Barbie no se mostró muy expresiva ese día, estaba callada luego de nuestras risas y apenas había comido, su mirada a veces se perdía y yo la traía de vuelta con un beso. No había intentado tocarme, pero yo la deseaba, extrañaba el calor de su cuerpo presionado al mío y el hambre voraz que se apoderaba de mí cuando la tenía entre mis brazos.
A pesar de eso y de que mi entrepierna dolía, el día transcurrió tranquilo, la dejé oírme hablar con su madre y luego ellas hablaron, Vaneditt volvió a llorar en cuanto dijo "Mamá" pero se rió con su papá y rodó los ojos cuando su mamá le recomendó unos canticos que la harían pensar en cualquier cosa menos en sexo.
Por supuesto ella se negó, mi Barbie no saldría al amanecer a cantar como alguien con poca cordura, ella era muy elegante para eso y me divirtió que se quejara diciendo "Ella está loca, yo no voy a decir y oyo ni nada de eso, ella es la bruja, no yo".
-De una brujita a otra brujita...- sugerí burlándome y me lanzó un almohadón y desde entonces está acostada en la cama viendo el techo sin hacer nada. Me recosté a su lado en la misma posición que ella con las manos a mis lados y las piernas algo separadas.
Ella giró su cabeza, me vio y regresó sus ojos al techo.
-¿Qué hacemos?- le pregunté enganchando uno de mis dedos en su cabello rojo -¿Puedo trensarlo? -nunca trensé el pelo de nadie, no tenía hermanas, pero una de mis primeras amantes tenía a una niña y por las mañanas yo la observaba trensarle el cabello. La niña estaba feliz luego de eso, quizás Vaneditt también se ponga feliz si se lo trenso.
-¿Por qué ya no me pides tener sexo, Nic?- preguntó en cambio
-Antes insistías todo el día ¿Por qué ya no?¿Ya no deseas mi calor?¿Es porque soy fría?No, es porque no quiero que sientas que te utilizo.
Iba a responderle, pero más que palabras, un muñeco necesita acciones, por eso tomé su mano y la llevé a mi pecho.
-¿Sientes lo excitado que está?- le pregunté.
-Ese es tu corazón, Nic- murmuró sin dejar de ver el techo.
-Dicen que el mejor camino a la entrepierna es el corazón, Vaneditt. Las sensación es mejor, los sentimientos suben a otro nivel y yo te amo y estoy excitado, eso debe decirte mucho.
Esperé y esperé y se rió a carcajadas.
Suspiré.
-Nicolás.
-¿Sí, amor?- me recargué sobre un brazo poniéndome de costado para verla, ella aún veía el techo.
-Tienes una forma rara de decirme que me amas.
-Y que te deseo.- le recordé.
-Siempre te voy a desear y si no te toco es porque estoy esperando a que la maldición se deshaga, solo así voy a estar seguro de que quieres tener sexo porque me amas y no porque una fuerza superior te obliga. -estiré mi brazo y rodeándole la cintura la atraje hacia el calor de mi pecho, ella se acurrucó y ocultó su cabeza en mi hombro. -¿Tienes hambre? - no quería arruinar el momento, pero estoy casi seguro de que a pesar de que le dije que me contara todo lo que le pasa, ella no me dirá cuando esté hambrienta.-No- murmuró y le alcé la carita, el rubor estaba en sus mejillas, me había mentido.
-Barbie, dime la verdad, puedes confiar en mí.
El rubor aumentó y desvió la mirada a mi pecho.
-No quiero ser una molestia- una lágrima se deslizó por su mejilla y compartí su dolor.
Cuando vivíamos en su casa ella me dio acceso a su heladera, podía abastecerme por mi cuenta, así no la molestaba y le permitía vivir sin tener que encargarse de mí, pero las otras no fueron así. En aquellos tiempos cuando las cajas refrigeradas no existían dependía completamente de mis amantes y la mayoría de veces ellas no me daban comida, decían que sus esposos sabrían si faltaban alimentos y algunas veces las entendía, la comida era escasa en esos tiempos, pero ahora...ahora me duele ver que mi barbie se abstiene de comer solo para no molestarme.
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Muñeca sexual 2 (+18)
Romansa"Desde el momento en que dicen ciertas palabras y abren la caja, me convierto en su amante, mi cuerpo no tiene contról" Así era yo antes, un muñeco, pero no cualquier muñeco. Yo complacía los deseos de las mujeres, las hacía gritar de placer, pero n...