Capítulo 3

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Anna se despertó con un gran dolor de cabeza. Miró a su alrededor, pero no reconocía el ambiente, Camila estaba dormida en un sillón a su lado «¿Qué hace Camila aquí?»  tenía una vía en su mano que miró confusa «¿Qué hago en un hospital?».

—Camila— susurró esperando despertarla pero no pareció inmutarse —¡Camila!— dijo más alto mientras la zarandeaba del brazo. La nombrada se removió en su asiento haciendo ver a Anna que ya le había despertado. Se rascó los ojos y la miró con estos entornados.

—¿Qué quie...?— interrumpió la frase al darse cuenta de que Anna ya había despertado y se levantó de un salto del sillón. Se acercó a la camilla donde la chica estaba tumbada y se inclinó para abrazarla.

Camila hundió su cara en el hombro de Anna y se echó a llorar desconsoladamente. Anna la abrazó y entrelazó sus dedos en el lacio y oscuro pelo de su amiga.

—Shh... ya está

—Pensaba que te perdía Anna...pensaba que no iba a llegar a tiempo...— dijo entre sollozos.

—Camila...— dijo aguantándose las lágrimas, verla así le estaba partiendo el corazón.

La dos siguieron abrazadas hasta que Camila se tranquilizó un poco.

—Anna— se separó de su amiga y la miró a los ojos —Cuéntame que te está pasando, por favor...— dijo con un tono serio.

Anna desvió su mirada.

—¿Porqué me pediste tanto dinero? ¿Porqué te fuiste con tanta rapidez sin ni siquiera explicarme la situación?

Silencio.

El llanto de Anna vino después de unos largos segundos sin decir nada.

—Hace unos meses me empecé a interesar por las...drogas— hizo una pausa para limpiarse las lágrimas y respirar hondo — con el tiempo me fui quedando sin dinero para pagar mis deudas, y ayer, era la fecha límite para pagas los 500 euros que te pedí— la miró con pena.

Camila suspiró

—¿Y porqué no me lo dijiste antes? Pude haber buscado formas de conseguirte dinero para tus deudas

—Porque no te quise meter en mis problemas...te lo pedí porque estaba muy desesperada...

—Ya lo sé Anna, pero si me lo hubieras dicho antes, no tendríamos que estar pasando por esto...— puso sus manos en las mejillas de Anna mientras se le llenaban los ojos de lágrimas— porque si tu supieras como te encontré en aquel descampado, desangrándote, pensaba que no iba a llegar al hospital porque  iba a tener un accidente o no ibas a llegar viva— se le quebró la voz en esta última frase —así que por favor cuéntame este tipo de cosas para la próxima vez...

—Lo siento— la abrazó fuerte —te quiero mucho Camila.

—Y yo a ti Anna.

Camila la abrazó y las dos se quedaron dormidas.

Tras una semana a Anna por fin le dieron el alta, asique Camila la llevó a su casa.

—¿Estás segura que no quieres que me quede contigo?— dijo Camila desde su coche.

—No, no te preocupes, creo que me las podré apañar sola— contestó con una sonrisa.

—Vale, pero si necesitas algo, me llamas y me da igual la hora.

—Vale...

Las chicas se despidieron y Anna entró a su casa después de una semana en el hospital. Lo primero que vio fue su reflejo en el espejo. Sus pómulos estaban algo más marcados que desde la última vez que se miró en el espejo, medio pelo rapado bajo la venda que ayudaba a sanar la cicatriz en su cabeza, unas grandes ojeras y su cuerpo estaba repleto de rasguños y moratones, se levantó un poco la camisa y notó que en la parte del abdomen los hematomas eran frecuentes  «Seguro que habrán sido los de la banda, porque no recuerdo haber saldado mi deuda con ellos». Se colocó la ropa y dejó sus maletas en el el suelo, la verdad es que no tenía ganas de ponerse a colocar la ropa del hospital o pensar sobre lo que le había pasado. Así era Anna, un alma libre que está mas ocupada pensando en nada que en las consecuencias de sus acciones.

Fue a su habitación, se tiró en su cama y estuvo mirando Instagram durante un tiempo hasta que se quedó dormida:

Dos hombres con bandana bajo una luz tenue, pero no podía ver sus caras, el hombre de la izquierda tenía un bate que por alguna razón le hacían sentir como si le faltara el aire, ellos no se movían, aun así el pensamiento de que ellos podían acercarse a ella le aterrorizaba y por mucho que intentara correr, no se movía, pero esas caras con bandana la seguían mirándola, juzgándola...

Anna se despertó de golpe, con una película de sudor en su piel y la respiración acelerada, se llevó la mano al pecho de forma involuntaria  y notó los latidos acelerados de su corazón «¿Qué coño me acaba de pasar?» 

Miró la hora en su despertador: 4:32 AM asique cogió la cajetilla de tabaco y salió a su balcón a fumarse su cigarro para aliviar el estrés de la pesadilla. Mientras daba su primera calada al tabaco vio de nuevo las extraña tormenta en el cielo «¿Qué es eso?» se quedó mirándolo unos segundos hasta que se dio cuenta «esto ya lo he visto antes» tiró su cigarro y cogió su móvil, buscó entre sus contactos hasta que encontró el de Camila.

—¿Qué  pasa?— contestó con voz ronca

—Camila, se me está ocurriendo algo un poco extraño pero necesito que me acompañes

—Vale...

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Continuará...

Espero que os haya gustado, este capítulo tiene algo más de drama como ya os dije e imagino que los capítulos que vienen van a ser más entretenidos jeje ¿Os está gustando la forma en la que narro los capítulos? ¿Qué pensáis que va a pasar en los próximos capítulos?

Como siempre, si podéis compartir la historia con alguien que le puede gustar, me ayudaríais bastante

Besos ^^

Imartinm


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