10: Miedos.

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Capítulo 10.

Dave fue hacia la pequeña puerta de la cerca, en el jardín trasero de su casa que dividía su casa de la casa de su mejor amiga. Cuando eran niños esa pequeña puerta solía estar siempre abierta, ya que ambos corrían de un jardín al otro en sus aventuras y fantasías en las que salvaban el mundo de un nave espacial de extraterrestres.

Sonrió para sí mismo y quitó el seguro de la puerta.

Abril no había sido como cualquier niña, ella nunca había pertenecido al montón había sido diferente de muchas formas y eso siempre la hizo especial.

Su sonrisa, su espíritu aventurero, su valentía pero a pesar de ello, Dave siempre creyó que ella no le temía nada sin embargo descubrió que no era completamente cierto. Hasta la persona más fuerte y valiente le temía a algo.

Dave descubrió el mayor temor de Abril cuando ambos tenían 8 años...

Al entrar al jardín de ella se vio envuelto en los recuerdos de su niñez, el recuerdo de aquel día en el que vio por primera vez el miedo en los ojos de Abril.

Era un viernes, aproximadamente las entre las 8 o 9 noche cuando Dave escuchó que la puerta de su casa era abierta. Se extraño ya que sus padres no solían salir después de llegar de su trabajo, y el seguía sin poder dormir.

Algo le inquietaba y no sabía que era, miró hacia la ventana donde llovía a cántaros y sintió miedo. Se odió por eso, se odió por no ser igual de fuerte a su mejor amiga.

Todos los niños de su edad tenían diferentes héroes de acción que pasaban en la televisión o en las películas... Pero, ninguno de esos héroes era el de Dave. El suyo tenía nombre apellido y era niña.

Abril era su heroína, siempre la admiro desde el día en que la conoció por primera vez en el patio del recreo. Ella no temía nada y siempre lo empujaba a ser valiente, ella le daba la fuerza y confianza que él no tenía.

Él era torpe, ella era increíble y por eso algún día quería ser el héroe de Abril, quería ser aquel que la protegiera a ella, que la cuidaría y la llevaría a miles de aventuras.

Dave no solo quería el respecto de su mejor amiga, él también quería su amor.

Se tapó con su almohada e intento dormir, estaba esforzándose bastante por no salir corriendo a la habitación de sus padres y dormir con ellos, eso lo haría un completo cobarde, una niñita, un perdedor... Tal y como solían llamarlos algunas niñas antes de que apeteciera Abril y les diera una lección.

Cerró con fuerza los ojos cuando un rayo resonó en toda su habitación. Trato de pensar en las increíbles aventuras que siempre hacía aunque fuera un completo gallina, pensó en Abril y todo dentro de él se sintió cálido sobre todo en su pecho. Soltó un suspiro de alivio y sin querer se vio meditando en la sonrisa de su mejor amiga, a veces solía pensar que ella era un niño pero luego ella solo tenía que sonreír de esa forma que tenía y Dave se daba cuenta que era una niña, una muy hermosa que andaba por allí con una gorra de béisbol, jeans rotos o desgastados y zapatos embarrados, con su largo y oscuro cabello lleno de rizos recogido en una coleta.

Suspiro y escuchó voces en la primera planta de su casa. Se sentó sobre su cama y trato de oír mejor lo que sucedía, al no conseguirlo se quitó las sábanas sobre su cuerpo y caminó descalzo hacia la puerta de su habitación. Si su madre lo veía descalzo lo te reprendería, aún así decidió arriesgarse.

Abrió la puerta y tratando de ser silencioso camino por el pasillo a oscuras hasta las escaleras, una vez allí se sentó en el último escalón y pudo escuchar lo que sucedía.

¡Devuélveme mi vida!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora