Estaba descifrando cómo encender el auto cuando la puerta se abrió y Vaneditt entró tomando asiento a mi lado. Cuando me vio sus ojos estaban rojos y su labios temblaba.
-No me dejes, por favor no me abandones- subió las piernas al asiento acomodándolas contra su pecho y recargó su cabeza en la ventana intentando con su cabello ocultar las lágrimas, pero las ví y tan rápido como lo hice, desabroché el cinturón de seguridad y me lancé a ella, a abrazarla a entregarle mi calor. -No quiero estar sola de nuevo, por favor quédate y toma mi mano cuando me congele, no dejes que me vaya sola.
Su miedo me destruyó por dentro y aunque quise ser fuerte, intentar transmitirle que todo estaba bien, algunas lágrimas abandonaron mis ojos y no supe cómo esconderlas.
-No te abandonaré, Barbie- la atraje más cerca y ella se acurrucó a mí, aferrándose con las uñas y casi todo su cuerpo. El espacio del auto era pequeño, pero de alguna forma ella se trepó como un monito a mi cuerpo enrollando piernas y brazos en torno a mi cuello y cintura.
-No me dejes, seré mejor, hice mal mi trabajo, pero ya no más. A partir de ahora te daré placer cada minuto del día, haré lo que me pidas y ya no quiero comida, no quiero agua, no quiero nada excepto tu calor y compañía, por favor Nick, te aseguro que no seré mojigata- su voz se quebró y mi corazón se rompió, nos bajé del auto apenas evitando golpearle la cabeza con el techo o a mí tropezar y nos regresé al edificio.
Había hecho mal, Barbie no dejaba de murmurarme entre sollozos todo lo complaciente que sería, debí darme cuenta de que ir a vengarme de otro porque no la alimentó sería doloroso para ella.
A los muñecos no nos gusta estar solos, nos vuelve frenéticos, asustadizos o al menos así me ponía yo cuando el tiempo pasaba y no había señales de mi amante, pues con cada segundo, sentía a la muerte acercarse.
-Lo siento, no volveré a dejarte, Barbie- nos regresé a la habitación y la bajé suavemente sobre la cama, me volví para cerrar la puerta y cuando giré ella se estaba desnudando.
-Barbie, no.Sus manos se detuvieron y alzó la mirada, la tristeza emanaba de sus ojos.
-No me quieres ¿Verdad? - se cubrió y se aferró a su ropa mientras lloraba. Golpearon la puerta en ese momento y asegurándome de que mi cuerpo cubriera su visión desnuda la abrí.
Era la comida.
Mucha de ella.
La mujer que la trajo intentó pasar, pero me interpuse.
-Yo la llevo- le indiqué y tomé los platillos cuando uno a uno fue dándomelos, de apoco la cama se llenó de comida y cuando al fin terminé saludé a la mujer, le agradecí la comida y cerré la puerta, pero al girarme Vaneditt no estaba comiendo. -Barbie, come, sé que tienes hambre- me senté a su lado y corté un pedacito de lo que creí era un zapallo, se lo acerqué a la boca y en el último segundo, cuando ella abrió la boca y cerró los ojos aparté la mano dándome cuenta del nuevo error que casi cometo.
-Yo...no puedo darte de comer, debes hacerlo tú amor.Ella abrió los ojos, vio mis dedos alejándose y bajó la cabeza. Negándose a tomar el tenedor o cualquier trozo de comida de los distintos platillos.
-Si te doy de comer a la boca y no consigo deshacer esta maldición o tomar tu lugar antes de que el tiempo se acabe creerás que tú próximo amante te alimentará él mismo y no lo harán Barbie, por favor no te ofendas, pero pasé demasiada hambre por esperar a que alguien me alimente en la boca, no quiero que pases lo mismo.
Ella asintió, gateó hasta mi regazo y me abrazó.
-Te amo, Nic- me besó la mejilla y tomó un platillo el cual agradecí pues era todo vegetales.
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Muñeca sexual 2 (+18)
Romance"Desde el momento en que dicen ciertas palabras y abren la caja, me convierto en su amante, mi cuerpo no tiene contról" Así era yo antes, un muñeco, pero no cualquier muñeco. Yo complacía los deseos de las mujeres, las hacía gritar de placer, pero n...