Francamente sabías que podías caer desmayada en cualquier momento.
Odiabas la sensación de la sangre sobre tu ropa y tus manos, odiabas pensar que al llegar a casa tendrías que poner una lavadora y encima, era tu pantalón favorito. Y encima el grupo de hombres que te tenían acorralada parecían indecisos.
-¡Maldita zorra! -Gritó uno de los motoristas cuándo soltaste ell cuerpo inovil de su compañero que sí se había atrevido a intentar golpearte- ¿¡De dónde sale esta mujer?!
Llevabas muy poco tiempo en el país pero tu oído ya se había acostumbrado a su idioma. Le sonreíste con confianza y escupiste la poca sangre al suelo.
-Yo soy Española. -Respondiste, desconcertándolos- Creo que debería disculparme por haber entrado en vuestro territorio. Pero tampoco sabía que esta calle era asunto de los... ¿Black Dragons?
-¡¿Esta calle?! -Una enorme vena apareció en el cuello del pandillero- ¿¡Nos estás jodiendo? Los Black Dragons tenemos poder sobre seis de los siete distritos!
Miraste a tu alrededor. Cada vez te costaba más respirar y comprender lo que estaban diciendo. No estabas centrada y sabías que en una pelea callejera eso podía ser fatal. Escuchaste nuevas motos a tu espalda y creías que debían ser los refuerzos pero cuándo los hombres vieron a los nuevos pandilleros dieron un paso atrás.
Una mujer de largo pelo castaño y oscuros ojos del mismo color clavó su mirada en ti.
-¿Necesitas ayuda, chica? -Preguntó.
Su acompañante, un hombre de pelo negro y blanco con una enorme cicatriz atravesano su ojo encendió un cigarro.
Tan pronto como esa mujer puso sus vacíos ojos en ti sentiste la necesidad de salir corriendo, incluso si quisieras enfrentarla no podrías aguantar mucho más. Los dos vestían una chupa de cuero azul con el estampado de un tigre rojo, eran sólo dos personas, pero hicieron callar a todos los miembros de los Black Dragons.
-No. -Formaste tu mejor sonrisa hacia ellos y les hiciste un gesto con la mano para que se fueran- Muchas gracias por la oferta, pero estaré bien por mi cuenta. Simplemente me he perdido haciendo turismo.
La mujer miró los tres cuerpos ensangrentados a tus pies y arqueó una ceja.
-¿Estás segura?
-Bastante. -Insististe.
-¡Deberías quitar esa sonrisa egocéntrica de la boca! -Gritó otro de los pandilleros que te habían atacado. Tenía un bate en su mano y el pelo negro le caía sobre uno de los ojos. Como todos había una enorme vena le crecía en el cuello- Nuestro jefe, el gran Taiju Shiba, te está esperando. -Sonrió, una sonrisa escalofriante- ¡Será mejor que no le hagas esperar!
Miraste a la mujer y a su compañero a tu espalda. Si les pedías ayuda quizás podrías escapar de ahí con vida pero eran parte de otra pandilla y seguramente quedarías en deuda con ellos de por vida.
Pero conocer al líder de los Black Dragons tampoco había sido tu plan esa tarde.
-Entonces será mejor que vengáis ya. -Retaste volviendo a componer la sonrisa- Porque no voy a ir por pura voluntad.
(...)
Habías caído desmayada, en parte por el golpe con el bate que el pandillero te había dado en el estómago. Caíste inconsciente y la siguiente vez que abriste los ojos dos de los pandilleros te tenían agarrada de los brazos.
Era la típica habitación de madera que habías visto en tantos animes y que siempre te había gustado, pero ahora estaba más oscura y había demasiadas personas en la habitación. Olía a sangre, aunque seguramente sería cosa tuya por haberla tragando tanto tiempo, y no podías ni siquiera mover las manos.
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Mr. Delincuente. TaijuxTN
FanfictionTaiju Shiba: "Peleare contra las llamas del infierno y rezare al diablo para tenerte a mi lado" "¿Por que huyes de mi? Sé que me deseas." Después de pelear y perder por última vez contra los Black Dragons Kumi es llevada a su líder, Taiju Shiba. Qui...