q:azzLo pagaras

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Hace varios años que la existencia de los vampiros salió a la luz. Novia de sangre. Un trabajo fácil decían, ganas mucho dinero decían. Abuso, maltrato, humillación, dolor. Son las palabras que describen este maldito oficio. Mi sangre es deliciosa. Un manjar para todos los vampiros.

Tengo muchos clientes, me persiguen y siempre sedo por las grandes cantidades que se me ofrece. Todos necesitamos dinero no?

Ahora me dirijo a la mansión de un nuevo cliente. Alguien sombrío, de una mirada penetrante y un porte y elegancia digno de un príncipe. Reiji... Ese era su nombre.

Llegue a la tétrica mancion. ¿Porque un castillo tan enorme para una persona?

Armandome de valor entre. Una alfombra roja adornaba el piso y la luz solar no abundaba. El ambiente era muy frío y oscuro.

_Llegas tarde.

Habló una voz fuerte y grave y fije mi vista en su dueño.

Con lentitud y altivez llegó hasta mi.

_Espero que tengas una buena excusa para tanta tardanza.

_Tuve unos percances con el transporte.

_Deviste salir más temprano entonces. No tienes excusa.

Regaño ajustando sus lentes.

Paso una semana y... creo que voy a explotar.

Me siento junto con él a comer.
_Humana. ¿Es que no te enseñaron modales? Pareces todo menos una dama al comer. Ni hablar. Te tendré que enseñar.

Camino.
_Lo que me faltaba. No sabes ni caminar derecho siquiera. ¿De dónde saliste niña?
¡Me puso un libro en la cabeza y un palo en la espalda para caminar bien! ¡Es el colmo! ¡No ha terminado la semana y ya no lo soporto!

Hablando o mejor dicho. Pensando en el rey de Roma apareció en mi cuarto. Como todo caballero pidió permiso para entrar y se lo di. Me avisó que la sena estaba lista e inspeccionó mi cuarto.

_Por lo visto tampoco eres organizada. ¿Cuando piensas arreglar esto?

Saque paciencia de donde no tengo e intente calmarme y responder cortesmente.

_Todos en determinado momento hemos tenido reguero en nuestra habitación, luego la arreglo.

_Todos no. No me compares contigo. Baja a comer. No esperaré por ti.

Comimos juntos como nuestra costumbre pero... había algo mal. Percibí que me miraba. Como si esperara algo.
Termine de comer y bebí mi vaso de agua.

Al hacerlo comencé a sentirme mal. La cabeza me daba vueltas, no podía levantarme y me era imposible mantener los ojos abiertos.

Se situó a mi lado y me cargó iniciando un recorrido en el que la incertidumbre y el miedo me mataban. ¿Que pasara? ¿Que hará conmigo? No puedo moverme, no puedo huir.

Llegamos a su laboratorio y me colocó en una especie de cama de madera. Con cuatro pequeños cintos para amarrar manos y piernas.

_Tan vulnerable, tan sumisa y llena de miedo... eres hermosa.

Comenzó mi tortura

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Comenzó mi tortura. Me obligó a beber todo tipo de posimas extrañas que causaron cada una efectos diferentes. Básicamente, fui su conejillo de indias. Siento que mi cuerpo va a estallar. La barriga me duele a horrores, mi garganta está seca, y mi cuerpo se siente muy cansado y adolorido.

Al despertar mis recuerdos de esa noche se habían borrado. Solo quedaron pequeñas secuelas de mi malestar. Algo andaba mal.

El día transcurrió con normalidad y llegó la hora de la cena.
Extrañamente la comida era muy seca. Algo no cuadraba. Así no cosinaba Reiji. Además siempre me es indiferente. ¿Por qué me mira así?

_¿Necesitas algo? Reiji san.

_Termina de comer. Necesito un favor tuyo.

Entramos a un cuarto en penumbras. Justo cuando iba a huir dos manos unieron mis muñecas para alzarlas y amarrarlas a un lugar alto.

Por fin las luces encendieron y quede petrificada con lo que vi. Aparatos de tortura. Desde una simple fusta a la silla eléctrica.
_Que... es esto...

_¿No está claro? Es mi sala de tortura.

_¿Que es lo que quieres hacer?

_Tal vez si me suplicas un poco te vayas de aquí ilesa.

_¿Suplicarte? Es más. Quiero que lo hagas. Así puedo demandarte por abuso y...

_¿En verdad crees que me harán algo?
Las demandas no sirven para nada. Una vez que eres la novia de un vampiro eres propensa a que te haga cualquier cosa.

_¿Que quieres hacer?

_Quiero ver en ti dolor, agonia y lo más importante. Verte llorar. Veamos qué puedo usar. ¿Un látigo? ¿O una fusta?

_Nunca haré lo que quieres ver.

Arrebato mi blusa y quede semidesnuda ante su intensa mirada. Uno, dos, tres, cuatro. Ya perdí la cuenta de todos los golpes que recibí. Mi piel arde. ¡Duele mucho! Pero. No lloraré. No suplicaré. No haré lo que quieres.
_En verdad... que eres orgullosa.

Su mano se posó en mi nuca y en un movimiento brusco me besó. Más rabia, más odio era imposible tenerle. No pensé. Solo lo mordi. Tanto que probé su sangre.
El sonrió más que satisfecho para susurrar en mi oído _Así me gusta. Y morder mi cuello.

Quitó lo que sostenía mis muñecas y caí desplomada al suelo.

_Espero que duermas bien. Mañana tengo planes para ti.

_.... te mataré.

Novia de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora