Pizza & Love || MontyxChica.

3;;Dancin.

Otra noche en el Mega Pizza Plex llegaba y Montgomery Gator había decidido ir a la guardería tan pronto el establecimiento cerró, siendo recibido por un amigo que había hecho con anterioridad hace un buen tiempo, pero que simple y sencillamente, no podía darse el lujo de visitar seguido.

- ¡Oh, Monty! ¡Que bueno verte!- exclamó Sundrop, saltando de un lugar a otro con alegría. Su enorme sonrisa que parecía permanente se ensanchaba hasta un límite casi inexistente.

- ¿Que onda, Sun? Perdón por no haber venido en tanto tiempo.- dijo el lagarto mientras movía un poco la punta de la cola, divertido ante el comportamiento del hombre sol.

- Estoy fenomenal. Y no te preocupes, ¡Sé que tienes que lidiar con tu ira! -rió felizmente el cabeza de sol, antes de dar giros y comenzar a moverse alrededor del Gator haciendo piruetas tocando el piso con las manos y luego aterrizando con los pies una y otra vez, haciendo que su contrario tuviera que girarse constantemente para mirarlo.- Y hablando de tu ira, puedo notar que estás muchísimo más tranquilo que nunca desde que te conozco. ¿Hay algo nuevo allá afuera, acaso? ¿Algo que te relaje?- interrogó entre risas antes de detenerse frente al lagarto y mirarlo muy de cerca con curiosidad.

- Bueno, puede ser que haya algo... No estoy seguro. Pero realmente no es algo nuevo.- explicó vagamente mientras iba a buscar donde sentarse.

Sundrop lo siguió y permaneció entusiasta analizando cada movimiento del Gator. En efecto, sus manos estaban relajadas, sus brazos y piernas no flaqueaban o atentaban con moverse bruscamente de un segundo para otro, incluso su postura era menos tensa que las últimas veces que lo vió.
Tratando de descubrir, ansioso, lo que llevaba al cambio a su amigo, decidió preguntar tanta cosa se le ocurría.

- ¿Sabes? A veces... Cuando estamos en contacto con algo "lindo" nos ponemos felices y eso se lleva cada enojo. ¿Has estado en contacto con algo "lindo" últimamente, Monty? -preguntó divertido, moviendo sus manos a punto de explotar por la emoción de atinar a la primera.

Montgomery pensó unos segundos, o mejor dicho, su propia mente le mostró en poco tiempo la imagen de Chica sonriendo, y sus manos recordaron la sensación de su plumaje.

- A decir verdad... Sí.- concluyó el pelirrojo.

Sundrop gritó de alegría por atinar a la primera, comenzando a saltar de un lado a otro extremadamente feliz, volviendo a dar piruetas y saltos por todos lados bajo la atenta mirada del lagarto.

- ¡Estupendo! ¡Estupendo! - exclamaba enérgico.- ¡Deberías seguir así! Estar con ese algo "lindo" seguramente te ayudará más que romper cosas para aliviar tu ira.-mencionó Sundrop, carente del conocimiento de que lo "lindo" era alguien.

El lagarto rió abriendo sus fauses considerablemente, golpeándose levemente el muslo y moviendo un poco la cola, ver a Sundrop parado de manos era divertido.

- ¡Lo haré entonces, jajajajajaja! Ya ponte de pie.- dijo tratando de dejar de reír.

De eso se trataba ir a ver a Sundrop, divertirse con él, pero era difícil divertirse cuando lo único que podía sentir era en querer despedazar todo lo que veía, desgarrar cada cosa blanda a su alcance, morder y abollar todo. Era difícil ser feliz cuando se sentía constantemente enojado.
Sundrop lo sabía, sabía que Monty, su querido amigo, siempre estaba enfadado, que se sentía rezagado, echado a un lado. El Gator quería más, mucho más de lo que tenía, ser más cada vez y vivía sumergido en la autocrítica y el pesimismo. ¿Y que pasaba cuando veía a todos los niños luego de los conciertos darles dibujos y regalos a todos los integrantes de la banda menos a él? Monty le contaba que siempre volteaba a mirar a Freddy, el oso Glamrock era el que más amaban los niños, y quería ser cómo él. Más de una vez, Montgomery relataba cómo su sangre fría ardía y sus secos ojos hacían llover cada vez que en el campo de golf los niños, en vez de acercarse a él, le temían. No era querido ni en su espacio. Tenía algo de razón en estar tan enojado, pero no era nada sano.