¡Devuélveme mi vida!

5: Semi desnudos y mojados.

Capítulo 5.

Abril salía del enorme gimnasio que consistía de una piscina temperada, una cancha de basquetbol y voleibol; el campo de fútbol estaba afuera al lado oeste de la escuela. Hoy había tocado natación por lo tanto Abril vestía ese vestido de baño azul enterizo que era obligada a usar para la clase, con ese estúpido gorro. Se soltó el cabello y se rodeo con una toalla. Al final la clase no había estado tan mal, ya que era buena nadadora sin importar el hecho de que hubiera cambiado de vida con Dave, incluso el entrenador la había alabado... Oh como había extrañado eso.

Sonrió y se dirigió rápidamente hacia los vestidores de las chicas. El de los chicos estaba siendo arreglado ya que al parecer uno de ellos hizo una broma de poner uno de esos juegos artificiales en uno de los escusados y estos habían explotado, por lo tanto chicos y chicas debían compartir el vestidor por ahora, así que el entrenador dividía la clase empezando primero con ellas y luego con los hombres así las chicas podían ir a cambiarse mientras los varones seguían en la clase.

Debía apresurarse ya que se había quedado demasiado tiempo hablando con el entrenador y faltaba poco para que los chicos fueran usar el vestidor.

Entró y ya no había ninguna chica a la vista, maldijo por lo bajo a Lisa ya que había traído una carta falsa del médico diciendo que no podía nadar y se había salvado de usar ese vestido de baño.

Abrió su casillero, saco su ropa y zapatos poniéndolos sobre la banca. Miro que nadie estuviera por allí y se quito el molesto vestido de baño enrollando la toalla al rededor de su cuerpo. Tomo sus bragas y fue directo a las duchas, de esas que eran divididas  en cabinas y encerradas por una cortina.

Entro, se quito la toalla, saco la mano para colgarla fuera y dejo sus bragas en la brocha dentro de la ducha. Abrió la llave y rápidamente se lavo el cuerpo quitándose el cloro de la piscina, luego se lavo el cabello con shampoo, término de lavarse completamente y cerro la llave, enrolló su cabello escurriéndolo y sacó su mano por la cortina en busca de la toalla, pero su mano siguió derecho cuando no  agarro nada de donde se colgaba. Frunció el ceño.

Tal vez la toalla se había caído. Saco su cabeza y se sorprendió al no encontrar ningún rastro de la toalla.

¿Pero qué diablos? Acababa de ponerla allí.

Miro a todos lados en busca de alguien pero no había nadie, y todo estaba silencioso.

-        ¿Hola? –llamó, sin embargo como lo predijo no había ni un alma por allí.

¿Donde está su toalla?

Si esto era alguna clase broma, les saldría muy caro a quien fuera que lo hubiera hecho. Volvió a entrar a la ducha, mordió su labio pensando en cómo salir de este lío. Miro sus bragas, suspiro y así mojadas se las puso.

Al menos tenía sus bragas. Volvió a asomarse esperando que nadie estuviera por allí.

En su casillero tenía otra toalla y en la banca estaba su ropa. Tal vez si corría hasta allí saldría de este lío rápido, solo a dos metros de donde estaba. 

Tomo aire.

-        Vamos Abril, puedes hacerlo. No hay nadie por allí, tienes tus bragas, no es como si estuvieras completamente desnuda. Tu no le temes a nada –mordió su labio. Con sus manos cubrió sus pequeños pechos que perfectamente cabían en sus manos y corrió hacia su casillero.

Cuando llego allí, su ropa había desaparecido también, sólo estaban sus medias y sus vans nuevas.

¿Pero qué mierda?