Capítulo 5

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Los dos hombres se bajaron del coche, los dos tenían manchada de el mismo polvo que el coche y ambos usaban ropa negra y una bandana, pero había algo en el más alto que le resultaba familiar, pelo largo recogido con una pequeña coleta, pelirrojo... 

Anna se quedó paralizada: era el hombre de sus pesadillas. ¿Esos dos hombres eran reales? ¿No eran tan solo un mal sueño? ¿Qué quería decir eso? ¿No estaba loca? ¿O sí? ¿Qué tiene relación tiene ese hombre con el portal? ¿Eso quería que decir que hay algún tipo de... mundo paralelo?

Mientras Anna estaba absorta en sus pensamientos, el hombre pelirrojo abrió el maletero de el coche para sacar un saco de tela y entregárselo a su acompañante.

—Recuerda que tienes dos semanas para venderla ¿Vale Marc?— dijo con un tono...¿agradable?

Marc asintió y el pelirrojo posó la mano en su hombro.

—No te andes con tonterías, ya sabes como está el tema en las calles...

—Vale jefe no se preocupe— dijo con un tono seguro. Su voz sonaba como si fuera un chico de unos 16 o 17 años.

Sin decir nada más, el joven se marchó corriendo desapareciendo  entre la oscuridad del bosque.

Anna miró la escena confundida «¿El tema en las calles...?» « ¿Son algún tipo de banda?»  «¿Es por eso que visten igual y llevaban bandana?» «¿Y si son los traficantes que les vendía droga...?» «¿Ellos le dieron la paliza de hace unas semanas?»

El óvalo que formaba el portal tras de el pelirrojo  iba decreciendo, con ello también se reducía el resplandor poco a poco hasta ser inexistente. Fue entonces que el hombre se quitó su bandana.

Respiró hondo.

—Aire puro...— dijo con un tono melancólico.

Ana se fijó en él: tenía los ojos rasgados y oscuros, nariz recta y pequeña, casi perfecta si no fuera por el corte no muy profundo en la mitad del tabique, los labios algo finos, el labio inferior era más carnoso que el superior y la línea de su mandíbula bastante marcada, tenía la típica barba de varios días extendida hasta el cuello que lo hacía más atractivo. Su cara estaba llena de cicatrices ¿Qué tipo de hombre es este? pensó Anna, estaba claro que o él se metía en problemas, o los problemas iban a él, pero.. ¿Por qué? Seguramente por el tema de las drogas.

Entre tanto, una pequeña abeja se acercó a Anna si que ella se diera cuenta.

—¡Ay!— exclamó, inmediatamente se tapó la boca con ambas manos. « Mierda mierda mierda» se repetía.

El hombre giró su cabeza rápidamente hacia los arbustos donde estaba Anna y entrecerró los ojos para ver quién se escondía entre estos.

—¿Quién anda ahí?— dijo con un tono cauteloso.

Anna estaba quieta, no podía moverse, notaba como el aire de su respiración agitada salía de forma ruidosa entre los estrechos huecos de sus temblorosos dedos, tenía los ojos abiertos como platos que pronto se le llenaron de lágrimas por el miedo. Un sudor frío le corría por la espalda «Relájate, que no se de cuenta» pensaba para intentar tranquilizarse.

El hombre comenzó a andar lentamente hacia ella.

—¿Hola?—

«Ahora o nunca Anna»

Anna no se lo pensó dos veces y echó a correr.

—¡Eh, tú!— gritó el pelirrojo que empezó a correr detrás.

«Mierda, no tenía que haberme movido» «No tenía que haberme movido» se decía, ¿Y qué más alternativas tenía? ¿Quedarse quieta? Es lo que iba a hacer en un principio, de todas formas aquel hombre la iba a pillar, había aparcado su coche demasiado lejos, la verdad es que no pensaba que encontraría nada, mucho menos un portal.

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