fatiga

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Espero les guste.

Ilenko.

Resoplo por tercera vez consecutiva encendiendo el coche para salir por el bendito helado de oreo con mango.

Son las cuatro de la madrugada del día domingo, no soy de rogar, nunca lo he hecho pero el día de hoy lo aplico para encontrar el bendito helado junto a la fruta.

Cuando llegue seguramente la Bruja que tengo como esposa estará dormida pero si no llevo conmigo su antojo despertará para pelear, no quiero eso.

No me enoja el hecho de tener que salir a esta hora porque disfruto hacer lo que no pude con mi hija, el problema está en que son antojos pasajeros siempre que llego ya se le a pasado el capricho.

Pero evidentemente ya aprendí a quedarme callado y no llevarle la contraria en nada, es peor, jamás creí que Emma embarazada sería el doble de fastidiosa a lo que es normalmente.

Llego a un supermercado de paso me estaciono con las camionetas que vienen detrás de mi, si yo no duermo mis boyevickis tampoco aquí nos desvelamos todos.

Bajan y me rodean, a la mayoría se les nota el sueño.

- El que me traiga un bote de helado de oreo con varios mangos se gana una semana de descanso pagada - la mayoría espavilan pero aún así algunos no creen la misión de importancia.

Cumplir un antojo de una Emma es una de las misiones más compleja, joder la semana pasada me ignoro todo un día por no haber encontrado en todo el maldito Rusia una fruta que no estaba en su época, nisiquiera me acuerdo del nombre.

- Al que no vea buscando se quedara cuidándola toda la semana que viene y ya sabemos como está su genio en estos dias - solo basta decir eso para que todos entren a buscar.

Obvio yo no me voy a poner a hacerlo como un vil esclavo cuando tengo a gente que lo hace por mi.

El teléfono me muestra el nombre de mi mujer cuando me entra una llamada.

Suspiro antes de contestar.

- Te mande a sembrar el árbol de mango y a ordeñar la vaca para el helado - solloza haciéndome rodar los ojos - te fuiste hace mucho cuando llegues tu hijo estará cumpliendo cuatro años - a mi nadie me dijo que la exageración era uno de los síntomas del embarazo.

- Ya estoy en el supermercado Ved'ma no seas caprichosa - trato de sonar lo menos duro posible para que sus nervios no se alteren más.

- Me estas gritando - frunso el ceño - lo estás haciendo, no me quieres - llora y decido separar un poco el teléfono para resoplar sin que se ofenda.

- Emma ya estoy de regreso deja de llorar que el helado ya esta llegando - cuelgo para evitar más dramas.

Los boyevickis salen con el bendito helado, cinco mangos de todos los tamaños y colores, ya saben con mi mujer nunca se sabe.

Conduzco lo más rápido posible llegando a la fortaleza.

Bajo las fundas dirigiéndome a la cocina por una cuchara a esta hora todo comienza a tomar vida la gente ya esta despierta para empezar con sus actividades.

- Por fin llegaste - la mujer con una hermosa barriga se levanta de la cama acomodando su pequeña pijama - Trajiste el de Oreo - pregunta pero lo único que hago es asentir embelezado por esas perfectas piernas que tiene, los senos le  han crecido, las caderas se ensacharon un poco.

Joder mi mujer está muy candente, quiero follarmela, muero por follarmela pero desde hace una semana cuando entro a los siete meses no hemos podido hacer nada, según el doctor es peligroso.

Mi Hermosa BrujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora