𝘷𝘪𝘭 𝘫𝘦𝘨 𝘥ø 𝘪 𝘥𝘢𝘨?

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Sus mieles ojos se abrieron, con rapidez levantó su cuerpo mirando a su alrededor, los leves rayos de sol iluminando un vacío campo con una cabaña enmedio, ¿Dónde estaban todas las flores?, ¿Dónde estaba el brillo místico que vio al llegar antes?, ¿Todo se va al amanecer?. Trato de levantarse de su posición su cuerpo aun dolía, un quejido abandonó sus labios al estar de pie, debía curarse y estaba seguro que no entraría a la cabaña si quería vivir, podría tomar al demonio desprevenido o algo así. Cuando más se acercaba logro ver el rastro de sangre del demonio debido a sus heridas

Fargan soltó una risa orgulloso, de ambos el demonio era quien más herido se encontraba, debía curarse y al encontrarlo podría matarlo sin problema alguno después de todo estará débil completamente débil y probablemente se volvería un trabajo fácil. Con lentitud Fargan se acercaba a la cabaña que de encontraba en medio de la nada, jamás pensó que el demonio viviría ahí, era curioso como si aún tuviera una pizca de humanidad, lo creería si no se hubiese enfrentado a el ya, era definitivamente una bestia

La puerta de la cabaña se abrió dejando ver una bola de plumas o un intento, debido a la lastimada ala podía verse el cuerpo que se escondía de forma estúpida y débil, le tenía miedo y eso a Fargan le subía el ego. Cuando se acercaba a la criatura tomaba su espada listo para atacar, estaba cerca era suyo al fin podría vengar a su padre pero como si el destino jugará en su contra una voz le alertó

– ¡Focus! –. Escuchaba una chillona voz, era irritante como gritaba ese nombre –. Hay sangre por toda tu estúpida casa, es asqueroso hombre limpia –. El chico de lentes callo cuando miro a Fargan, impresionado por ver al alado cazador a punto de matar al demonio

Hubo un silencio incómodo ambos tipos, el chico de lentes vestía como un sacerdote, le recordaba a Deqiuv pero aún así no entendía por qué estaría en ese lugar – Es peligroso, vete de aquí yo lo mataré –. El castaño de lentes seguía callado mirando al demonio con cierto nerviosismo –. Estabas buscando a alguien, ¿No? Por aquí no hay nadie con ese nombre –. El sacerdote se erizaba más

–. N- no, yo solo eh –. El nerviosismo en su voz desesperaba al cazador, su mirada iba una y otra vez al demonio herido entonces Fargan comprendió

– Un sacerdote que cuida de un demonio es algo que se castiga... –.

– ¡No! –. Grito interrumpiendo – Yo ni s- siquiera soy un sacerdote solo es un disfraz –. El nerviosismo del joven era desesperante

Tras suya la bestia se levantaba, ambos humanos lo miraban uno con enojo solamente, sus ropas manchadas de sangre por las heridas echas, las pequeñas explosiones dejaban marcas notables en su cuerpo y su ropa 

– Juanito... –. Murmuró la bestia, una voz tan cálida y baja que impresionó a Fargan al escucharla, era diferente a otras voces que a escuchado

¿Estaba en medio de algo?, ¿El chico y la bestia se conocían? Fargan solo miraba entre ambos notando sus preocupaciones, eso era ilícito debían pagar. Fargan saco su espada apuntando sin temor a la bestia quien con sus rojizas pupilas miraba sin sentimientos, el nuevo chico no se atrevió a moverse, esperaba que la tragedia ocurriese ambos mirándose a los ojos inclusive si tenía su arma fuera ambos seguirían ignorando. Fargan no volvió a pensarlo clavando su espada en el hombro del demonio, necesitaba verlo agonizar e implorar, debía hacerlo pagar por todo lo que ese demonio había echo... Pero al mirar esos ojos, tan tristes no podía evitar querer retroceder, su odió era quien lo impulsaba a todo aquello, ya estaba frente a el y se encontraba débil, solo debía cortar

– No podrás matarlo –. Hablo el castaño de lentes – No eres quien busca para asesinarlo –. Aquello le desconcertó

– ¿A qué te refieres? –. Hablo con gracia el moreno – ¿Ahora para asesinar se necesita ser digno? –. Dijo entre risas sin embargo ninguno reaccionó

𝘙𝘪𝘴𝘦𝘴 𝘵𝘩𝘦 𝙢𝙤𝙤𝙣 [Farcus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora