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—¡No! —Resonaban las teclas del teclado por toda la habitación —¡Mierda, muévete! —Jisung le gritó a la pantalla de su ordenador esperando a que ese gesto se realice.

El nuevo videojuego que había comprado Jisung lo tenía enganchado desde el primer día, hace casi un mes. Las flechas de colores oscuros, el movimiento ligero del personaje, la facilidad con la que se juega, los gráficos tan impresionantes que parecían ser los mismos que los del ojo humano. Todo en ese juego era igual de futurista que un coche volador.

La puerta retumbó a golpes cuando por un milisegundo la música del juego dejó de sonar. Jisung se sacó el lado derecho del casco para asegurarse que había escuchado bien, y como esperaba, segundos después volvió a escuchar los golpes de la puerta. Entre resoplos Jisung dejó los cascos sobre la mesa y se levantó a abrir olvidando ponerse las pantuflas, caminando entre la mugre del suelo de su pequeña casa.

—Joder Jisung, aquí huele a mierda —Entró Seungmin agitando su mano para alejar el olor de sus fosas nasales —abre la ventana, ardilla basurera.

—¿Acaso has venido hasta aquí para decirme que abra las ventanas? —Preguntó Jisung volviendo a sentarse frente a la gran pantalla y de nuevo colocándose los cascos, dejando una oreja al aire.

—No —Negó Seungmin tratando de hacer sitio en el único sillón lleno de basura —¿hace cuanto no ves la luz solar? —Dijo al fin sentándose levantando sus piernas para ponerlas sobre el poco espacio que había hecho en la mesa.

—La luz solar está muy sobrevalorada —Respondió riendo sin dejar de mirar la pantalla del ordenador haciendo que Seungmin resople.

—Tienes tres segundos para dejar todo lo que estás haciendo o te desenchufo hasta la vida —Amenazó el castaño bajando sus pies de la mesa por la incomodidad y levantándose del sillón en el acto.

—Joder, Seung ¿Qué quie-? —Jisung dejó de reaccionar en cuanto su pantalla se apagó de la nada —¡Seungmin! ¿sabes qué acabas de hacer? Dios, era el último nivel Seung —Jisung pasó sus manos por su pelo azul, frustrado porque ahora tendría que pasarse el juego, para el cual había estado jugando tres semanas, de nuevo.

—¿Me vas a escuchar ya? —El castaño cruzó sus brazos y se apoyó en el muro que separaba el salón de la cocina.

—Que quieres —Jisung también cruzó sus brazos después de apagar por completo el ordenador.

—Hay un chico que quiere robar el violín de la orquesta —Comenzó a explicar Seungmin —y me ha pedido ayuda y-

—Y qué quieres ¿un premio?

—Jisung, deja de ser imbecil, el juego no lo es todo —Dijo el menor intentando buscar la mirada del peliazul —Mirame, tú me vas a ayudar, ese violín vale una fortuna, además es el que utiliza Lee Minho desde que tiene cinco años —Seungmin sonrió pensando en la fortuna que conseguirá en cuanto tenga el violín entre sus brazos.

—¿Y quién es ese tal Minho? —El peliazul levantó su mirada chocando con los ojos del menor.

—Pues mi primo, no te jode —Bromeó Seungmin sin causarle ninguna gracia al mayor —es un violinista famoso, Ji. Que quieres que te diga.

—¿Y qué quieres que haga?

—Por ahora solo que participes, todavía no he planeado nada —Dijo Seungmin acercándose a la puerta principal —Me voy Jisung, abre las ventanas y ordena esto un poco.

—Sí, sí, lo que tú digas —Respondió el mayor levantándose de su sitio para abrir la ventana mientras Seungmin salía del pequeño departamento.

fatal orchestra ;; stray kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora