𝘙𝘪𝘴𝘦𝘴 𝘵𝘩𝘦 𝙢𝙤𝙤𝙣 [Farcus]

𝘛𝘪𝘥 𝘧𝘰𝘳 å 𝘨å

Sus amarillos ojos se abrieron, su alrededor era tan silencioso impresionado su asustado corazón, un mal sueño nuevamente despertó su mente, lo odiaba, odiaba tener que soñar en aquel día que perdió a su padre, odiaba que no pudo hacer nada al respecto para ayudarlo

Su cuerpo de levantaba de su colchón comenzando entonces con su rutina mañanera, mirándose fijamente al espejo cada día examinaba sus heridas y cicatrices en su rostro, era un cazador claramente tendría cicatrices recorriendo su piel, su padre solía verlas como premios por si esfuerzo, si tenía una cicatriz significaba que logró asesinar a ese demonio. Para el era curioso como dejaban todo el trabajo a una sola persona, cuando era un niño solía pensar que si atacaban todos juntos podrían acabar con esas bestias pero el miedo invadía a las personas, son débiles

Su espada colgaba de su pantalón, estaba listo con bolsas llenas de pólvora, alas preparadas era su hora de partir nuevamente de su amado pueblo, era hora de buscar a ese demonio y acabar con el. Fuera de su hogar sus alas se estiraban listas para prender vuelo más una voz lo interrumpió

- Hijo mío -. Aquella voz, su madre estaba ahí, rápidamente el híbrido volteo encontrando una suave sonrisa que solo ella podría hacer - Te deseo toda la bendición de los dioses en tu viaje, trae el cadáver de esta vestía hasta aquí -. La mujer hablaba decidida

- No te preocupes madre, acabaré con el de forma agonizante, deseara nunca salir del infierno -. Deseaba vengarse del mounstro que hizo aquella cicatrizar al rostro de su madre, acabará con cualquiera que la toque

¿Su destino? No lo sabía, debía volar lejos, tan lejos que el sol no sea capaz de alcanzarlo ahí encontrara esa bestia, tal vez fue un viaje apresurado por su odió pero no había marcha atrás, ya no. Su madre tomó sus mejillas con cariño dando un suave beso en su frente antes de despedir a su querido hijo, Fargan cerrando sus ojos disfrutaba sus últimos momentos con su progenitora antes de partir a lo desconocido para el más no para su madre

- Está en el norte -. Murmuró la mujer alejado se lentamente de su hijo y mirando como con odio en sus ojos comenzaba a volar lejos, la mujer lo seguía con la mirada hasta desaparecer

Sus alas eran rápidas el lo sabía, siendo enormes sabía que la velocidad que podría tomar sería por encima que la de otros híbridos, era alto también le podría dar ventaja contra su víctima. Sus ojos enfocaron el bosque, era enorme y el jamás paso por ese lugar, los bellos y verdosos árboles incluso si habitando a un demonio en sus adentros seguía luciendo igual de hermoso la última vez que entro al bosque fue cuando su padre asesino Axozer, era un niño y desde entonces jamás volvió a poner un pie en ese cementerio de personas. Con cuidado desciende de los cielos como si un ángel se tratase tocando el suelo con sus botas a su ves se preparaba para lo peor más nadie apareció

Sus bellas alas descansaban tranquilas mientras caminaba, no debía cansarlas después de todo serían de ayuda contra el demonio, aún estaba inseguro de ciertas cosas, no sabía cómo pelearia o qué haría al llegar, jamás lo a visto y si mato a su padre siendo el mejor cazador estaba inseguro de como hará el para ganar la batalla que le esperaba en honor. Mirando a su alrededor al atardecer el bosque comenzaba a tornarse bello, era hermoso y jamás lo visito, a lo lejos observo una flor del infierno creció, con lentitud a se acercó no debía tocarla pues su veneno podría matarlo estando en medio de la nada, alguien a muerto en ese lugar, sus manos se juntaron y sus ojos se cerraron deseando un descanso bueno para la persona desafortunada

- Estás .. -. Aquella voz sorprendió al joven cazador, escuchaba los pasos que daba hasta quedar detrás suyo, ¿Un demonio? - Estás muy lejos de casa, ¿No? -. La voz era risueña como si se alegrará de verlo

Con lentitud viendo a su vez como la luna comenzaba a brillar para ambos Fargan volteo, aquel hombre vestía con elegantes ropas ajustadas que resaltaban su figura, pareciera que sabía que tenía un cuerpo envidiable por mujeres, a su vez sus ojos se abrieron al ver cómo un mechón de su cabello brillaba fuerte como el fuego, aquella cosa sonrió mostrando afilados dientes y la llama creció, debió imaginarlo ese bosque estaba plagado de demonios