente se levantó de su silla y se dirigió a Tom.

Por otro lado, Tom entraba de lo más normal al local, con la esperanza de esta vez sacar información. Pero al levantar la vista para ver a Tord, solo se encontró a este abalazandoce hacia el. "¡holy shit-!"fue lo único que dijo antes de que Tord le tapara la boca y lo fuera empujando hasta la entrada/salida del lugar.

   —Escucha...—habló en voz baja al ya estar fuera del lugar.—se que quieres hablar conmigo y saber que pasa. Lo entiendo, yo también quiero. Pero este no es el momento.
Cuando salgamos, podrás preguntar cuanta mierda quieras. Pero ahora no.—miraba a todos lados nervioso. Esperando que su compañero no lo viera(el estaba en el baño en estos momentos).

Tom lo miró desconcertado y quiso decir algo, pero frenó en seco su boca que querían decir palabras, para solo decir un "está bien" con el ceño fruncido e irse de vuelta.
El contrario al ver que se iba, decidió entrar de nuevo a su local.

Cuando Tom entró al café, se encontró a su compañera en la barra con una sonrisa de oreja a oreja.—¿¿¿Yyyy???, ¿cómo te fue?.

   —Como la mierda.—dijo de forma cortante y se sentó en una silla tapándose la cabeza con el gorro de su suéter. La situación se le hacía vergonzosa.

   —¿En serio?.—quito su sonrisa, pero sin mostrar alguna expresión de preocupación.

   —Bueno. No tanto—se quitó el gorro de la cara dejando ver un leve sonrojo de la vergüenza, que poco a poco se desvanecía.—me dijo que al salir podríamos hablar bien. Así queee...¿sería una victoria?.

   —¡Oh!, ¡Por su puesto que es una victoria!.— dijo con entusiasmo y sentándose en la barra del café. —Salir con el e ir a charlar en algún lugar, probablemente privado.—se acuesta en la barra—parecería una cita, ¿no crees?— dijo levantando su cabeza para ver a Tom a los ojos.

El comentario lo tomó por sorpresa, el no había pensado en eso. Pero, a su parecer, no lo era. —Ay, callate, tonta.—mira hacia otro lado.— Solo quiero saber sobre mi infancia y que relación tiene el con ella. No es una cita.

   —Auu~... Le quitas lo divertido a las cosa~s.

A Tom a veces le molestaba la actitud de su compañera, pero no tenía de otra. Tenía que pasar el resto de la tarde con ella.

   —Pero bueno...—Tom dio un suspiro y se levantó de su asiento, para ir al baño y cambiarse de ropa, pero se detuvo al caminar unos pasos. —Hey.

   —¿Mm?.—dijo Miriam, mientras se bajaba de la barra.

   —No he visto casi clientes últimamente. ¿Sabes qué habrá pasado?.

   —Neh, no sé. Mejor para mi. Que yo soy la que hace el café. Tu aún no tienes esa habilidad.—dijo lo último con una sonrisa de lado.

   —Agh, como sea.— dijo en voz baja para ya meterse a aquel baño.

Todo transcurrió con normalidad y a la vez, una linda amistad crecía entre el dúo. Pero Tom seguía sin considerarla "amiga", ya que solo llevaba cuatro días de conocerla.

Llegó el fin de turno, Miriam se despidió de Tom con un abrazo y se fue directo hacia su hogar, con una caminata feliz.
En cambio, Tom se quedó esperando al Noruego, ya que le prometió estar para esa hora.

Y dicho y hecho, este salió del local y al ver a Tom, fue directo hacia el.

   —Je, no pensé que realmente me esperarías.— dijo Tord con una sonrisa de lado, mientras le tocaba la mejilla con un dedo.
Esto molestó al contrario.

   —Si, si, si.—dijo de forma rápida, mientras le quitaba la mano de su mejilla.—Por favor, menos contacto físico.

Este solo rió al ver su reacción, —Bien, caminemos...— dijo por último, aún conservando esa sonrisa que le daba escalofríos al británico.

Ambos caminaron un poco entre la obscuridad y al no encontrar un lugar tranquilo(ya que, ellos no eran los únicos que salían del trabajo a esa hora.)El noruego propuso ir a su casa. Tom inmediatamente rechazó esa oferta, no confiaba en el y quién sabe lo que le podría hacer si iba a su casa.

   —Oh, pues que triste. Porque ya estamos aquí.— dijo Tord levantando la vista hacia su pequeña casita. Al parecer, mientras caminaban, lo fue guiando hasta su hogar sin que el otro se diera cuenta.

El contrario, desconsertado, no tuvo opción más que aceptar, porque al ver bien donde el vivía vio que era un lugar transitado; si lo intentaba matar, todo mundo lo escucharía.

Ambos entraron, uno con el pecho en alto y una sonrisa victorioso y otro encorvado, con una expresión molesta y mirando hacia todos lados con desconfianza.

Parecía un casa normal. Aún con unas cajas que se veían llenas. "¿se va a mudar o se mudó aquí?" se preguntaba mientras veía esas cajas. Todo era normal, hasta que leyó algo escrito en la caja con plumón negro. Esto le llamó la atención, y aprovechó que el Noruego fue a hacer algo en su habitación y se puso a leer aquello.—"Edición limitada... ¡Mangas hentai"!—dijo alarmado y dando unos pasos hacia atrás. Tord iba saliendo de su habitación y se sobresaltó al escucharlo. Rápidamente tapó las cajas con una sabana que había en un sofá de ahí.

   —Eh, jeje. Perdón por eso. No es algo que muestre al público.— dijo nervioso mientras que Tom lo miraba un poco asqueado y con un leve sonrojo en sus mejillas.

   —¡Eres un pervertido! No debí venir contigo. ¡Me largo!— dijo para irse dirigiendo hacia la puerta con un paso rápido.

   —Hey, no. Tom, Tom, Toooom. No te vayaaas—dijo mientras le agarraba un brazo. —Siento si te asusté. No pienses mal de mi. Se que es una pésima primera impresión.—dijo arqueando las cejas hacia arriba mientras tenía una leve sonrisa nerviosa y miraba hacia otro lado.

Tom desconfiaba de la situación bastante anormal, pero ya estaba ahí, y no sabía si le podría ver a la cara al noruego otra vez si se iba en ese momento.
Dejó de estar tenso y volteó para estar al frente del contrario, que aún lo miraba nervioso. Suspiró —Está bien. Me quedaré...—esto alegró a Tord.

Después de calmar las aguas, ambos se sentaron en los pequeños sofás frente a frente. Uno con una leve sonrisa y otro con los ojos caídos, aún desconfiado.

   —Y bien, habla.

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I See You Again「TordTom」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora