LA REENCARNACIÓN DEL AMOR

CAPÍTULO 08: ATRAPADA EN SU JAULA

Punto de vista omnisciente

—Mi propia hija huyó de mí y me dejó en vergüenza ¡JURO QUE LA ATRAPARÉ! Ella dejó de ser mi hija a partir de ahora, no quiero que nadie mencione el nombre de esa ingrata, ¡¿entendieron?! —Dijo exaltado el señor Kim.

—Está bien. —Respondió avergonzada la señora Kim. Según ella había fallado en ser madre.

—Está vez no pasará lo mismo con Jennie, ella si se casará con el doncel Taehyung Kim lo más pronto posible, él se encargará tu educación, si tu esposo considera, estudiarás. De lo contrario, solo serás su esposa.
—Padre... pero...

—¡NO PROTESTES! o de lo contrario te irá peor. Solo quiero que limpies la honra de esta familia, en estos días hablaré con su familia para convivas con ellos mientras preparan tu boda, te entregaré a su familia.

  —No puedes hacerme esto... —Jennie lloró mientras se iba a su habitación.

—Necesito limpiar mi honra.

Entonces, el padre de Jennie se reunió con la familia Kim Brachi. Estaban en una cena, donde había vinos y un buen banquete.

—He decidido apresurar el compromiso de mi hija porque considero que su futuro esposo ya no tiene que esperar más por su amada. 

—Me parece una excelente idea, mi hijo está encantado de recibir a su futura esposa. Al parecer uniremos más nuestros lazos, celebremos por ello. —Dijo el señor Brachi.

—Traje a mi hija está noche, ¿por qué esperar más? —Dijo entre risas el señor Kim.

—Desde está noche ella vivirá al lado de mi hijo.

—¡JENNIE! ¡JENNIE! —Se escucharon unos gritos afuera de la mansión de los Kim Brachi.

El padre de Jennie se apresuró en ver quién era, tomó del brazo a su hija al ver de quién se trataba.

—Detén este espectáculo lleno de vergüenza y no arruines mi noche. No querrás saber de lo que soy capaz de hacer en contra de esa muchacha, si no quieres que le haga daño, haz que desaparezca ahora mismo. —Le habló cerca del oído a su hija.

Jennie bajó a hablar con Lisa.

—Lisa, ¿qué haces aquí a esta hora? —Preguntó Jennie.

—Te investigué por varios días y me enteré que hoy te mudabas con Taehyung Kim quien dice ser tu prometido del cuál nunca me hablaste.

—Claro que nunca lo hice, no tendría por qué. —Respondió Jennie mirando a su padre en la ventana.

—Sé que no lo amas, lo puedo ver en tus ojos... —Dijo Lisa entre lágrimas.

—Lo siento tanto, sé que esto te hará sentir mal, creéme que no tengo elección ahora mismo, desearía que fuera distinto. Tengo un compromiso próximamente.

—Podremos salir de esto, podemos huir.

—Es muy tarde para esto, lo siento.  —Respondió Jennie queriendo llorar.

—Está bien, está bien, me iré... Solo espero que seas feliz. —Se limpió las lágrimas y se fue.

—Te amo tanto Lalisa, ojalá pudieras salvarme de esta situación. —Susurró Jennie cuando vio a Lisa irse.

—Hiciste lo correcto, ahora entrarás a tu nueva casa y acatarás todo lo que tu futuro esposo te diga. —Salió su padre con una sonrisa.

Entonces, pasó a Jennie a vivir con Taehyung.

—Hola palomita, este será tu nuevo hogar. —Dijo Tae presentándole su casa.

—Gracias Tae, debería solo dormir en mi habitación.

—Oh, claro... Por estos días puedes dormir sola, yo esperaré cuando sea el momento que decidas compartir habitación.

Así fue, los días pasaban siendo los más tristes, Jennie solo se dedicaba a llorar pensando en Lisa. Taeyung le traía flores a diario, pero Jennie los rechazaba. Hasta que...

—¡JENNIE! Estoy cansado, ya no lo soporto, tú casi siempre estás en tu habitación, solo escucho tus susurros de llanto por las noches, quería educarte, pero me convencí de que no, no estudiarás, solo vivirás como mi esposa en el hogar, no te faltará nada, tendrás todo. Siempre y cuando te comportes como mi mujer y mi esposa, a partir de hoy compartirás habitación conmigo ¡vivirás y moriras por mí! Soy el único al que puedes amar. Piensas que no sé sobre los rumores en el pueblo, solo han hablado mal de ti en estos tiempos, agradece que alguien como yo quiere ser tu esposo, la gente comenta que eres una lesbiana y tenía un amorío con una forastera e incluso bailaste con ella, no me avergüences más.

—Taeyung, ¿cómo es posible que hayas cambiado tanto?
—Es por tu culpa, tú has provocado esto, sacas el lado malo de mí.
—Me obedeceras como tu futuro esposo, me complaceras haciendo los deberes de la casa, cocinas para mí.

Al llegar la noche, Tae llamó a Jennie para durmiera con ella.

—No quiero dormir contigo.
—¡¿Cómo?! Pensé que ya te lo había dejado claro, me obedeceras en todo. —Respondió Tae enojado.

—Hoy sabrás quién es tu futuro esposo cuando lo haces enojar.

Agarró a Jennie de su cabello y comenzó a abofetearla, tantas veces como pudo del enojo, incluso Jennie escupió sangre.

—Te crees especial, maldita, solo eres una rebelde sin causa, eres una mujer que no podrá sobrevivir sin su esposo, porque eres una total inútil. —Le dio un golpe en el estómago a Jennie tirándola en el piso.

Obligó a Jennie a dormir con él en la cama, la abrazó durante toda la noche. Mientras ella solo pensaba en el hombre al que su padre la entregó, dónde había quedado el joven cabellero que siempre le llevaba flores, cariñoso y amable. Aquel hombre que tenía al lado, era solo un monstruo.

Al día siguiente, Tae llegó ebrio a casa.

—Prepárate, hoy me complacerás como mujer.
—No, eso no Taehyung.
—¿Quién te crees para negarte?

Intentó abusar de Jennie, pero ella se defendió al golpear con un florero a Taehyung, donde lo desmayó. Ella quería salir de ese infierno a dónde se había ido el anhelo de irse. Quería a Lisa en su vida, ella era su forma de liberarse, la veía como su luz en medio de la obscuridad, así que decidió escribirle una carta.

Por otro lado, Lisa andaba en orfanatorios, ayudando a los niños abandonados o huérfanos, donde conoció a la pequeña Lily, una niña muy bella que se parecía a ella, era un encanto que le sacaba unas sonrisas a Lisa.

—Hey, Lisa, ¿puedes traerme más dulces?
—Claro que sí, princesa.
Lisa pensó:
—Si Jennie estuviera aquí, la amaría también.

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¿Qué esperan?