Punto de vista de Lisa
Cuando ingresé al aula y vi a Jennie mis ojos se iluminaron, era como una señal de esperanza tenerla cerca. Cuando escuché que sería su pareja de trabajo, me emocioné internamente, tenía que mantenerme calmada ante su mirar.
Llegó la tarde donde tenía que visitar la casa de Jennie y fui a verla, toqué el timbre y ella abrió.
—¡Bienvenida! Llegaste justo a tiempo, eres muy puntual. —Dijo recibiéndome.
—Bueno, pasemos a realizar la tarea. —Dije sonriéndole.
—Muy bien, tengo libros donde hay mucha información sobre René Descartes y su duda metódica. —Dijo Jennie.
—Con mis conocimientos previos puedo decir que Descartes plantea la duda metódica, donde rechaza como absolutamente falso todo aquello en lo que pudiera conducir a la menor duda. Intenta ver si en realidad hay algo en su mente que sea enteramente indudable. Somete a su duda todo lo existente, y poco a poco va rechazando elementos y principios. —Respondo sabiamente.
—Descartes duda de los sentidos, del mundo exterior y de sí mismo. Pues si nuestros sentidos nos engañan, no podemos confiar en ello. Hay una cosa de la que no duda Descartes y es de que está dudando y si dudo pienso y si pienso existo. Por lo tanto, el resultado de la duda es el "COGITO ERGO SUM" (pienso luego existo). Descartes encuentra una certeza de la que es imposible dudar y es la duda. —Respondió Jennie.
—Exactamente y así nacen las cuatro reglas del Método: La evidencia, el análisis, la síntesis y la comprobación. —Dije como acotación y así finalmente, durante una hora y media terminarnos con el informe.
De pronto, me fijé en el piano que tenía en casa.
—Que hermoso piano el que tienes, ¿lo utilizas seguido? —Pregunté.
—No, pero solía hacerlo mucho, si sabes como tocarlo, puedes hacerlo, adelante. —Dijo y me acerqué a su piano, me trajo tantos recuerdos del pasado, me senté y empecé a cantar suavemente.
"Te he amado por ultima vez,
te he tocado por última vez....
Por el amor y la risa que sentí cuando estuve en tus brazos...
Y te he besado por última vez...
Visones..."
—Cantas con tanto sentimiento, que siento empatía por ti... —Dijo Jennie acercándose y viendo a punto de llorar. Sin embargo, continúe cantando.
"Oh, mirar sin mis ojos
La primera vez que me besaste
Sin límites, lloré por el tiempo
Construí tus muros a mi alrededor
Ruido blanco, que horrible sonido
Buscando a tientas por Río Rogue
Siento mis pies en el suelo
Mano de Dios, líbrame
La primera vez que me tocaste
Oh, ¿cesarán algún día estas maravillas?
Bendito sea el misterio del amor
Señor, ya no creo
Ahogado en aguas vivas
Maldecida por el amor que recibí
Ahora mi lecho de río se secó
¿Debería yo encontrar otro?
Estoy corriendo como un chorlito
Ahora soy propensa a la miseria
La marca de nacimiento en tu hombro me recuerda
¿Cuánto dolor puedo soportar?
Mirlo en mi hombro
¿Y qué diferencia hace?
¿Cuándo termina este amor?
¿Dormiré dentro de tu lecho?
Río de infelicidad
Sostén tus manos sobre mi cabeza
Hasta que respire mi último aliento
La última vez que me tocaste
Oh, ¿cesarán alguna vez las maravillas?
La última vez que me tocaste
Bendito sea el misterio del amor..."
Al terminar de cantar, me abrazó y secó mis lagrimas con su pañuelo, nuestras manos conectaban lentamente; todo era mágico en ese momento. Pasamos unos minutos más en esa situación, hasta que...
Llegó su novia Deb de imprevisto, Jennie se alejó de mí y quitó su mano de la mía. De pronto, Deb le robó un beso en los labios de saludo.
—Deb, no me avisaste. —Se alejó del beso rápidamente.
—Quise sorprenderte, no le veo el problema. —Dijo Deb viéndome.
—Creo que ya acabamos por hoy, me tengo que ir... —Dije tratando de no mirar a Jennie y guardar mi dolor.
—Te acompaño... —Dijo repentinamente, pero Deb la detuvo.
—Conozco la salida, no te preocupes. —Justo en cuando abría su puerta, entró una señora que me vio asustada y sosprendida al mismo tiempo.
—Madre, volviste, bienvenida. —Dijo Jennie.
—Disculpe, señora. Mi nombre es Lisa y soy compañera de su hija y ya me voy, adiós. —Salí de su casa.
Al caminar unas cuantas cuadras no pude contenerme más, me hacía daño pensar que alguien compartía con ella lo que yo debería hacer, yo soy a la que debería besar, yo soy a la debería amar.
—¡Hemos muerto! Supongo que este es un persistente apego, es una enfermedad peor que el amor o la obsesión, parece que se expenderá como un moretón y desaparecerá por completo, pero eres una herida profunda que crecerá junto a mí, si estas respirando en mis lágrimas no voy a dejar que se sequen, si todavía te retuerces en mi cicatriz no voy a dejar que se cure, incluso si duele, no importa si eres tú... y si son recuerdos tristes, está bien mientras sean míos... —Dije derramando lágrimas. —Definitivamente lo difícil es reiniciar... —Pensé.
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LA REENCARNACIÓN DEL AMOR
Teen FictionEn el Trujillo de 1980, donde las flores ocultan secretos y los muros murmuran historias, surgirá un amor que desafiará al tiempo y la muerte. Rubí Bianchi, la hija perfecta de una familia aristocrática, vive atrapada entre el deber y sus propios su...